PROCURA EL FAVOR DE DIOS Y NO EL DEL HOMBRE

Gálatas Capitulo 1

“Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo.”
Gálatas 1:10 NTV

¿Qué es el favor? Favor es una ayuda o socorro que se concede o se pide a alguien. También  es un beneficiogracia o una honra.

Pablo vivía bajo un principio claro, Agradar a Dios y no a los hombres. Algo difícil de hacer tanto en esa época como ahora, donde se ha convertido en un estilo de vida el hecho de buscar el favor, la aprobación y la venia de los hombres y en muchos casos esto cuesta sacrificar principios morales y éticos; y en el afán de encajar, ser aceptado, tener un buen status o lugar de reconocimiento, lo que nos lleva a hacer cosas que incluso podrían traspasar la legalidad.

Es por ello que, constantemente debemos permanecer firmes y tener claro a quien le servimos y de quien queremos recibir aprobación. Es un hecho que, nunca vamos a tener a todos contentos, porque vivimos en una sociedad demandante que lo que hace es desgastarnos, llevarnos al límite, y a un camino sin retorno donde el corazón se extravía, se envanece y cauteriza; entonces hacer lo malo ya no cuesta tanto por qué se vuelve un hábito.

Es complejo tomar la elección diaria de agradar a Dios y no a los que nos rodean, porque nos hemos convencido que buscando el favor de los hombres podemos conseguir un nivel de vida económicamente sostenible, ser influyentes y obtener algún tipo de poder o beneficio; y es probable que así sea, sin embargo, esto en primer lugar no es duradero, en segundo lugar siempre nos llevará lejos de Dios y por ende a vivir con el corazón vacío.

En este sentido, la palabra de Dios enseña en Santiago 4:4-7 que quien insiste en ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios, y es así por qué la amistad requiere lealtad, confianza y respeto. La verdad es, que el único que realmente desea nuestro bienestar sin envidias, celos y sin esperar algo a cambio, es Dios; porque es el único que nos ama de manera incondicional. Por eso, antes de aliarnos con cualquier otro debemos fortalecer nuestra alianza con Dios, por qué es su favor el que nos llevará a lugares inimaginables, es su favor el que hace que todo se dé en el tiempo y lugar preciso. Entonces entendiendo esto, ¿para que esforzarnos por ganar el favor del hombre? Si Dios es el que hace que las puertas se abran y que aún los lugares que no estaban preparados para nosotros, seamos nosotros quienes los ocupemos porque así lo ha determinado Dios en su soberanía.

Es preciso comprender que, el favor de Dios es el único poder que cambia el rumbo de las cosas para nuestro beneficio. Tú y yo somos salvos por su favor, y esto no solo hace referencia al hecho de ir al cielo, sino al hecho de vivir esta vida en libertad, seguridad, sanidad y plenitud.

Así mismo, es necesario entender que, el favor de Dios lo recibimos desde el mismo momento en que decidimos reconocer y aceptar a Jesús como señor y salvador; no obstante, cuando insistimos en procurar el favor del hombre, automáticamente nos separamos del favor de Dios; por el contrario, cuando el favor de Dios reposa sobre nosotros hallaremos también favor delante de los hombres. De esto nos habla el libro de Job, en el capítulo 29 dice: “Como fui en los días de mi juventud, Cuando el favor de Dios velaba sobre mi tienda; Cuando aún estaba conmigo el Omnipotente, Y mis hijos alrededor de mí; ¡Cuando lavaba yo mis pasos con leche, Y la piedra me derramaba ríos de aceite! Cuando yo salía a la puerta a juicio, Y en la plaza hacía preparar mi asiento, Los jóvenes me veían, y se escondían; Y los ancianos se levantaban, y estaban de pie. Los príncipes detenían sus palabras; Ponían la mano sobre su boca. La voz de los principales se apagaba, Y su lengua se pegaba a su paladar. Los oídos que me oían me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían me daban testimonio” Job 29:4-11. Job añoraba el favor de Dios de vuelta, entendía que cuando la protección de Dios estaba sobre él, su bondad, bendición y respaldo lo seguían continuamente.

Pero desestimamos esto cuando desobedecemos su palabra, mentimos, somos indolentes e insensibles con las personas, cuando hay altivez, autosuficiencia, cuando somos desagradecidos, desconocemos la soberanía y le quitamos a Dios el primer lugar.

La palabra de Dios nos aconseja: Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón. Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción. ¡Nunca permitas que la lealtad ni la bondad te abandonen! Átalas alrededor de tu cuello como un recordatorio.

