Si Moliere escribiera hoy su Tartufo buscaría protagonista en nuestra fauna política y, sobre todo, en el “petro-santismo”, que niegan Petro y Santos, pero “ahí está… ahí está”; imposible no verlo, como la Puerta de Alcalá, con la que se topan Ana Belén y Víctor Manuel en su canción.
Ahí está, en el gobierno progresista donde están o han estado Barreras, Benedetti, Velasco, Prada, Rivera, Cristo, y ahora el fiscal de Santos, Eduardo Montealegre, quien, con su bien paga sabiduría jurídica y su prometido Ministerio de Justicia, funge de vocero jurídico de Petro y busca sustentar el asalto a la democracia de una consulta popular por decreto.
Es una defensa contraevidente y en solitario, pues el agresivo anuncio del presidente y la osada interpretación jurídica de Montealegre han movido al país a cerrar filas en defensa de las instituciones y en contra de lo que, para Montealegre, no es un “capricho presidencial”.
Y no lo es, porque realmente es un “capricho dictatorial”; un Golpe de Estado, o mejor, un Golpe AL Estado desde adentro, pues no se derroca al Gobierno, pero sí se pretende derrocar al Congreso, atacando la separación de poderes y, con ello, la estructura institucional de la democracia; algo que nos lleva a Chávez, Maduro, Ortega y a Castillo, quien fracasó en el intento y hoy está tras las rejas. Así que la consigna es ¡a cerrar filas!, como ya lo están haciendo todos los sectores de la sociedad.
Paradójicamente, el convocante a los expresidentes a cerrar filas fue el mismísimo “Juanma”, eso sí, tratando de sepultar cualquier comparación con el asalto a la democracia de 2016. Ayer a Santos no le gustó la decisión del pueblo y acudió a un Congreso complaciente. Hoy a Petro no le gusta la decisión de un Congreso independiente y pretende acudir al pueblo, que es “el único dueño del poder”. Sí…, claro, y con ese poder eligió a quienes lo representan en el Congreso.
Cerró filas el Consejo Gremial Nacional con su rechazo y llamando al Gobierno a “respetar el marco constitucional…, y a propiciar un diálogo sin descalificaciones ni imposiciones…”
Cerraron filas ocho partidos políticos para los que “La consulta popular vía decreto, desconociendo la decisión del Senado, es un Golpe de Estado”. Cerraron filas otras asociaciones que manifestaron con acierto: “No estamos ante un asunto ideológico ni una controversia política pasajera. Se trata de un desafío directo al orden constitucional”.
Cerró filas el presidente del Senado, al afirmar que el decreto “será demandado inmediatamente” y que, dada la certificación ante la Registraduría de que el Senado sí se pronunció, “no hay manera de que el registrador acepte llamar a una consulta popular”.
Cerraron filas los medios, menos RTVC, y debe cerrar filas el país todo, pues ahí está la amenaza: Si al presidente se le ocurre que las instituciones van contra el pueblo, simplemente… “las instituciones se van”.
José Félix Lafaurie Rivera