El pasado 12 de septiembre, en el Senado de la República, fuimos testigos de un momento histórico: la audiencia pública Cero Tolerancia con la Corrupción, un evento que marcó un precedente al interior del Congreso y envió un mensaje contundente al país. Este encuentro no fue solo una denuncia más; fue un llamado a la acción, una declaración firme de que no aceptamos más corrupción y que queremos un cambio real. Cada día, más voces se suman a la lucha por un país justo, libre de los tentáculos corruptos que han paralizado nuestro desarrollo.
Los spikes que engalanaron el evento representan lo mejor de la integridad y el compromiso con el país. Jorge Enrique Robledo, un hombre cuya biografía es inseparable de la lucha contra la corrupción, se ha destacado como uno de los líderes más férreos en la batalla por la transparencia. A lo largo de su carrera como senador, Robledo ha denunciado las grandes irregularidades que han marcado a nuestro país, desde escándalos de agroindustria hasta las privatizaciones que han afectado a millones de colombianos. Su legado es el de un hombre incorruptible, que ha sido una piedra angular en la defensa de la decencia en la política.
Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, ha sido otro de los pilares en la lucha contra la corrupción. Como alcalde, transformó una ciudad marcada por la violencia y la desigualdad, y como gobernador, fue considerado uno de los mejores del país. Su administración fue un modelo de transparencia y decencia, demostrando que el liderazgo honesto y eficaz es posible en Colombia. Fajardo, con su visión educativa y social, es un ejemplo vivo de que la política puede, y debe, ser una herramienta para el bien común.
Las periodistas investigativas Paola Herrera y Paula Bolívar también se destacaron en el evento. Herrera, conocida por su revelación del escándalo de Centros Poblados, ha demostrado un compromiso inquebrantable con la verdad y la justicia. Su trabajo desenmascaró uno de los mayores casos de corrupción en la historia reciente, y su valor nos inspira a exigir más de nuestras instituciones. Por su parte, Bolívar ha investigado a fondo el caso de los carrotanques en La Guajira, evidenciando cómo los recursos destinados a la supervivencia de nuestras comunidades fueron desviados y mal utilizados. Su labor ha puesto luz sobre la oscuridad de las malas prácticas que han condenado a nuestra gente.
También tuvimos la valiosa presencia de Jennifer Pedraza, una joven líder comprometida con la reforma estructural de nuestro país. Su lucha por reformar las leyes 142 y 143 de 1994, que rigen los servicios públicos y el sistema eléctrico, es un compromiso directo con el Caribe y La Guajira. Estas reformas son necesarias para evitar que la corrupción siga perpetuándose en sectores clave, y su voz en el Congreso es una esperanza para las futuras generaciones.
En este contexto, es imposible no mencionar la importancia de Transparencia Internacional, cuyo director en Colombia, Andrés Hernández, ha sido una pieza clave en la denuncia de irregularidades y en la promoción de una cultura de integridad. Su trabajo es un faro en un país que necesita, más que nunca, líderes comprometidos con la verdad.
Pero esta lucha no es solo de los líderes que ya mencioné. Es también un llamado a las nuevas generaciones, especialmente al pueblo guajiro. No estamos destinados a ser una generación que normalice la corrupción, que acepte como inevitable lo que no debe serlo. No todos somos ladrones ni corruptos. Somos una generación llamada a la grandeza, a transformar La Guajira y la Costa Caribe, a ser los arquitectos de un futuro diferente. No somos baldes vacíos que otros llenan de promesas vacías; somos fuegos que arden con fuerza y decisión, y es hora de encender ese fuego.
En vísperas del cumpleaños número 479 de Riohacha, nuestra ciudad está destinada a ser mucho más que el reflejo del abandono. Es el momento de que las nuevas generaciones tomen las riendas, de que reclamemos lo que es nuestro y construyamos la ciudad y la región que merecemos, no lo que los politiqueros y la corrupción nos han dejado.
No hay tiempo que perder. La corrupción nos ha robado demasiado. Es hora de levantarnos, unirnos y luchar por un futuro más justo, más transparente y más digno para todos.
Juana Cordero Moscote
La corrupción no es de derecha ni de izquierda hace parte de las estructuras que llegan al poder la única manera de derrotarla en no votando por los mismos con las mismas
Petro para ser presidente se vendió en el camino se alió con todos los corruptos
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