POR ESTAR DESINCRONIZADOS, SOMOS DÉBILES COMO PUEBLO

Da la impresión que los guajiros perdimos nuestra sincronización interior.

Esa sincronización es la conexión mental que nos da autonomía y pasaporte para vivir y actuar con y en libertad.

Pensando en Rene Descartes asumo parte de su sentencia y la expreso así: Pienso, Siento, Actúo, entonces Existo.

La desincronización es porque no se mantienen alineados nuestros pensamientos con nuestros sentimientos, con nuestras intenciones y con nuestras actuaciones. Por eso actuamos muchas veces en contra de nuestros pensamientos y en contra de nuestros sentimientos y de nuestras verdaderas intenciones. Es lo que literalmente podría constituirse como una incoherencia de nuestra personalidad y nuestro estilo. Esta singularidad, llevándola al plano político-electoral, al plano social y al económico de nuestra diaria dinámica de vida, por la experiencia vivida en lo electoral, es que afirmamos que existen personajes, criollos y foráneos, que parecieran conocer o detectar esa desincronización, y en cumplimiento de su “liderazgo” y compromiso político, llegan a ofertar con alevosía su perversidad para dominar tu conciencia, tú dignidad, tu hoy y tú mañana y conducir tu pensamiento, tus sentimientos, tus intenciones y tus actuaciones a su amaño, hacia sus intereses y hacia sus espacios oscuros desde donde, a lo mejor sin tú quererlo plenamente, dicen que te representan o que comienzan a representarte en lo político.

No quiere decir todo eso que el ciudadano esté libre de culpa; muchos ponen disponibilidad y condiciones para que se dé. Claro, si “por lentejas” entrega su voluntad, no es dueño de su voluntad; claro, que si lo que pensaba no iba a tono con lo que verdaderamente sentía, ocurre que lo que hace es distinto a lo que verdaderamente quería. Eso se llama complicidad tácita cuando, por ejemplo, apoyas candidatos que no son de tu real convicción, o a candidatos malos que otros te imponen con dádivas que desincronizan tu personalidad y tú estilo, votaste por el que no merecía tu apoyo. Ahí jugaste tú mismo con tu pensamiento; ahí jugaste tú mismo con tus sentimientos; jugaste tú mismo con tus intenciones, y jugaste tú mismo con tu genuina forma de actuar.

Ahora aterricemos esto en la realidad social de La Guajira; no es más que mirar algunas de las realidades que nos están golpeando y revisemos nuestro comportamiento frente a esas realidades que están desincronizadas con lo que estamos sintiendo y con las verdaderas intenciones y con las verdaderas ganas que tenemos de actuar.

Es el caso del problema del servicio de energía eléctrica; pensamos y sentimos que tenemos un servicio malo y muy caro, lo que nos genera hasta malas intenciones de actuar, protestar y rebeldizarnos, pero como hay un “silencio sepulcral” de una dirigencia política, administrativa, comunal y de la sociedad civil, también me quedo quieto así esté  inconforme, pensando, sintiendo y queriendo acabar de la manera que sea con ese problema, entonces escojo que mi actuación sea quedarme callado como los demás. ¡Eso es una franca desincronización interna!

Entonces, ¿Cuándo vamos a quitarnos ese problema de encima? ¿Cuándo le vamos “a pará el macho” a air-e? Parece que tenemos decisión de seguir pensando y sintiendo, pero no de actuar, o sea, ¿es de mantenernos desincronizados?

Primer llamado: sincronicémonos y lo hacemos como lo pensamos y lo sentimos, con dirigencia o sin dirigencia, con entes administrativos o sin entes administrativos, con comunales o sin comunales. Por eso, hagámoslo como Sociedad Civil y “si no nos amarramos los pantalones” vamos a seguir “con la lengua entre el bolsillo” y recibiendo palo y humillaciones de la empresa air-e.

