DESPUÉS DE HARVARD ME CAYERON EN GAVILLA

Para opinar no hay que ofender. Es más sencillo. Con toda la libertad exponga sus argumentos y defienda de manera civilizada sus criterios. Pero también hay que respetar los derechos que tenemos los demás, porque todos somos iguales para opinar, con los mismos derechos. Nadie más que otros. Iguales. Y por eso no caben las ofensas sino los argumentos.

Discúlpenme, pero me cayeron en gavilla los sanjuaneros porque les incluí a su municipio en la lista de la irresponsable distribución de recursos que hizo el gobernador Nemesio Roys, con mas de $300 mil millones provenientes de las regalías, para que fueran invertidos en obras de ornamentación y de instalaciones deportivas que terminarán como elefantes blancos por la falta de planeación y mantenimiento.

Y porque en los procedimientos de la distribución desconocieron los criterios de la Ley 2056 que regula la organización y el funcionamiento del Sistema General de Regalías, en el sentido de que los proyectos deben estar en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo y los planes de desarrollo de las entidades territoriales, además de cumplir con el principio de Buen Gobierno y las características de “Pertinencia, Viabilidad, Sostenibilidad, Impacto, Articulación con planes y políticas, y Mejoramiento”.

Eso no me lo inventé yo. Es la ley. Y hay que cumplirla porque no estamos en una anarquía sino en un Estado social de derecho.

De manera respetuosa invito a los sanjuaneros para que me entiendan, como lo dije de manera figurada, La Guajira es un departamento, no es una finca en la que manda el mayordomo. No se puede hacer cualquier obra solo porque al gobernador le da la gana y se pone de acuerdo con el alcalde. No se puede pasar por encima del ordenamiento jurídico.

Con el mismo respeto le pregunto a los sanjuaneros que eligieron como alcalde al ingeniero y especialista en contratación estatal Álvaro Díaz, si tienen conocimiento que durante la campaña se hubiera comprometido con la remodelación de la plaza de San Juan del Cesar, a través del programa de gobierno que inscribió en la Registraduría.

Porque de acuerdo con el numeral 1° del artículo 39 de la Ley 152, relacionada con el Plan de Desarrollo, establece que “El Alcalde o Gobernador elegido impartirá las orientaciones para la elaboración de los planes de desarrollo conforme al programa de gobierno presentado al inscribirse como candidato”.

Insisto, en ese orden de ideas, ¿el candidato Álvaro Díaz le ofreció en el programa de gobierno a los sanjuaneros el proyecto de construcción y remodelación de la plaza de Bolívar?

Porque de otra manera se podría pensar que el candidato se hizo elegir con unas propuestas y ahora como alcalde va a llevar a cabo otras obras.

¿Será que la principal necesidad de los sanjuaneros y de los corregimientos del municipio es la reconstrucción y remodelación de la plaza de Bolívar, y que a esa obra le asignen algo así como $12 mil millones?

Piénsenlo. Porque en todo caso mi opinión no es contra el proyecto de renovación de la plaza, sino de las prioridades. Porque son los sanjuaneros los que deben definir el uso de recursos que provengan de regalías.

Y ahí pregunto: ¿ese proyecto se concertó con la comunidad? Los invito a que hagan el esfuerzo de reflexión sobre lo que estoy diciendo y déjense de tantas griterías y de ofensas.

Hay argumentos técnicos que no están contra el proyecto de renovación en si mismo, sino contra la cantidad de recursos que se van a utilizar, porque van a tener que poner la plaza patas arriba para poder gastarse toda esa plata. Además, de argumentos contra el diseño de lo que se pretende llevar a cabo porque está en riesgo un patrimonio arquitectónico.

Argumentos con suficiente fortaleza, como los que ha expuesto el reconocido arquitecto sanjuanero Teo Manjarrez Ariza, en un video que recorrió todas las redes sociales, y que de manera general expresa que el proyecto es incompatible con el POT, no ha sido concertado con los vecinos y la comunidad en general, el diseño no mantiene el trazado de la explanada principal, desapareciendo las 12 zonas verdes internas, abundancia de la cultura del cemento, escasez de nuevo arbolado y jardinería, demasiadas luminarias, entre otras objeciones. (ver video).

Se sabe que ya se hizo una convocatoria de la licitación pública 008-2021 sin tener en cuenta la reglamentación contenida en la Ley 2022 relacionada con los pliegos tipo, que son de uso obligatorio para los pliegos de condiciones de los procesos de selección de obras públicas, interventoría para las obras públicas, interventoría para consultoría de estudios y diseños para obras públicas, consultoría en ingeniería para obras, que lleven a cabo todas las entidades del Estado. Y eso incluye a San Juan del Cesar.

