DANIEL CELEDÓN ORSINI, “EL VÍCTOR JARA DEL VALLENATO”

La historia cuenta

Los valores musicales que nos antecedieron pudieron enseñarnos como se narraba un hecho. Lo hacían como quien cuenta un cuento que es verdad. Cada detalle tenía su rima especial es como cuando nuestras mujeres bordan sus mochilas de varios colores, cuyos variados detalles arrancan desde aquello que muchos consideran simple pero que no lo es, si lo aborda alguien que no tiene ese don, hasta llegar a lo más íntimo sin importar el ritmo que le ponían. Solo se dejaban llevar por la historia misma que construían, la cantaban y tocaban como solo ellos sabían hacerlo y por esos atributos, lograron convertirse en lo que, por fortuna, no solo para ellos, en patrones de una música campesina que todos los días se abraza a nuestra patria y es correspondida de la mejor manera.

De todo ese proceso, hay una vasta obra creada en distintos tiempos que nos cuenta de viva voz, las múltiples visiones que ellos tuvieron. Todo eso quedó en el pasado glorioso de nuestra música, porque el vallenato ya no canta su realidad y sus más connotados creadores del ahora musical, se dejaron arropar por la fantasía que los lleva a crear unas historias que muchas veces, ni ellos se las creen. Eso me hace recordar un pasaje del que es protagonista mi madre Juana Hinojosa Rubio, quien estaba haciendo unas arepas y en el radio que nunca abandonaba, salió una canción de unos muchachos posmodernos que hacen vallenato a su manera. Se detuvo en su tarea. Empezó a escucharla. Cuando iba por la mitad, apagó el radio y sentenció: ‘Pura música de mentira para un folclor de verdad’.

La música en la guajira

Muchos años antes, al ir al festival que hacen en Villanueva, La Guajira, donde fui jurado de la canción inédita, pude palpar, el por qué esa tierra lidera las variadas muestras del canto, ejecutantes del acordeón y los creadores que ponen las notas musicales con unos textos que los hace diferenciarse entre sí. Decidí recorrer sus calles llenas de piedras del que brotan los más variados colores musicales. Al visitar sus casas, muchas de bahareque detenidas en el tiempo, escuché decir a las abuelas de su tierra natal, que él nació el 21 de marzo hace setenta y cinco años, que desde niño siendo el menor de los siete hermanos, su padre Luis Celedón les enseñó a pensar en lo social como el eje central con lo que se podía dar una mejor explicación a los hechos que ocurrían. Esa lección calcada se metió en su sentir musical, a la que le faltaba algo que con el tiempo el muchacho Daniel Celedón Orsini entendió a la perfección, y sin pensarlo dos veces, empezó a ponerle música a cada hecho que vivía.

Sobre esa niñez, el cantautor guajiro dice, ‘desde muy temprano me brotó la inspiración. Empecé a hacer ciertos versos que me llevó a participar en los centros literarios de los colegios, hasta que un día empecé a hacer unos amagos de canciones. Mi primera canción fue ‘Aún te quiero’ hecha a un amor que partió, ‘Me paso pensando solo/desde el día en que me dejaste/ y sin embargo te adoro/aunque sé que me fallaste/que inmensa tristeza siento/y que gran dolor me invade/sollozando el sentimiento/que ya ni quiero acordarme’, obra que muchos años después grabé con Norberto Romero Ospino y la primera que me grabaron fue ‘Que me toquen un paseo’, es un canto lleno de desamor, ‘Oigan amigos hoy si estoy triste/hoy si estoy solo porque se me fue/para mí era todo/y hoy nada nada existe/por eso lloro vamos a beber/que te toquen un paseo/que me quiero emborrachar/¡ay! muchachos no la veo/tal vez nunca volverá’, por parte de mi paisano y hermano Andrés Gil Torres con Gabriel Chamorro. El grupo los Rockelinos que tienen algo especial porque hacíamos vallenato y rock, grupo que tenía mucha aceptación’.

