El reciente anuncio de Celsia, en el que considera la posibilidad de vender sus proyectos eólicos en La Guajira, junto a los resultados de la última subasta de energía, donde no se asignaron proyectos en este departamento, nos invita a reflexionar profundamente.
La Guajira, que se perfilaba como el epicentro de la transición energética, enfrenta obstáculos significativos, incluidos retrasos en el licenciamiento ambiental, consultas previas, bloqueos, y una capacidad institucional insuficiente para facilitar este proceso, dejando al departamento en riesgo de quedar rezagado.
Hoy, La Guajira es noticia por los frecuentes bloqueos de vías y de la línea férrea de Cerrejón. Según Colfecar, en 2023, fue el departamento con el mayor número de bloqueos en vías, además la empresa minera reporta 242 bloqueos en la línea férrea en 2023 y 27 en lo que va de 2024. Estas cifras plantean la pregunta: ¿Cómo podemos promocionar el departamento como destino de inversión bajo estas circunstancias?
Lo que en algún momento se consideró un medio legítimo para obtener visibilidad y atención de las entidades públicas, se ha transformado en una táctica deplorable por parte de algunos, utilizada para fines personales. No podemos permitir que se repita la situación del mes de mayo con Enel, donde, tras un breve periodo de mensajes para que la empresa no abandonara el proyecto, no se lograron soluciones concretas, más allá de un pacto simbólico por la transición energética que, a la luz de los recientes acontecimientos, ha demostrado ser insuficiente.
La solución no reside en señalar culpables, sino en desarrollar una estrategia inclusiva y coordinada que involucre a instituciones nacionales y locales, la academia, las comunidades y las empresas. Se ha venido dialogando acerca de la creación de una mesa de trabajo permanente, respaldada por una ordenanza departamental que permita implementar acciones proactivas ante conflictos, retrasos y bloqueos. Además, es crucial apoyar y poner en marcha la estrategia gubernamental del departamento «La Guajira No Para».
Para progresar, La Guajira necesita reconocer al sector privado como un aliado crucial en la creación de valor. Es fundamental cambiar el discurso actual que aboga por el fin de la minería en la región, y que obstaculiza las inversiones en nuevas fuentes de generación y transmisión de energía.
Nos encontramos en medio de una crisis social y económica, por lo que es esencial creer en nuestras empresas locales y entender las dinámicas de las grandes corporaciones, cuyos proyectos en el sector minero energético pueden abrir las puertas a más empleo formal, a una mayor generación de ingresos para el territorio y a no dejar escapar la oportunidad de convertirnos en un destino de inversión.
Luis Guillermo Baquero