UN TRIO FANTÁSTICO

Después de disfrutar las carreras de caballos, junto a Ciro y Luz Estela, mis amigos del Colegio, que me fueron a visitar a La Peña (El Pueblo más Lindo del Mundo); nos regresamos a la casa, nos sentamos frente a “Hamaca Grande” (la renovada cantina de mis padres ahora en manos de Vicky mi hermana y su esposo Jesualdo) a refrescarnos, y a reírnos, recordando locuras juveniles, mientras esperábamos a otros compañeros.  Al momento llegó Edíxio, que estaba de cumpleaños y Lili su esposa, con sus hijas hermosas… Ahí estábamos cuando llega mi amiga Fénix de Jesús con unos caballeros que no conocía… Fénix me hace señas de ir hasta ellos y me los presenta; ellos son: Néstor, César y Álvaro, son amigos de Adrián Villamizar, nombre que relajó el ambiente inmediatamente, les di la bienvenida que se le da a los amigos de mi amigo, que vienen a ser mis amigos. Jajajajajaja!

– Mucho Gusto Noralma… Le pregunté a Adrián por algunas personas a quien le pudiera hacer un detalle y me dio tu nombre y el de tus hermanas Rosa y Vicky.

Recibí y revisé una agenda, un poncho y un mug con el Logo de La Hacienda La Escalona. Que interesante, pensé….

– La Escalona? ¿Por qué una hacienda se llama La Escalona?… Pregunté y le dí cuerda a Néstor

–  Es raro no? un cachaco, enamorado del vallenato, pero eso somos mis dos amigos del alma y yo, somos unos enamorados de esta música que cuenta testimonios.

–  Pues sí, es raro… ¿Y cómo se enamoraron del vallenato? … bueno de este vallenato tradicional, se supone que en Bucaramanga oyen otro vallenato…

– Es que mi papá es amante de la música tradicional, sobre todo del Maestro Escalona y yo crecí escuchando y amando su música… mi primo César tiene ascendencia vallenata, la familia de su papá es de allá, el canta muy bien y toca la guitarra y Álvaro, bueno creció con nosotros y le tocó.

César y Álvaro, estaban ahí escuchando a Néstor, asintiendo, juiciosos, luego cuando los conocí mejor, me di cuenta que así es la vuelta, con estos tres mosqueteros, Néstor lidera, arma, convoca, hace que las cosas sucedan; César y Álvaro son sus cómplices, le hacen la segunda en cada plan que incluya, vallenato, Escalona y Diomedes.

Se estaba poniendo buena la conversación, los invité a sentarse con mis amigos que había dejado, para atenderlos, pero Fénix salió apremiante…

– No, más bien vamos para la tarima, si yo vine a buscarte también, para que les hagas la presentación a ellos, que ayer no la hicieron bien. Ellos van a ser jurados de la Canción Costumbrista, y van a dar el premio, y no solo este año, sino de aquí en adelante todos los años, eso hay que decirlo y que los adoptamos como peñeros…

– Anda, pero que honor, claro que sí, déjenme hablar con mis amigos…

Le pedí a mis amigos que me esperaran mientras presentaba a los señores y volvía. Lo que no sabía yo es que, llegando a tarima, mi presidente Kike Mendoza, nos dice a Fénix Y a mí que le salvemos la patria que seamos las dos jurados con uno de ellos. Fénix que había estado el día anterior, se salió por la tangente y me dejo junto a Néstor y César para ser los jurados…  yo, solo pensaba en mis amigos que me esperaban, no había señal y no les pude avisar. Mientras iniciábamos cesar me extendió la invitación a la hacienda. Le comenté que tenía previsto viajar a Bucaramanga a entrevistar dos joyas de la composición vallenata, que en el momento que fuera le avisaba.