Su madre Rafaela Orsini le escuchaba atenta, silbar sus músicas distintas que en silencio aprobaba. Él no se daba cuenta, pero entre más extendía las ganas de hacer música, crecía el propósito infantil de ponerles a todas ellas una letra. Muchas veces se dio cuenta como el abuelo envejecía. Pensó en su padre y lo que sería él en un tiempo impredecible. Un canto que mucho años después grabaría con Norberto Romero Ospino, el cual recoge con exactitud el paso de los años: ‘Me da nostalgia cada vez que miro/ el rinconcito en que se encuentra un viejo/un hombre solo que no tiene amigos/es tan anciano que todos murieron/es esa imagen triste de mi abuelo/quien ya parece estar llegando al fin/los años vencieron su cuerpo/hoy su sonrisa es infantil/Ya se ha extinguido su talento/pero yo lo haré revivir/tú no sabes cuánto han llorado/los caminos al verte así/el rio está bajando hinchado/ y a preguntado por ti’.

Mientras estudiaba la primaria y luego el bachillerato en el Colegio Roque de Alba, el mundo del rock llenaba el ambiente de los sueños musicales que había en cada uno de los Rockelines, donde sin darse cuenta, se empezó a cocinar una de las muestras más revolucionarias, cuya diversidad está vigente y sirve de buen ejemplo para estas generaciones, en donde lograron construir un excelente dialogo entre el rock y la música vallenata.

El estudiar derecho en la Universidad Libre de Barranquilla donde se graduó como abogado, no le impidió hacer lo que siempre le ha gustado: cantar y hacer visible su mundo de canciones que va de lo romántico a la canción necesaria, llena esta última de los más crudos relatos de la problemática social, faceta en donde ha construido un liderazgo que lo convirtió en un Víctor Jara a lo vallenato.

Comienza una historia musical

En 1975, decidió unirse al acordeonero Israel Romero Ospino, producto musical que llamaron ‘Versos del alma’, grabado en Codiscos, donde la pluma de Daniel Celedón Orsini se hizo sentir a través de cinco obras, en la que el canto social, el mismo que testimonia el sentir de su padre, se hizo sentir en su creación ‘Pobres arahuacos’, que se sumó a ‘Versos del alma’, ‘Me cansé de esperarte’, ‘El viejo Mile’ y ‘Mi sospecha’. De Israel Romero ‘Linda morena’, ‘La viajera’ José Lucas Daza, ‘Sin olvido’ Luis Moya Daza; ‘Tus ojos ríen’ José Mazeneth Cabello, ‘Tu desastre’ Esteban Ovalle; y ‘Flor morena’ Roberto Daza. Ese año presentó el paseo ‘Pobres Arahuacos’ en el Festival de la Leyenda Vallenata con el que ocupó el tercer puesto, obra que recoge varias vivencias de ese pueblo indígena, cuya postura del creador convierte su narrativa en una denuncia contra el establecimiento: ‘Vi una lágrima asomar/de un arahuaco que encontré cansado triste/y en el modo de mirar/yo le pude adivinar/que era inmenso su penar/que algo grave había en su estirpe/pobres indios arahuacos que nada tienen/que nada valen/que están muriendo/mil veces maltratados/que pobre gente/que lentamente se va extinguiendo/pobres arahuacos tristes/que marcan en cada paso un sufrimiento/en silencio y al hablar/reglamento violarán/reglamento que guardan para unos pocos privilegios/y atropellos más y más/ pa’ los indios si cesar/los arahuacos poco a poco morirán’.

Sobre esta grabación Daniel Celedón Orsini manifiesta que ‘ese producto tuvo ciertos problemas técnicos por lo que el gerente Álvaro Arango nos dijo, que hiciéramos otro LP porque era muy dispendioso corregir esos detalles’ por lo que en el mismo año hicimos dos LPs, El otro fue ‘Rumor Vallenato’ que tuvo varias obras exitosas entre ellas, ‘Amanecemos Parrandeando’ y ‘Digan lo que digan’ donde vendimos en esa época 123 copias y recibimos la palma de oro que otorgaba en ese momento Codiscos’.

