En la cultura wayúu, las mujeres han sido históricamente las guardianas de los clanes, un rol que les otorga un poder significativo dentro de la estructura familiar. Como matronas, son las encargadas de tomar decisiones clave sobre el bienestar de la comunidad, la educación de los hijos y la administración de los recursos. Este sistema matrilineal le da a la mujer wayúu un poder interno que contrasta con su participación más limitada en espacios externos como la política o la vida pública.
En el ámbito político, las mujeres guajiras han comenzado a ganar terreno, aunque de manera lenta y desigual. Las campañas políticas, predominantemente dominadas por hombres, suelen relegar a las mujeres a roles secundarios e incluso cuando logran alcanzar cargos públicos, enfrentan una constante subestimación de sus capacidades y enfrentan críticas más duras que sus pares masculinos. Féminas valerosas, que a pesar de estas dificultades, han logrado hacerse elegir como ediles, concejalas y alcaldesas en varios municipios guajiros, demostrando que están cada vez más dispuestas a romper con el statu quo.
Sororidad: Tejiendo redes de apoyo
La sororidad, ese concepto que hace referencia a la solidaridad entre mujeres para enfrentar las estructuras patriarcales, ha sido una clave fundamental en la lucha por la equidad de género en La Guajira. En la región, han surgido varias iniciativas que buscan apoyar a las mujeres para que puedan desenvolverse en espacios de poder y liderazgo. Una iniciativa significativa es el Colectivo de Mujeres de La Guajira, una organización que no solo busca visibilizar las problemáticas de género, sino también acompañar y formar a nuevas lideresas en temas de equidad, derechos humanos y participación política. Estas redes de apoyo son fundamentales en un contexto donde la violencia de género, el machismo y la exclusión política siguen siendo realidades cotidianas.
Superar el machismo: Un desafío colectivo
El machismo en La Guajira, como en muchas partes del mundo, es un obstáculo complejo que afecta tanto a mujeres indígenas como no indígenas. No obstante, en las comunidades wayúu, este fenómeno se entrelaza con dinámicas culturales que, aunque otorgan poder a las mujeres dentro de los clanes, limitan su participación en espacios externos. En el contexto urbano, las mujeres no indígenas también enfrentan barreras derivadas de la desigualdad estructural, la violencia de género y la exclusión de los espacios de poder.
Ante este panorama gris, nosotras, las guajiras, luchadoras ancestrales, debemos comprender que la sororidad y el empoderamiento colectivo son herramientas poderosas para que las mujeres superemos estos obstáculos. La creación de redes de apoyo, espacios de formación y la visibilización de liderazgos femeninos son estrategias necesarias para construir un camino hacia una mayor equidad e igualdad integradora. Para ello, es preciso pasar del verbo a la acción, promoviendo iniciativas de construcción de un mejor futuro para “todas”, tales como:
- Impulsar la educación de género desde la infancia: Incorporar programas de educación en equidad de género tanto en escuelas wayúu como en las instituciones urbanas, para promover desde temprana edad el respeto y la igualdad.
- Fortalecer redes de apoyo para mujeres lideresas: Expandir las redes de sororidad que brindan capacitación y apoyo a mujeres interesadas en liderar procesos políticos y sociales.
- Fomentar la participación femenina en todos los niveles: Desde las comunidades hasta las altas esferas de la política, es crucial asegurar que las mujeres sean protagonistas, no como una cuota, o un relleno más en las listas, sino como agentes de cambio y sujeto del rotulo de protagonistas.
- Visibilizar a las mujeres en medios de comunicación: Los medios de comunicación regionales deben hacer un esfuerzo por visibilizar los logros y el trabajo de las mujeres guajiras, tanto en la política como en sus comunidades, para inspirar a nuevas generaciones.
- Promover la financiación de campañas políticas de mujeres: Crear fondos específicos para apoyar a mujeres en la política, permitiéndoles una mayor independencia financiera y protegiéndolas de las redes tradicionales de poder.
La lucha por la equidad de género en La Guajira es un proceso en evolución que, aunque está lleno de desafíos, también cuenta con mujeres valientes que están dispuestas a liderar el cambio. La sororidad y el trabajo colectivo son fundamentales para seguir avanzando, y las mujeres wayúu y no indígenas que ya han dejado su huella son prueba de que es posible transformar las dinámicas de poder. Solo a través del apoyo mutuo y la implementación de estrategias inclusivas podremos construir una sociedad donde la voz de las mujeres sea escuchada y respetada en todos los espacios.
Carolina Issa Morales