Escríbelas en lo profundo de tu corazón. Entonces tendrás tanto el favor de Dios como el de la gente, y lograrás una buena reputación. Proverbios 3:1-4

Si leemos en 1 de Samuel los capítulos del 13 al 15 veremos como el primer Rey de Israel: Saúl, se apartó del favor de Dios. Su caída comenzó cuando dejó de ver a su creador y comenzó a mirarse a sí mismo. No había en Israel ninguno como Saúl y entonces comenzó a ser arrogante, engreído, presumido y orgulloso.

En 1 de Samuel 13: 8-9 dice: Mientras tanto, Saúl se quedó en Gilgal, y sus hombres temblaban de miedo. 8 Durante siete días Saúl esperó allí, según las instrucciones de Samuel, pero aun así Samuel no llegaba. Saúl se dio cuenta de que sus tropas habían comenzado a desertar, de modo que ordenó: «¡Tráiganme la ofrenda quemada y las ofrendas de paz!». Y Saúl mismo sacrificó la ofrenda quemada.

Su falta de paciencia, su arrogancia y su deseo de preservar su imagen lo llevaron a tomar decisiones equivocadas. Él había sido ungido para ser rey, pero comenzó a tomar parte en los asuntos religiosos. Se tomó atribuciones que no le correspondían, porque quería ganar el favor de la gente para que no desertaran. No había un sincero deseo de agradar a Dios, sino de mantenerse en la cima y ser respetado.

Por otra parte, vemos la vida de Ester y como el favor de Dios la rodeaba. Al llegar al Haren del Rey, Ester halló gracia delante de Hegai jefe de Eunucos quien decidió darle las mejores cremas de belleza y comida especial. También le asignó a siete de las mejores muchachas del palacio para que la atendieran y le dieran una de las mejores habitaciones en la casa de las mujeres. (Ester 2:8)

Luego cuando le llegó el turno de presentarse ante el rey, fue vestida con la ropa que Hegai le aconsejó ponerse, y luego el Rey la trató mejor que a todas sus mujeres, y la nombró reina. (Ester 2:15-17)

Cuando el favor de Dios está de nuestra parte, el hace que aun hallemos gracia delante de los hombres, puede haber muchas personas con capacidades y talentos similares a los nuestros, pero el favor de Dios es el que hace que seamos sobresalientes.

Salmo 5:12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor

Tener el favor del Señor significa que Él está de acuerdo con la persona y en su vida vemos la evidencia tangible de la aprobación, aceptación, apoyo, provisión, poder y el gozo de Dios.

2 Crónicas 16: 9ª Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Constantemente buscamos a Dios para que él nos ayude, nos provea, esperamos recibir siempre algo de Él, pero este verso dice que Dios busca, recorre el mundo buscando a aquellos que le son fieles y tiene un corazón perfecto para con El y perfecto no quiere decir que nunca cometen un error, sino que están definidas en su lealtad y reverencia hacia Dios, son aquellos que venga lo que venga confían en Dios, lo buscan y no tienen dudas acerca de quién es Dios en sus vidas, sino que se entregan completamente en sus brazos y descansan en su misericordia cuando se enfrentan a los retos de la vida.

Dios se complace en quienes le temen y en quienes confían en El, esto sin duda alguna cautiva el favor de Dios, leemos en el salmo 147:10-11 No se complace en la fuerza del caballo ni en el poder del ser humano. No, el Señor se deleita en los que le temen, en los que ponen su esperanza en su amor inagotable.

Dios no se complace ni favorece a aquellos que ponen su confianza primero en sus habilidades, capacidades y recursos. Sino en aquellos que confían en el Dios que creo y proveyó esas capacidades, talentos y recursos.

Sin duda alguna el reto más grande que tenemos es reconocer que Dios es mucho más de lo que alcanzamos a ver o imaginar, que el poder majestuoso al que nos acercamos todos los días, es amoroso, noble y misericordioso, pero al mismo tiempo es justo y temible, por esto debemos definir donde esta nuestra lealtad hoy, con quien hemos estado haciendo alianzas para solucionar momentáneamente algunas situaciones, haciendo a un lado y subestimando el poder sobrenatural del creador del universo. Precisamos hoy reconocer que con quien estamos interactuando es con un poder y una bondad como no hay otra.

Escuchaba en una predica algo impactante: Dios es como un huracán poderoso al que hay que temerle, pero su favor es como el ojo de ese huracán, un lugar apacible para aquellos que decidimos confiar en EL. Necesitamos correr al favor de Dios todos los días de nuestra vida, sin importar nuestras fallas o imperfecciones, porque el corre mucho más a prisa para abrazarnos y mostrarnos su amor inagotable.

Vicky Pinedo 

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