UNA VIVA ESPERANZA, BAJO LA FARSA DE UN ENGAÑOSO MUNDO POLITICO

Recuerdo en la pasada campaña a la Alcaldía, recibí ataques y acusaciones infundadas por otra supuesta “campaña progresista” del Pacto Histórico, eso fue dele y dele que dele, que ellos sí y nosotros no, para Ganar adeptos y descalificar, la vieja práctica sucia, manifestando que ellos tenían más y mejores condiciones, por supuesto, la plata y el poder del Gobierno nacional,  hoy sale a relucir en noticias, el dichoso poder tan cacareado, (Corrupción, burocracia y clientelismo) razón si tenían, no llegué a tener recursos suficientes y menos de esa procedencia para enfrentar a las estructuras tradicionales.

Con insultos, chismes, memes, pasquines  y  una demanda en contra de mi campaña, fue lo último para entender que estaba compitiendo con caníbales disfrazados de demócratas, se armaron para atacarme por todos los frentes, frenarme y callar mi voz, ni se diga de los golpes blandos y los codazos permanentes para evitar mi aval, ganándomelo limpiamente, cuando lograron su objetivo, reteniendo mi aval para luego demandarme, además mal informándome e intentando negociar  con mi partido FUERZA CIUDADANA para también evitar el aval filial y sacarme del camino, logrando alejarlos para mí respaldo, en ese momento me quedé solo, entendiendo dar un paso al costado, gol para ellos, limpiaron el camino.

Muchos supuestos progresistas salieron corriendo, a sabiendas de la Politiquería de esa campaña, su candidato y mentora, sin cuestionar o preguntarse de la procedencia de los recursos de financiación, que eran abundantes, provenían de la corrupción de Ollas Comunitarias y Jaweyes, recursos de la comida y el agua de los Wayúu, conquistando su propósito de ser los únicos candidatos del sector progresista, los resultados electorales así lo reflejaron en el E24, recogiendo con el juego sucio el voto rechazo y emotivo, que tanto me costó construir en 4 años de ejercicio crítico y combativo contra un Nefasto Gobierno Local, rival a vencer; mientras yo, me fui a enfrentar la otra campaña enquistada por 8 años, para recuperar a Riohacha de las manos de quien aún se encuentra, por otro lado del mismo brazo ideológico, los más impolutos de discurso, cayeron en lo más bajo de las campañas, haciendo una alianza ciega y suicida, contraria a su profundo discurso y dignidad, también con recursos cuestionados, con el único propósito de asegurar a cualquier modo una histórica curul, para complacer los Egos del interminable maestro, entonces el voto en blanco no era una opción, no tuve más remedio si no, de enfrentar el lado más oscuro para mis intereses políticos y sociales con esta Ciudad, recuperar a Riohacha; con otro sector político y un candidato preparado, con amplia visión de ciudad y agenda en la que coincidimos, hoy no me quedan dudas que la campaña más honesta y sincera con esta Ciudad fue la que lideramos, mis propuestas, discurso y franqueza, hoy sigue siendo un recuerdo de muchos en la calle, con eso tengo suficiente, siempre fui mejor, lo demás ya se Sabe, ganó la Politiquería, el engaño, la falsedad y la maldita Corrupción.

Lo que aprendí en mi liderazgo social, lo desaprendí en el lado que imaginé limpio y transparente, mientras tanto sigo y seguiré del lado de la gente, defendiendo y luchando por Riohacha y la Guajira.

Queda una lección aprendida, no hay color, ideología, pensamiento, escuela política, partido, movimiento o grupo, con la verdad, o que promueva una política sin afectar la legalidad, en esta sociedad siempre aparece el hecho corrupto y el hombre que la promueva, ya sea pasiva o agresiva, por primera vez en la historia política del País, que un Gobierno progresista acaricia el poder de Gobierno, pero lastimosamente, se estaba preparado para ganar y derrotar a la derecha, mas no para Gobernar exitosamente, probablemente existen algunos sujetos de pensamiento real y sentimientos honestos y transparentes, de hecho conozco algunos que me dejaron una gran enseñanza de lucha y sacrificio, el verdadero significado de la lealtad y la coherencia, se cuentan a dedos, tal vez esos pocos, logren limpiar del todo el progresismo en Colombia, en especial Riohacha y la Guajira.

Hoy no sé quién soy, ni a que y cual ideología pertenezco, pueda ser que siga explorando dentro de las realidades sociales el camino que conduzca a la transformaciones social, política y administrativa, es posible que surja entre los aciertos y desaciertos una nueva expresión colectiva, un  nuevo sector político social, que no sea derecha, ni centro y tampoco la izquierda que hoy está viendo el país, lo único que deseo es poder seguir luchando por mi tierra, inspirar a otros  y dejar una huella, imborrable y positiva que lo intenté y lo logré, a mí estilo, forma y concepto propio, la transformación que hoy le urge a la Guajira.

 

Ronald Gómez

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