Calificamos las canciones, mientras Néstor, me hablaba de su admiración suprema por Adrián Pablo, yo lo entendía perfectamente, y por eso mismo, le regalé un pedacito de mi corazón.   Intercambiamos contactos y ahí empecé a cantar todos los días cuando recibía un mensaje de Néstor, tengo amores nuevos, que viva la vida. Mis hijas y ni esposo se reían, porque yo les dije: “¿No es así cómo se comportan los novios nuevos?  estamos de amores, nos escribimos todos los días y a cada rato”. Le envié mis crónicas sobre Adrián y quedó encantado. Estaba feliz de ser un peñero más, de haber recorrido La Ruta Del Reencuentro y cada tema de esos para mí, era yuca con suero, así que nos pasábamos así todo el día. Y claro cada rato la insistencia de que fuera. Le propuse fechas a Fernando Meneses para el puente del 20 de julio o para el del 7 de agosto. Me aceptó para el del 20. Le conté a Néstor y al rato me tenía el itinerario listo, donde me iba a quedar (un apartamento para mi solita, en el que estuve 9 horas), yo iría temprano a una entrevista con Nicolás Maestre (Que se frustró, por temas de salud) y ellos se encargarían en adelante. Allí estaba yo en Bucaramanga para el reencuentro con los 3 amigos inseparables. A las 3 me recogió Álvaro, adelantamos a un punto de salida, al rato se nos unió César y en breve llegó Néstor, tenían planeado lo que haríamos en la hacienda La Escalona, que según el plano que Néstor me había enviado contaba con 5 parcelas, cada una con nombres de canciones del Maestro Escalona: donde está la hermosa casa, es La Casa en el Aire, esta encallada en una montañita, rodeada de mandarinos, guayabos, mangos, cacaos y aguacates, (recién había pasado la cosecha. Solo alcance a comer mangos, que rabia, yo tan frutera).  Desde allí disfrutamos de una vista preciosa del embalse Topocoro (para el proyecto de energía:  Hidrosogamoso) que forma un lago extenso y hermoso, convertido en un lugar turístico importante de Santander; solo verlo valió la trocha que pasamos para llegar a La Escalona. Las otras parcelas cultivadas de Cítricos, Cacao y Aguacate, son Señor Gerente, El Chevrolito, El Testamento y Jaime Molina. En La casa en El Aire, me asignaron la habitación del dueño, y me pidieron sentirme en mi hacienda. Hacendada por una noche…

Hechas las presentaciones formales de la pareja de Néstor: Silvia, y sus dos preciosas hijas: Luciana y Maleja; Leadys, La esposa de César y sus dos linda niñas Danna y Luciana, y nos fuimos relajando y sintiendo cómodos. Faltó Catalina la esposa de Álvaro, tenía compromisos familiares que no pudo eludir.  Las niñas se reunieron en un cuarto a jugar y los mayores en el zaguán del frente.  Las canciones de Escalona y Diomedes amenizaron la velada, el asado, a cargo de Álvaro, que cosa más deliciosa, juro que hasta el dia de hoy no he comido un asado tan espectacular, eran las 2:00 a.m. cuando nos cominis la última porción y me acosté para no comer más. El conversatorio, a Cargo de todos, dirigido por Néstor, que hacia las preguntas sobre cada canción que sonaba, con la esperanza de que yo le diera detalles. Afortunadamente sabia de muchas, otras quedaron para investigar; por ejemplo, quien es la mujer a la que Edilberto Daza le compuso la canción que dice: En toda la entrada de Pitillal, frente a la iglesia de ese lugar, vive la mujer dueña de este canto”. Tengo a Rodolfo Maestre en esa pesquisa. Jajajajajaja.  Al momento de Cantar, ya entrados en copas (Ellos, que tomaban whisky a la roca, yo los cinco que me tomé fueron secos y ni los sentí); César llevaba la voz líder y todos en los coros.  “Es increíble que un hombre nacido y criado en Bucaramanga, de familia veleña, tenga tanto sabor para el vallenato”. Pense.  Me contó que su familia en Valledupar respiran vallenato y que desde pequeño ha ido cada año sin falta al festival y en vacaciones; lo que explica todo, ese no es cachaco, es costeño. Aunque Néstor y Álvaro catan bien, pero les falta el cantaito que amaña, ese dejo que da el arreo, el japeo, el pie descalzo debajo del palo’e mango.   Al día siguiente, desayunamos y bajaríamos a almorzar en el camino y luego visitar a Fernando Meneses.

Néstor, es hiperactivo, la siguió con César hasta las 4:00 a.m. Álvaro, el más juicioso de los tres (al menos ese día) nos había abandonado como a la 1:00 a.m. porque tenía compromiso con Cata, su esposa, y su hija Verónica, que canta en La Coral del Colegio, en la mañana temprano. Cuando me levanté ya no estaba, luego me llamó a despedirse.  Néstor con la misma energía de quien durmió toda la noche, a las 6:00 ya estaba despierto, le ganó la emoción, antes de desayunar se encompadró, con el capataz de la hacienda y cuando todos nos levantamos a las 8:00, ya estaba cantando con Carlos Vives las canciones de Escalona.  Me dio lecciones de sembrado y de vida: “Este espacio de aquí se lo entregué a mi papá para que el siembre lo que quiera”.  Me dijo. Sembró Cacao, allí estaban creciendo las plantas y con ellas la admiración de un hijo por su Padre, que además es de ser amanté del buen vallenato, pinta muy bien, el hizo el cuadro de La Escalona, que es portada de mi agenda, poncho y mug, y de otras obras que tuve el honor de ver en su apartamento y en la Hacienda.  No conocí al señor Néstor Orlando y la señora Myriam, porque están de viaje, visitando a sus hijos Winston y Rocío, en Atlanta, USA. Pero prometí volver, a disfrutar de su casa, pero con su presencia. Intuyo que allí hay una maravillosa historia de amor.

