Mis queridos lectores, en este aniversario de Ojo Pelao Magazine, quiero compartir lo que ha significado para mí formar parte de esta familia de columnistas. Escribir para ustedes ha sido mucho más que plasmar ideas; ha sido un viaje transformador, un reflejo de mi compromiso con la sociedad y la ciudad que tanto amo: Riohacha.
Recuerdo con claridad el día que comencé esta travesía. Llenaba cada línea con ilusión, consciente de la responsabilidad que implicaba. No era solo escribir, era utilizar mi voz para generar cambios. Desde mi primera columna, Río de Desigualdad: El Drama de la Escasez de Agua en Riohacha, en noviembre del año pasado, entendí que cada palabra tenía un peso enorme, una posibilidad de impacto real. No solo para mí, sino para quienes leen, reflexionan y actúan.
A lo largo de este año, hemos abordado temas que tocan las fibras más profundas de nuestra sociedad. Desde la lucha contra la corrupción con la columna Cero Tolerancia con la Corrupción: Un Llamado Urgente para el Futuro de La Guajira, hasta la reflexión sobre qué tipo de liderazgo necesita Colombia y sus regiones, cada columna ha sido un espacio para hablar desde la honestidad y la empatía.
Escribir en Ojo Pelao no es solo una responsabilidad periodística; es una oportunidad de ser la voz de quienes no son escuchados. En La Opción Tarifaria: Un Peso Injusto sobre los Costeños, hablamos de cómo las políticas energéticas afectan la vida de tantos en la Costa Caribe, y fue a través de esa columna que pude ser un eco de la frustración y el agotamiento de miles de familias. Mi papel aquí no es solo el de una escritora; es el de una ciudadana comprometida, de una líder que entiende que el cambio no se logra en solitario.
Cuando me uní a Ojo Pelao, descubrí un espacio donde la libertad de expresión no era una frase vacía, sino un compromiso real. En cada tema, he sentido el respaldo de un medio que se atreve a innovar, que no tiene miedo a la censura ni a los temas incómodos. Eso me ha permitido abordar temas complejos, desde la crisis de liderazgo en Colombia hasta el desafío de transformar Riohacha en una ciudad sostenible, inspirada en el modelo de Kigali, Ruanda. Estas experiencias no solo me han formado como columnista, sino que han afianzado mi creencia de que, si trabajamos juntos, somos capaces de lograr grandes transformaciones.
Quiero dar las gracias especialmente a José Ramiro Celedón Ucros, director y fundador de Ojo Pelao Magazine, por confiar en mí y permitirme ser parte de esta gran familia. A Noralma Peralta, Arcesio Romero y Jaime Casilimas, mis primeros lectores, quienes con sus consejos y sugerencias me ayudaron a mejorar y crecer cada semana. Su apoyo incondicional ha sido una fuerza que me impulsa a seguir escribiendo con pasión y compromiso.
Ser reconocida como una líder de opinión ha sido un honor inmenso. Pero más que eso, ha sido la confirmación de que mi voz no es solo mía; es la de todos aquellos que luchan por una ciudad más justa, más equitativa, más nuestra. Cada semana, cuando leo un “Yo te leo”, sé que estamos conectados en esta gran conversación, que lo que escribo no cae en el vacío, sino que siembra pequeñas semillas de cambio.
Este año ha sido un viaje de 39 columnas, donde en cada una he puesto el corazón y la convicción de que juntos podemos construir la Riohacha que soñamos. Escribir sobre temas como la gestión de residuos, el poder de la comunidad o los desafíos de nuestra región ha sido un ejercicio de fe en el potencial humano. Porque, al final, de eso se trata: de creer en las personas, en su dignidad, en su capacidad de ser parte activa del cambio.
Mis columnas han sido un reflejo de lo que profeso: que la transformación social solo es posible cuando se reconoce la dignidad de las personas y su inmenso potencial. Y escribir aquí, en Ojo Pelao, me ha permitido sentirme más cerca de esa transformación, aportando un granito de arena a la construcción de una ciudad más justa y equitativa.
Hoy celebro no solo los logros de este magazine, sino también la oportunidad de estar caminando juntos hacia un futuro mejor. Mis queridos lectores, gracias por ser parte de esta conversación, por sus comentarios y, sobre todo, por su acción. Porque cada vez que alguien se inspira y actúa a partir de lo que aquí escribo, se fortalece la esperanza de que el cambio que soñamos es posible.
La historia continúa, y con ella, la lucha por una Riohacha que renazca desde las palabras y las acciones concretas. Gracias a todos por acompañarme en este viaje de letras y vida.
Juana Cordero Moscote
Felicitaciones mi estimada doctora Juana Cordero, sus palabras calan y generan conciencia de realidad.
Excelente labor informativa y de paso mostrar con hechos y con palabras,todo lo que venimos padeciendo en nuestra sociedad…Gracias y sigan con su profesionalismo!!
Felicitaciones Dra Juana por ese camino tan meticulosamente recorrido y por la huella que deja al impactar a sus lectores con el proyecto de vida que expone para todos . Desde la capital de mi amada Colombia la felicito por su labor de concientizar y unir a las comunidades basada en la problematica que viven diariamente. Las semillas que esta sembrando germinaran sutilmente y florecen con toda su fuerza… hay qe seguir buscando ese momento. Segui su trabajo en la campana.
LUCHAR SI SIRVE
A la familia del magazine mi admiracion y respeto por su valor civil.