El segundo producto musical ‘Rumor Vallenato’ vino fortalecido por una madurez en el canto de Daniel Celedón Orsini y el acordeón de Israel Romero, quien brinda las obras ‘Digan lo que digan’‘Amanecemos parrandeando’ de Israel Romero, ‘El limosnero’ y ‘Aunque pasen los años’ Daniel Celedón. ‘La guajirita’ Julio Rumbo, ‘Indiferente’ Julio Oñate Martínez, ‘Compañera del alma’ Rosendo Romero‘Agustinita’ Juan Manuel Muegues, ‘Calles nostálgicas’ Alberto «Beto» Murgas y ‘Solo tuyo’ Rodrigo Guerra.

El paseo ‘Amanecemos parrandeando’ se convirtió en el éxito y fue grabado en varias versiones dentro y fuera de Colombia, con la que ganaron la Palma de Oro que esa compañía discográfica les otorgaba a los artistas vendedores. De nuevo, el verso social de Daniel se hizo sentir con un canto dedicado a quienes van por las calles de la Colombia profunda pidiendo una limosna. ‘El limosnero’ retrata ese mal momento que viven niños, jóvenes, mujeres, hombres y adultos mayores: ‘Oiga viejo usted que tiene a mí me dijo/un muchachito que pasaba junto a mi/le respondí, como tú fui niño/ asistí a la escuela pero no aprendí/no aprendí porque hubo otro camino/de llanto y de pobreza que me trajo hasta aquí/hoy soy la diversión de mi pueblo/me mofan los chicos y los grandes/hoy mi peor enemigo es mi espejo/por devolverme esta horrible imagen/hoy me llaman limosnero/y en verdad que sí lo soy/recojo sobras del pueblo/¡ay! no sé dónde dormir hoy’.

Pese al éxito que estaban construyendo, Israel Romero Ospino se une con Rafael Orozco Maestre que le darían vida a ‘El binomio de Oro’, hecho que lleva a Daniel Celedón Orsini a unirse al acordeonero Ismael Rudas Mieles, quienes hacen del producto ‘Amigo mío’, la oportunidad de escuchar en su interpretación la obra clásica ‘La gota fría’, que vino a constituirse en la tercera versión, porque las dos primeras las realizó el acordeonero Nicolás Mendoza Daza, que vino a convertirse en una versión de las mejores logradas en la discografía colombiana.

Sobre la separación con Israel Romero Ospino, el propio artista tiene su versión, ‘Nosotros íbamos a grabar la tercera producción y ya teníamos varias obras escogidas, entre ellas, ‘El rey’ de Rafael Gutiérrez Céspedes, ‘La gustadera’ de Alberto Murgas y ‘Momentos de amor’ de Fernando Meneses Romero. Ya sabía de los varios encuentros entre Israel y Rafael. Los primeros en protestar por ese hecho, fue la gente de Codiscos, porque en solo cincuenta días habíamos vendido 125 copias. De todas maneras, esas separaciones dejaron en el ambiente grandes conquistas musicales. Al binomio le fue excelente, a Beto Zabaleta también y a Ismael conmigo nos fue extraordinario’.

Las canciones hablan  

Sobre el mundo de sus canciones y las musas que ellas la inspiran, Daniel Celedón Orsini tiene su apreciación que nutre el espíritu creativo de este valor artístico de la Guajira, ‘Antes de grabar con Israel Romero Ospino, tuve la fortuna de ver mis obras grababas por destacados intérpretes como Alfredo Gutiérrez Vital quien me llevó a la pasta sonora el paseo ‘La india’, en la que relato un romance entre una indígena y un estudiante mestizo, cuyo verso lo sustenta así, ‘Vengo a contarles una triste historia/que hasta allá en la gloria a Dios estremeció/ de un estudiante que tuvo de novia/ a una india que muy sola un día conoció/se enamoraron estudiando juntos/con un inmenso amor que les brotó/nació tan puro que casi todo el mundo/le rendía culto y gran admiración/el cacique padre de la india/ de tribus vecinas nunca sospechó/que por la tarde cuando ella venía/tenía su compañía llevaba un gran amor/y así feliz era el vivir de aquellas vidas/lejos del fin porque el jardín de amor crecía’. Luego lo hacen los hermanos Zuleta Díaz quienes me graban el paseo ‘El cantante’, un canto lleno de un dolor reflexivo, ‘Cualquiera que me ve se imagina/que toda mi vida la paso contento/y mi vieja que me ve enseguida/la noto sonriendo/y la pobre que no está sabida/que su hijo anda muerto/ ¡ay! voy cantando esa es mi profesión/aunque sufra yo no lo demuestro/. Es bueno decir que las musas de las canciones siempre en mis creaciones han sido reales, lo que me ha permitido crear obras creíbles, donde la fantasía no es determinante’.

