UNA RUTA PARA LA PROSPERIDAD

La nueva dinámica institucional emprendida por el Gobernador Nemesio Roys ha volcado el pesimismo social de un futuro de pobreza en una esperanza de transformación social y económica del Departamento, pues hasta hace pocos meses nuestra característica principal ante el pueblo colombiano era la escasa presencia institucional, prácticas económicas y políticas ilegales; además de escaso  seguimiento al orden público y la ausencia de una política clara de inversiones básicas, por eso, grandes expectativas tenemos quienes transitamos las vías del departamento de la Guajira con respecto a la ejecución del proyecto que construiría una carretera desde la media guajira hacia el sur en el trayecto comprendido entre  La Florida y Cuestecitas; hablo como si no existiera porque se considera un camino de herradura que hace poco competitiva nuestra capacidad productora real en tiempos del siglo XXI.

Esos aproximados treinta y tres kilómetros han estancado el progreso y la unión de la capital del departamento con los municipios del sur, haciendo que la interacción de las gentes de esas latitudes prefiera otras regiones y departamentos con quien realizar negocios, fortalecer los lazos culturales y promover nuevos escenarios vitales, como es el caso de Santa Marta y Barranquilla para los Riohacheros y Valledupar para las gentes del sur de la península, ciudades que se han beneficiado de esta división.

Ganamos todos con esta obra, será una gran oportunidad de redención del departamento que debe prepararse para nuevos escenarios de reactivación económica ante el inminente cierre de las minas del Cerrejón; esta ruta será de vital importancia para trasladar todo tipo de mercancías, pertenencias, materias primas y productos elaborados, así como el traslado de personas; esa expectativa no solo fortalecerá el comercio sino los lazos culturales que se han deteriorado, pues, la facilidad de llegar a otros lugares de manera cómoda y segura, hace que de parte y parte se escoja cambiar de destino.

Sustituir la denominación vulgar que se le ha dado de “La carretera de la muerte” a la “Ruta de la Prosperidad”, por lo que además de las obras civiles y de paisajismo que se proyectan, convendría aprovechar la oportunidad para hacer obras de impacto regional como lo sería un Paraje en inmediaciones de la variante de Monguí que incluya un Parque en honor a su majestad el dulce de leche y una zona de servicios donde los viajeros puedan llegar a descansar, comer y comprar productos típicos; lo que sin temor a equivocarme pondría el nombre de ese lugar tan querido en el mapa turístico del país, como siempre lo ha dicho mi madre Antonia Mejía Fonseca; además de la instalación de casetas para el expendio de productos con base en maíz en Machobayo;  también propiciar la venta productos cárnicos y lácteos en Cerrillo; La Guajira, necesita de eso, proyectar el desarrollo alternativo a los recursos no renovables donde cientos de miles de personas tienen aún sus únicas esperanzas de fortalecimiento económico.

No es menos cierto que el corredor proyectado habilitaría la posibilidad de movilización en menos de tres horas de los ciudadanos cesarences a las paradisiacas playas de Riohacha, Mayapo y Dibulla, compitiendo con los costos y riesgos por la cantidad de buses y tractocamiones en el desplazamiento por la Ruta del Sol hacia Santa Marta; lo que lógicamente convendría a todos los municipios del Sur quienes pueden mejorar sus propuestas comerciales, aunado al crecimiento turístico que jalona mostrar sus potencialidades a quienes transitan por esa vía y la comercialización de los productos agrícolas que en esta  hermosa región se producen.

Pensando en proyectos de impacto nacional, esta oportunidad haría retomar el intercambio comercial y abrir la posibilidad de penetrar al centro del país por el Rio Magdalena retomando el famoso “Camino de Jerusalén” como se le llamó en tiempos de la colonia a la ruta Riohacha- Valledupar- El Banco- Mompox aprovechando el proyecto nacional en curso que consiste en la recuperación de la navegabilidad del principal afluente hídrico del país y/o el proyecto de fortalecimiento de las vías férreas que podrían tener su lugar en inmediaciones del cruce de Chiriguaná; así como de este lado, potenciar Puerto Brisa y la futura Marina de la capital Guajira.

Son tantos sueños y proyectos que se pueden cristalizar que dependen en gran medida de la construcción de esta importante vía; por eso exhorto a todas las fuerzas vivas del Departamento apoyar esta magna obra y evitar caer en el juego del canibalismo político que sacrifica los intereses generales de todos los habitantes a costa de la prosperidad económica de pocos, es nuestra gran oportunidad de dejar de depender del carbón y empezar a construir nuestra propia historia sin bonanzas y con desarrollo sostenible.

Adaulfo Manjarrés Mejía

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