TRANSFORMACIÓN INTEGRAL: DESPERTANDO A RIOHACHA Y LA GUAJIRA DEL SUEÑO DEL SUBDESARROLLO

Desde las reformas económicas de Deng Xiaoping en China hasta las realidades políticas que reeligieron a líderes como Donald Trump, el cambio social significativo se sustenta en adaptaciones estructurales que atienden a las demandas contemporáneas de la sociedad. Para La Guajira y Riohacha, esta enseñanza ofrece un mapa hacia una transformación que podría desviar su trayectoria de “región más pobre” hacia una de prosperidad compartida y sostenible.

En la China post-Mao, la adopción de reformas de mercado bajo el liderazgo de Deng Xiaoping ilustra cómo la apertura económica y la flexibilización del control estatal sobre la economía pueden catalizar un crecimiento exponencial. Deng instauró políticas que incentivaron la inversión extranjera y la integración de China en la economía global, lo que llevó al país a convertirse en una potencia económica mundial. Esta transición se fundamentó en reconocer las limitaciones de los modelos anteriores y en adoptar un enfoque pragmático que priorizaba el desarrollo económico sobre la ideología.

En Sudáfrica, el fin del apartheid no solo desmanteló un sistema de segregación racial, sino que también transformó el país en una democracia representativa con una economía más inclusiva. Este cambio fue el resultado de una lucha dirigida por figuras como Nelson Mandela, que entendió que la verdadera transformación requiere una reconciliación nacional y una reestructuración de las instituciones para garantizar igualdad y justicia para todos.

En el caso de Donald Trump, su elección y posterior reelección destacaron cómo el descontento y la desconexión pueden ser catalizadores poderosos para el cambio político. Trump aprovechó un sentimiento de desilusión con las políticas de los globalistas y promovió una agenda que, aunque polémica, resonó con una significativa porción del electorado estadounidense. Su éxito subraya la importancia de entender y abordar las preocupaciones de la base popular en la política contemporánea.

Para La Guajira y Riohacha, la aplicación de estas lecciones podría ser revolucionaria. Primero, la región necesita adoptar una visión pragmática y orientada hacia el futuro para su desarrollo económico, similar a la de China. La inversión en tecnología y la apertura a mercados internacionales pueden ser clave para diversificar su economía predominantemente minera y energética.

Además, al igual que en Sudáfrica, La Guajira y Riohacha necesitan fortalecer sus instituciones democráticas para asegurar que sean verdaderamente inclusivas y representativas de su diversidad cultural, especialmente de sus comunidades indígenas Wayúu. Esta transformación institucional debe venir acompañada de un compromiso con la transparencia y la lucha contra la corrupción, que han plagado la región por décadas.

En la búsqueda de fortalecer la democracia en La Guajira y Riohacha, un ejemplo inspirador puede ser la implementación de “Consejos Ciudadanos”. Estos consejos funcionarían como foros participativos donde los ciudadanos de diversos sectores incluyendo a los representantes de las comunidades indígenas Wayúu, líderes juveniles, empresarios locales y académicos puedan discutir y proponer soluciones a los problemas locales de forma directa y transparente.

Estos Consejos Ciudadanos serían cruciales para fomentar una participación más activa y consciente en los asuntos públicos, creando un espacio donde todas las voces puedan ser escuchadas. La idea es que no solo sirvan como una plataforma de consulta, sino que también tengan la capacidad de influir en la toma de decisiones y en la formulación de políticas públicas, asegurando que las acciones del gobierno local reflejen las necesidades y deseos reales de sus ciudadanos.

Este modelo se basa en la premisa de que la participación ciudadana efectiva y constante es el cimiento de cualquier democracia saludable. Al empoderar a los ciudadanos para que participen activamente en la gestión de su comunidad, se promueve una cultura de responsabilidad y transparencia. Además, estos consejos ayudarían a disminuir la desconfianza en las instituciones, al proporcionar un mecanismo claro y efectivo para que la población vea reflejadas sus preocupaciones en acciones concretas y beneficios tangibles.

Adoptando estas lecciones de cambio social y liderazgo, La Guajira y Riohacha tienen la oportunidad de redirigir su trayectoria hacia un futuro de prosperidad y equidad. Los elementos clave para esta transformación incluyen la adopción de políticas pragmáticas de desarrollo económico, la fortaleza de las instituciones democráticas, y la integración efectiva de la comunidad en los procesos de decisión. El momento de actuar es ahora; la capacidad de nuestra región para prosperar y avanzar depende críticamente de las decisiones estratégicas y comprometidas que tomemos hoy.

 

Juana Cordero Moscote 

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