Esta unión fugaz llevó al cantautor Celedón Orsini a construir con Norberto Romero Ospino, una agrupación que durante tres años produjo en discos CBS con ‘Gira Mundo’ 1977, ‘Diferentes’ 1978 y ‘Grito De Amor’ 1979.

Al separarse de Norberto, nació la agrupación ‘El doble poder’ en discos Philips, cuyos éxitos fueron evidentes a través de los productos ‘Volvimos 1980’, ‘Excelente’ 1981, que contiene la obra de Lenin Bueno Suárez ‘Drama Provinciano’, que llevó a Jorge Celedón de 13 años a la grabación junto a la india Melida Yara y el son ‘Mercedes’ de Adolfo Pacheco Anillo con la voz femenina de Kissy Calderón  que los hizo ganar el Congo de Oro y disco de Oro por sus importantes ventas, ‘Tesoro Musical’ 1982, ‘Con Más Fuerza’ 1983, Incontenible 1984, ‘Apoyémonos Mutuamente’ 1985, ‘Que Amanezca’ 1986, ‘Diviértete’ 1987, ‘Daniel Celedón y sus amigos’ 1990, ‘El ultimo Cóndor’ 1992, ‘Mi cuñadita’ 1994, ‘Nuevamente’ 1999, ‘Con todos sus acordeoneros’ 2006, Daniel Celedón y sus reyes vallenatos 2010.

El doble poder se consolida

Como agrupación «El Doble Poder» viajó por muchas partes del mundo, incluyendo FranciaHolanda, y Bélgica, donde logró proyectar con mucha aceptación su  obra ‘La lavandera’, cuyos versos plantean una realidad en los pueblos nuestros, ‘Yo te vi que venías entristecida/se dibujó el cansancio de tu dolor/que mal te ha pagado la vida/que manos tan encallecidas/derramando tanto sudor/jornal de burbujas y espinas/tantas ilusiones perdidas/laborando de sol a sol/lavandera que vas sufriendo/y en tu silencio lloras tus quejas/vas expuesta cual hoja al viento/con cargamento de ropa ajena/ve pasar el agua corriendo’, que fue traducida al idioma ruso. ​

La grabación del paseo ‘Drama Provinciano tiene una historia especial, que el hoy consagrado cantautor Jorge Celedón Guerra la cuenta, ‘Daniel Celedón tocaba la guitarra y yo cantaba en el patio de mi casa en Villanueva, cuando le llegó la canción Drama Provinciano, una narración entre un padre, una madre y su hijo, que decía: ‘Oye mamá, en la puerta hay un señor que dice que es mi papá y que quiere hablar contigo’. Mi tío Daniel dijo, ‘esta es y la va a cantar Jorgito’. Nos fuimos para Bogotá y de dos tomas, a mis 14 años, junto a Mélida Yara, hice esa obra del maestro Lenin Bueno Suárez.

Después de esos momentos exitosos construidos con el acordeón de Ismael Rudas Mieles, en donde la agrupación ‘El doble poder’ dejó un interesante aporte a la música vallenata, el cantautor Daniel Celedón Orsini ha estado en grabaciones con los acordeoneros Gabriel Maestre Socarras, Alfredo Gámez Fuentes y varios reyes vallenatos, con los que ha logrado mantener su imagen musical.