A partir de la convocatoria de la licitación en el SECOP, algunos potenciales proponentes hicieron observaciones al alcalde Álvaro Díaz, y enseguida corrieron a bajar todo lo publicado en el SECOP.

Presumiendo la buena fe a la que tiene derecho el alcalde, que es especialista en contratación estatal, parece que está desactualizado y no cayó en cuenta de algunos detalles, no solo sustanciales sino también procedimentales de la obra en cuestión.

Entre las observaciones que pusieron en conocimiento del alcalde Álvaro Díaz, que es especialista en contratación estatal, le hicieron caer en cuenta que en los pliegos que publicó la administración municipal de San Juan del Cesar sobresalen las siguientes:

1) El área a demoler es similar al área total del parque incluyendo sus vías perimetrales. Es decir, proponen tumbarlo todo y hasta lo que no existe. Pero sin embargo el área a demoler está sobrestimada y esto hace pensar que el presupuesto se aumente de manera artificial. El área total de la plaza de Bolívar es de 10.140 metros cuadrados.

2) El área a excavar también es similar al área total de la plaza, lo cual ratifica que se proponen tumbarlo todo. Y la profundidad de las excavaciones será de mas de un metro como si se tratara de una vía de tráfico pesado estilo tracto mulas. Me hace suponer que presupuestan un metro, pero excavan menos con el fin aumentar el presupuesto de manera artificial. ¿Después de que tapen quién sabrá la profundidad de lo que excavaron? ¿La interventoría? ¡Por favor! No seamos ingenuos.

3) En cuanto a la actividad de relleno, en los pliegos se mantiene el mismo criterio de presupuestar mayor cantidad a la del área de la plaza. Es decir, van a rellenar hasta lo que no excaven, con el fin de aumentar el presupuesto de manera artificial. Es lo que infiero.

4) Como consecuencia de demoler, excavar y rellenar mas de lo que existe en la realidad, entonces terminan cargando y retirando mas del material sobrante que realmente resulte de los trabajos que lleven a cabo. Y la razón no podrá ser distinta que la de aumentar el presupuesto de manera artificial.

5) Respecto al aseo general del área que será intervenida, dicen los pliegos que se llevará a cabo en 40.000 metros cuadrados, pero la plaza tiene 10.140 metros cuadrados. ¿Entonces? ¿El aseo no va a ser solo de la plaza sino de todo el municipio? Aunque no se quiera, se concluye que la intención es de aumentar el presupuesto de manera artificial.

6) Los pliegos establecen, sin ninguna explicación técnica ni racional, que se van a intervenir 30.000 metros cuadrados de piso en un área que solo tiene 10.140 metros cuadrados. ¡Esto qué es! ¿Una plaza de tres pisos? Explíquenme. No soy ingeniero, pero tengo sentido común.

7) Y finalmente, como consecuencia de los aspectos anteriores, y otros que no menciono aquí, se ha podido establecer que el proyecto tiene unos posibles sobre costos por mas de $1.400 millones.

La situación que expongo obliga a la revisión del proyecto y a la necesaria conformación de una veeduría ciudadana, que incluya personas de reconocida idoneidad en esta clase de proyectos, juntas de acción comunal, residentes del marco de la plaza, etcétera.

Nadie discute de la necesidad del proyecto o que los sanjuaneros no se lo merezcan, no hay que desviar la discusión; sino que se deben tener en cuenta las prioridades, que es distinto.

Invertir cerca de $12.000 millones sin tener en cuenta que hay otros problemas relacionados con temas de servicios públicos, infraestructura de salud, de educación, vías, etcétera?

Reitero lo que dije: qué hubo ahí; donde quedó la planeación; cuál es la conveniencia; a quién le quieren hacer el favor; por qué no quieren utilizar el procedimiento de pliegos tipo; en fin, son muchas las preguntas.

Pero no la emprendan en gavilla contra mi con el gran argumento de que me fije en los problemas de Villanueva. Ese no es argumento porque también soy guajiro y solo tengo el interés de opinar e informar. No hay duda que esto lo tienen que resolver los sanjuaneros.

Pero como dijo el gran filósofo de La Junta: “se las dejo ahí”.

Luís Alonso Colmenares Rodríguez 

http://www.laopiniondecolmenares.com

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