La vida y el éxito en la misma es la suma de una serie de pensamientos, decisiones, pero sobre todo acciones encaminadas a un propósito; por supuesto y como es natural, hay unas que tienen más resultados que otras, algunos lo atribuyen a la voluntad de Dios, otros al alzar, otros a la circunstancia, entre otras. Sin embargo, podemos decir que lo que marca la diferencia se encuentra en el nivel de esfuerzo y sacrificio, gracias a lo cual finalmente se evidencian los resultados.
Hay historias que sorprenden dependiendo la óptica desde donde se les mire, pero la de David Vélez y NUBANK, desde cualquier perspectiva, es una historia de éxito disruptivo completamente fascinante. NUBANK es sin duda una las compañías con más éxito a nivel continental, llegando a estar incluso en el top 5 de los bancos más grandes de Brasil, según algunos reportes gremiales. Éxito liderado por un colombiano que considera que ser disruptivo, tanto profesional como personalmente, ha supuesto el desafío de atreverse a cambiar lo que ya existe para innovar, crear soluciones y dejar atrás lo que ya no funciona. En resumen, cambiar la oferta en términos de mercado para estar a la vanguardia de una nueva demanda.
Para Vélez tener una mente abierta, asumir riesgos y aprender de los fracasos y los retos ha sido la clave y guía para liderar el Banco digital más grande del mundo; ojo, una empresa que no lleva 15 años, pero que basados en esta filosofía ya se lleva estos logros.
Traigo a colación esta historia para inspirar a cientos de miles de jóvenes en Colombia y el mundo, al 54% de los estudiantes entre 17 y 21 años que logran entrar a la educación superior, pero también al 46% que no lo hacen, a los más de 12.5 millones de jóvenes entre 14 y 28 años, el 25% de nuestra población, que nos atrevamos a soñar, a crear oportunidades propias, a desafiar el statu quo, que como lo expresa David Gómez, basados en la ética, empatía e integridad, sin dejar de creer en nosotros mismos logremos cambiar un mundo que está hecho para nosotros.
Gracias David, no solo por cambiar el paradigma del mundo bancario, sino por ser un ejemplo para tantos que el mundo se puede cambiar si solamente decidimos hacerlo.
Nicolás Ordoñez Ruiz