Mi regreso estuvo a cargo de Cesar, Leady y sus dos niñas preciosas, ellos organizaron todo para mi subida a El Balcón de Los Sueños a mi entrevista con Fernando…

Disfruté de las amables atenciones de cada uno por separado, Dios lo dispuso así.

Álvaro, el diseñador, el de la sazón para el asado, el que cuida a los otros dos,  al llevarme me contó como Néstor lo metió en el mundo del Vallenato, cuando el pequeño, hijo de padres dueños de mini mercados, que salían muy temprano y regresaban a casa por la tarde,  le dejaban no solo el espacio sino la provisión para recibir a sus amigos después del colegio, de 1:00 a 3:00 p.m. al comienzo a comer chucherias, pero ya crecieron y en 10⁰ y 11⁰ las galletas se remplazaban por aguardiente y vallenatos…

César: El futbolista, el cantante, el medio Vallenato, al regreso me contó que se dio cuenta que era primo de Néstor después que se habían hecho amigos, que su mamá le hizo saber la familiaridad, pero también que no estaba muy gustosa de esa amistad, porque ese muchacho pasaba era en el mundo del vallenato y la parranda. César era muy sano, solo deportes, nada de tragos, hasta que Néstor lo buscaba temprano para oír vallenatos, algo que ya era parte de la vida de cesar, diomedista hasta los huesos…

Néstor, el amante del campo, el dado incansable, el líder, se siente muy orgulloso de tenerlos en su vida, son un pilar emocional que defiende y cuida. Dice que ellos son Escalona, Pavajeau y Jaime Molina. Inseparables para siempre.  Admite haberlos iniciado en el mundo de la parranda vallenata, pero en su defensa. Ellos quisieron porque estaban predispuestos…

Tres hombres que se aman, se guardan, se cubren son amigos de los mejores.  Ellos son felices, se siguen, unos a otros, siempre que se trate de hablar y cantar vallenatos.

Cuatro peñeros en La Hacienda La Escalona, planeamos recorrer La Ruta del Reencuentro Juntos para cerrar, según ellos, el ciclo de La Peña, que tiene celosas a sus esposas; porque no paran de hablar de ella.  Yo, que sé que La Peña no es un lugar, es un sentimiento, solo les digo: “Esta vez tráiganse a Silvia, Leady y Catalina, pa’ que les pase lo mismo y cada año aquí los esperamos, para descubrir juntos un nuevo encanto seductor del nodo sino auricular de Adrián, mío, de Fénix, de Vicky, de Ocha… El motorcito que mueve a los que amamos La Ruta Del Reencuentro”.

Y yo también volveré a La Hacienda La Escalona, a mecerme un rato en La Casa En El Aire, pero que sea tiempo de cosecha y que estén Don Néstor (papá) y Doña Myriam.

Noralma Peralta Mendoza

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3 comentarios de “UN TRIO FANTÁSTICO

  1. Cesar Mosquera dice:

    Me hiciste el día con esta crónica, reí de alegría y emoción al leer tan jocosa descripción de nuestro encuentro, jocosa pero 101% real. Muchas gracias Noralma, por abrir tu corazón a nuestras vivencias. Gracias por sentir orgullo por nuestra forma de amar este hermoso folclor, el cual llevo en mi sangre desde que nací, gracias a mi Padre y por supuesto a mis tios (Mosquera), que nacieron en diferentes pueblos aledaños, pero fueron criados en Chiriguana y actualmente aquellos que quedan viven en Valledupar. Siempre orgulloso de este apellido y de esta tierra Vallenata. Gracias Noralma por hacernos aun mas parte de estas costumbres y de este folclor. Gracias también a Adrian Villamizar, quien dio inicio a todo este reconocimiento que tu nos haces, pues gracias su invitación a ser Jurados de Canción Inédita Costumbrista en el 35 Festival de La Peña nació esta bonita amistad vallenata y Peñera… Un abrazo enorme.

  2. Alvaro Gutierrez dice:

    Peñeros de corazón! Cómo dices tu la Peña no es un lugar es un sentimiento y eso fue lo que nos enamoró. El camino hacia la ruta del reencuentro ya empezo! Un abrazo!

  3. Nestor Leon dice:

    Todos los fines de semana esperamos tus crónicas, son crónicas que llevan testimonios, y si hay testimonio hay vallenato!!! A tus crónicas solo falta ponerles melodía y perfectamente se puede armar una parranda vallenata!!! Mil gracias porque esta vez nos hiciste partícipe de ellas, de tu testimonio. Y a La Peña no queda más que agradecer por tan bondadosa población que nos hicieron sentir unos Peñeros más!!! Que un rayo de luz ilumine a La Peña!!!

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