Igual tenemos el caso del alumbrado público, los servicios de agua potable en los municipios, la inseguridad ciudadana, los líos de movilidad en cada municipio y nos está pasando lo mismo: pensamos, sentimos, hablamos, queremos hacer y finalmente nos quedamos callados y quietos.

Segundo llamado: reflexionemos acerca de esta pregunta ¿Cuándo carajo vamos a buscar las soluciones que hace mucho tiempo nos han prometido y no han llegado, o vamos a seguir “como borregos enchiqueraos” esperando que llegue lo que ni siquiera han ido a buscar?

Guajiros, tenemos concesionado el servicio de energía eléctrica, tenemos concesionado el servicio de alumbrado público, tenemos concesionado el servicio de agua potable y alcantarillado, tenemos concesionado el servicio  de aseo, tenemos concesionado los servicios de Cuidados Intensivos en los hospitales públicos, tenemos concesionado el mantenimiento de las vías principales del departamento, tenemos concesionado el único aeropuerto público del departamento; tenemos concesionado y privatizado el servicio de gas domiciliario.

Mi observación no es en contra de la concesión en sí, sino que se lleva muchos años en eso y la naturaleza de concesionar es por mejorar los servicios porque tienen asegurada la financiación por muchos años, y hoy tantos años después siguen siendo estos temas parte de la agenda de reclamaciones de los guajiros por la ineficiencia e inefectividad de esas concesiones, y además, en todas las campañas electorales convertimos esas promesas en “la joya de la corona” de los Programas de Gobierno cuando se supone que por “tan grandes inversiones hechas” y por tan altos recaudos deberíamos tener esas deficiencias resueltas con las mejores vías y los mejores servicios públicos de Colombia.

Aquí hay otro tipo de desincronización de esas empresas: recaudan para dar mantenimiento y mejorar vías y servicios públicos, pero no invierten para hacerlo, sino que esperan que se deterioren más y sean más cara las reparaciones y los mejoramientos de los servicios. ¿Para donde cogen los recursos?

Pregunta general: ¿Dónde están los grupos de poder departamental y municipales que deben actuar y defender al ciudadano guajiro de todas estas concesionarias, sobre todo las de servicios públicos? ¿También están desincronizados?

Efectos de esa desincronización: 1) no actuamos con voluntad y decisión. 2) los concesionarios ya saben dos cosas: una, que somos un pueblo pacífico, y la otra, que la polarización política en que estamos no nos permite unirnos ni siquiera para reclamar los que nos merecemos y ni siquiera defender nuestro bolsillo. 3) seguiremos eligiendo a los cargos públicos lo menos conveniente, o a los de afuera porque sus músculos económicos y financieros nos desincronizan y nos hacen “esconder el rabo entre las piernas” y entonces votamos por falsas promesas y vagas ilusiones más no por sueños basados en nuestras realidades, posibilidades, potencialidades y esperanzas.

Petición pública: que en los Planes de Desarrollo tanto departamental como municipales incluyan un punto qué como todos los de los planes de desarrollo sea de obligado cumplimiento, y es que el departamento y los municipios hagan semestralmente un informe de gestión y resultados (logros obtenidos a favor del pueblo) de la defensa que hagan ellos de las comunidades guajiras frente a estas empresas de servicios públicos maltratadoras y abusivas.

Clamor a los guajiros: nuevamente, esta solicitud en lo electoral que se ha hecho muchas veces: elijamos por competencias académicas, capacidades técnicas, antecedentes administrativos, sensibilidad social demostrada y probidad política. Elijamos a conciencia.

En lo social: defendámonos de los que nos ofenden, o sea de esas empresas leoninas y sin sentido social.

En lo económico: defendamos nuestros recursos, nuestros bolsillos.

En lo político: sincronicémonos (dirigencia política, administrativa, comunales y sociedad civil) de manera conveniente y reclamemos de manera contundente.

Rodrigo Daza Cárdenas 

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