Lo social se impone

Son muchas las composiciones del cantautor Daniel Celedón Orsini, las cuales le han dado la oportunidad de lograr un puesto destacado en la composición y el canto. Obras como Pobres arhuacos’,Versos del alma’,Me cansé de esperarte’, El viejo Mile’, Mi sospecha’,El limosnero’,Compañera’, Juan Piña e Ismael Rudas, ‘Aunque pasen los años’,Sencillo homenaje’, Jorge Oñate y Chiche Martínez, ‘La India’, Alfredo Gutiérrez, ‘Mujer Marchita’, Jorge Oñate y Juan Rois, ‘El cantante’, Los Hermanos Zuleta, ‘La lavandera’,  ‘Campanita’, Leo Dan y Andrés ‘el Turco’ Gil.

Mujer marchita’ es una obra de su autoría que grabaron Jorge Oñate y Juan Rois, donde recoge la problemática de la mujer que cae en las garras de la prostitución, en donde contradice el lenguaje popular con que son llamadas ‘mujer de vida alegre’, que aprendió a vivir en su tierra natal cuando tenía doce años, para luego, en los años 80’ construir una obra profunda para un problema social de grandes connotaciones humanas, en donde sus versos, ‘Cuando va  a comenzar la noche comienza tu día/maquillada con mil colores para lucir más/contáme dónde está lo alegre de tu triste vida/vendiendo puñados de amores para ganar el pan/la sociedad que te corrompe luego te margina/muchacha autómata del vicio para dónde vas/cicatrizaron en tu cara todas tus heridas/pero la que lleva tu alma nunca sanará/desde niña te marchaste de tu casa/convencida/de que habrías de regresar/y hoy la vida/te ha mostrado sus espaldas/tu partida/sigue su recta final/mujer marchita/de alma infecunda/pobre criatura/sin ninguna redención/sola entre la multitud/que comercia con tu amor/al irse tu juventud/baja tu valoración’.

El canto lirico se abre

Su actividad artística le ha permitido recibir muchos homenajes en su tierra Villanuevera y fuera de ella. Su voz le permite cantar bolero, baladas y cantante de ópera. El canto lirico del cantautor guajiro se hace evidente al presentar tres obras de reconocimiento mundial como lo son ‘Granada’, ‘Júrame’ y ‘Sole mío’ que pone de manifiesto su grandeza al interpretar con mucha capacidad vocal esas obras que han pasado por las voces más reconocidas en el mundo de la ópera. Pocas veces se habla del cantante lirico que tenemos en nuestra música y que representa un orgullo para la música colombiana, pero es necesario abrir esa página especial que Daniel Celedón Orsini encierra  pata bien del vallenato y el canto nacional, en donde además, al hablar del cantautor guajiro estamos ante un hombre familiar, sencillo, profundo, intelectual y noble que le ha dado mucho a nuestro folclor y que ha dejado en alto a Colombia y que desde hace muchos años, planteó otra manera de actuar y ser como intérprete vallenato.

Su más reciente obra es el paseo ‘Prohibido callar’, una canción que invita a la reflexión seria frente al tema de la violencia de género cuyo resultado atroz es el feminicidio. La lucha incesante contra esta dolorosa realidad ha adquirido relevancia en los últimos años. El día 25 de noviembre es el día designado por la eliminación de la violencia contra las mujeres. Es una defensa a la mujer maltratada, la cual entrega todo y a cambio termina perdiendo la vida, solo porque decide cambiar de rumbo en su vida afectiva, cuyos versos reafirman una vez más que el cantor de lo social en el vallenato tiene a un líder de grandes cualidades vocales, melódicas y textuales cuyo nombre nos sirve de orgullo: ‘Traslucido tu velo permitía/mirar tu rostro y tu sonrisa angelical/la bendición del cielo recibías/era tu lindo sueño convertido en realidad/que pronto se apagaba esa alegría/ en las garras de aquel que te llevó al altar/que en tu propia casa te hizo cautiva/con tus alas abatidas/ fue imposible volar/en un rincón se quedó sepultada tu altivez/y aquel cristal de tu voz/quedó hundido en el silencio/triste peregrinación/ruta de un falso querer/ni tu familia pensó que ibas camino al infierno/porque aquel que un día juró amarte/se fue convirtiendo en tu peor enemigo/de nada te sirvió callarte/sin con tu silencio andaba tu castigo/no olvides que siempre habrá una salida/que nunca estarás sola en el camino’.

Félix Carrillo Hinojosa

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