Este diciembre será muy diferente. En plena escalada de contagios de coronavirus en todo el país, ya no hay duda que este año no será una navidad normal, sino diferente y con distancia. Tenemos que tomar precauciones y lo tenemos que tomar seriamente porque hay vidas en juego y no podemos dejar de sacrificar ningún esfuerzo posible para garantizarnos la seguridad de seguir vivos para el próximo año. Tenemos que seguir acostumbrados por otro tiempo adicional al nuevo modo de vivir: la virtualidad; y nos tocará celebrar de otra manera la reuniones sociales y familiares en el mes más festivo del año, reforzando la responsabilidad y evitando la propagación del virus COVID 19.
“Quien tiene una pena, la vida le amargas, más fuerte la siente. Y del que está alegre, también te contagias, bendito diciembre. Tiemblas de emoción y de color, el pariente ya llegó a pasar su fin de año. De la pirotecnia en la ciudad, al pueblo vino a pasar, pascua el universitario. Y se van turnando las parejas, le tocó a la mujer este año. Y navidad pasarán, se van a la tierra de ella. La vieja sufre serena porque es un mandato celestial. Un feliz nuevo año, que sea de todos y para todos. Navidad sin agravios, en paz, en gracia, en buenos modos. De verdad sincerarnos, si por principio, hermanos somos. Gritemos con voluntad y que lo oiga el universo. Viva la pascua y la Navidad, el año nuevo y la Navidad, el arbolito y la Navidad, el 31 y la Navidad.”
Voy a tomar prestados estos versos de “Bendito Diciembre” del gran Rafael Manjarrez, y que fueron inmortalizados en la voz del todoterreno Beto Zabaleta, para referirme en esta ocasión a las fiestas de Navidad y Año Nuevo más distintas que pasaré en toda mi vida desde que tengo uso de razón.
Al llegar el 8 de diciembre entramos en la recta final que nos llevará a la celebración de las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
En general, el ambiente decembrino nos lleva a suponer que ser feliz es un imperativo categórico del que todos en la humanidad tenemos derecho, y que tenemos que borrar cualquier clase de conflictos que hayan podido existir durante el año. Durante diciembre se aceptan todas las treguas.
Sin embargo, este año todo será distinto, nada volverá a ser igual. Se cambiaron los papeles. Y eso es en el mundo entero.
Este año se agregan a estas fechas la melancolía y desesperanza por los efectos de la pandemia del COVID 19. No importa la razón, y mucho menos la causa, pero este año son muchas las personas que van a pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo en estado de soledad.
Uno habla con amigos de otras partes y les escucha historias aterradoras de familias que terminan el año sin varios de sus integrantes, algunos han quedado solos porque los demás fallecieron. A otros no fue posible acompañarlos en las exequias ni siquiera por sus mismos familiares. La ausencia de los seres queridos que no volverán a estar con nosotros, y esas ausencias son las que acrecientan las nostalgias. Es terrible…
La terminación de este año 2020 será muy triste, y aseguro que somos muchos los que queremos que se acabe hoy. Ya! Que al abrir los ojos sea 2021. Como nunca antes había sucedido.
Necesitamos despedir este año a la mayor brevedad, decirle adiós a nuestras pérdidas, a nuestras penas, tristezas y a la nostalgia que hemos venido arrastrando desde comienzos del 2020.
Necesitamos abrir muy pronto una nueva página en nuestra vida, tenemos que renovarnos y tomar el desafío de hacer los cambios necesarios en nosotros, en nuestras familias, en los seres queridos que nos quedan, los cambios que nos faciliten cambiar el rumbo, el ritmo y asumir el control de nuestra existencia, necesitamos encontrarle de nuevo el sentido a nuestra vida.
Este año vamos a extrañar mucho los tradicionales ruidos de diciembre, los juguetes, los niños brincando, las bicicletas, los patines, las novenas en la madrugada, las celebraciones en las oficinas, los festejos con las amistades, las decoraciones, las luces, la música, los brindis, la cena tradicional, en fín, todo será distinto este año en Navidad y Año Nuevo, nada volverá a ser igual.
Si bien la celebración de la Navidad se inició como una fiesta cristiana, también es cierto que con el paso de los años se terminó imponiendo como una fiesta universal independientemente de las creencias religiosas. Y claro, cada familia, en cada parte del mundo la festeja con los símbolos con los cuales más se identifica.
Pero lo cierto es que este año, para muchas familias en el mundo, las fiestas de Navidad y Año Nuevo están lejos de ser otro motivo para celebrar. Ni siquiera para la persona que disfruta consigo mismo en la soledad y lo vive sin desconsuelo. Porque en esta ocasión tendrá otra consecuencia diferente ante los estragos que nos ha causado la pandemia del virus COVID 19.
Este año tenemos que tener el valor para tomar la decisión de pasar estas fiestas bien, estar tranquilos, ya sea solos o con la familia; pero no hay duda que será todo un desafío, porque deben ser la prioridad y responsabilidad de cada uno, sea por nosotros mismos y también por nuestros seres queridos. Manteniendo viva la esperanza de recuperarnos y compensarnos la próxima Navidad y Año Nuevo.
Ponernos a renegar no va a solucionarnos nada, y lo único que logramos es aumentar el malestar y la frustración. Tenemos que asumir una actitud positiva y de cultura ciudadana para que entre todos salgamos adelante en esta pandemia. No olvidemos mantener los protocolos de bioseguridad: lavado de manos, tapabocas, distanciamiento, no aglomeraciones, etcétera.
El afán en estas fiestas a través de la historia de la humanidad siempre ha sido salir de todas partes del mundo para llegar a todas partes del mundo, con el fin de alcanzar a reunirse con las personas con las cuales uno se siente bien y comparte afecto, pero esta vez todo nos tocará virtual, contando con el funcionamiento de las comunicaciones, para que no se frustren los encuentros como única alternativa que nos proporciona el desarrollo de las tecnologías de las comunicaciones.
En este sentido, y en coherencia con lo que afirmo, deponiendo los sentimientos negativos. Mis mejores deseos para mis amables lectores y los de Ojo Pelao´ Magazine son para que la fe, la esperanza, la paz y el amor sean los depositarios de todos sus sentimientos, y que habiten en cada uno, para que en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo hagamos los mayores esfuerzos y procuremos tener muchas razones para estar bien, a pesar de las circunstancias.
La últimas noticias nos hablan de un futuro promisorio para empezar a combatir la pandemia del COVID 19, con el procedimiento de las vacunas que ya se están aplicando en Europa y muy próximamente en los Estados Unidos. Esperemos que lleguen muy pronto las dosis a Colombia. Este diciembre será muy diferente.
Luís Alonso Colmenares Rodríguez
@LcolmenaresR