Hace unos meses, manifesté en esta columna de opinión, que los problemas del gobierno estaban en Casa de Nariño y no en los ministerios. Pues, el presidente Petro, no tenía un armador que, desde Palacio, le coordinara la agenda de gobierno y lo acercara más a sus ministros, congresistas, altas Cortes y al empresariado del país, para garantizar su gobernabilidad y la confianza inversionista.
Parece ser que en Palacio de Nariño, consiguieron ese armador. En una semana, el Consejero Presidencial, Juan Fernández, logró acercar al presidente Petro, con uno de los dos líderes de la oposición, el expresidente Uribe y su bancada del Centro Democrático; con uno, de los líderes gremiales, Juan Martín Caicedo, y con la mitad del poder empresarial del país, que lideran los Sarmiento Angulo, Santo Domingo, Ardila Lule y un grupo de empresarios caleños. Me imagino que ahora vendrán los acercamientos con la otra mitad del poder empresarial del país, concentrados en Antioquia, Región Caribe, Santander y Llanos Orientales. De paso, es conveniente un acercamiento con los magistrados de las altas Cortes (Suprema, Justicia y Consejo de Estado), la Procuradora y el Fiscal, para bajar la tensión y encontrar la armonía institucional entre los poderes del poder público.
Volviendo al tema del encuentro del presidente Petro, con el grupo de empresarios en Cartagena, me parece un paso importante “intentar construir las bases de lo que puede ser un gran acuerdo nacional”. Sin el sector privado, es imposible recuperar la salud de la economía del país, que está bastante deteriorada. El sector privado es el que construye y opera las vías, puertos, aeropuertos; el que responde por la infraestructura de vivienda; el que financia la producción nacional; el que produce las fuentes de energía, opera los servicios públicos y mueve el transporte; el que garantiza la producción de alimentos y aporta las rentas al Estado. ¿Como no trabajar de la mano de ellos?
La política del sector público tiene que ser una política de acompañamiento, de cooperación con el sector privado y no de competencia con el sector privado. ¿Acaso pretenden volver a la década de los 50? En la economía del siglo XXI, el sector público, debe favorecer la gestión, pero no gestionar directamente. Debe ayudar a expandir los mercados con elementos como, la información, formación y financiación, que aún no están desarrollados por el propio sector privado.
Colombia, necesita un Gobierno, que la gente sienta que es legítimo y justo; que ame y no odie a sus contribuyentes; que no le quite a la gente que trabaja para regalarle todo a la gente que no trabaja. Si queremos generar más empleos, no podemos odiar a quienes los crean. Tampoco, podemos asfixiar al sector productivo con más impuestos. La única manera de lograr más dinero con los impuestos es teniendo más gente trabajando en sectores que tengan beneficios para elevar la recaudación. Es un tema de sentido común.
Ojalá el presidente Petro, no desperdicie esta gran oportunidad. El sector privado es el único aliado eficaz que tiene para obtener victorias tempranas en la gestión de su gobierno y en los cinco ejes prioritarios planteados. Déjese ayudar.
Indalecio Dangond