Para que esto sea posible necesitamos de la solidaridad de nuestra gente: familiares, amigos, conocidos y también de quienes, aunque no nacieron en Carretalito, lo han adoptado como propio. Con entusiasmo abrimos la Gran Campaña Navideña 2025. Cada contribución, sin importar su tamaño, representa una luz que ilumina nuestras calles y un gesto de alegría para toda la comunidad.
En Carretalito hemos aprendido que la Navidad no es solo una época del año, sino un sentimiento que nos define como comunidad. Es el tiempo en que las calles se llenan de luces, los hogares se abren al reencuentro y la esperanza se convierte en el regalo más grande que podemos compartir. Después de haber vivido en 2024 una de las navidades más memorables de nuestra historia, hoy nos llena de ilusión volver a soñar con repetir esa magia en este 2025.
El año anterior marcó un antes y un después para nuestro corregimiento. Recuperamos la tradición del alumbrado navideño y, con ella, devolvimos la sonrisa a propios y visitantes. Miles de personas caminaron nuestras calles decoradas, disfrutaron de la novena, admiraron el pesebre y se sintieron parte de un pueblo que abrió sus puertas con orgullo y sencillez. Ese logro no nació de la casualidad: fue el resultado del esfuerzo de toda una comunidad que creyó en sí misma, que entendió que la unión hace la fuerza y que, cuando nos comprometemos con el corazón, no hay meta imposible.
En ese proceso hubo un líder que debemos reconocer con gratitud: nuestro párroco, el padre David Rocha. Él fue quien, con su visión y su amor por Carretalito, encendió en nosotros la chispa de recuperar una tradición que estaba dormida. Su labor pastoral no se limita a la misa dominical o a los sacramentos; su misión ha sido también despertar el sentido de pertenencia, recordarnos que somos familia y que la fe se vive también en la alegría de construir juntos. Con paciencia y persistencia nos enseñó que la Navidad es el reflejo de la esperanza cristiana, y que con trabajo comunitario podíamos hacer de Carretalito un pesebre vivo en el corazón de La Guajira.
Gracias a él y al compromiso de muchos colaboradores, el 2024 quedará grabado en la memoria como el año en que Carretalito volvió a ser noticia positiva: un pueblo que con creatividad y unión mostró lo mejor de su identidad. Sin embargo, la Navidad no es un recuerdo estático: es una tradición viva que debemos cuidar y proyectar hacia adelante. Por eso, este 2025 queremos soñar aún más grande.
Nuestro propósito es consolidar a Carretalito como el Pesebre Navideño de La Guajira, con un alumbrado que llene de luz nuestras calles, un pesebre que inspire recogimiento y un árbol de Navidad que sea punto de encuentro para todos. Queremos que quienes nos visiten sientan que aquí la Navidad se vive de manera especial, porque tiene un valor único que ningún otro lugar ofrece: el calor humano de un pueblo que abre sus brazos y su corazón.
Al pensar en esta gran invitación solidaria, no la vemos como una simple colecta. La entendemos como una oportunidad de reencontrarnos, de sentir que todos podemos poner un granito de arena para algo que nos trasciende. Lo que estamos haciendo no es solo levantar decoraciones: estamos fortaleciendo la unión de nuestro pueblo, dejando una herencia de orgullo cultural a las nuevas generaciones y demostrando que la fe, cuando se combina con el compromiso comunitario, tiene frutos visibles.
El padre Rocha nos lo repite en cada encuentro: “La Navidad es el rostro de la esperanza”. Y esa esperanza se convierte en acción cuando nos unimos como hermanos. Él sigue acompañando este proceso con su guía, con sus palabras motivadoras y con esa cercanía que lo ha convertido en un referente para todos los carretaliteros. Por eso, su labor merece no solo un reconocimiento simbólico, sino también nuestro compromiso real de seguir apoyando la causa que él impulsó.
En 2025 queremos que Carretalito sea ese lugar al que todos quieran volver en diciembre, porque aquí la Navidad se vive de manera auténtica. Queremos que cada niño recuerde estas fiestas como las más hermosas de su vida, que cada visitante se lleve en el corazón la calidez de nuestra gente y que cada familia pueda decir con orgullo: “hicimos parte de esta magia navideña”.
Invitamos a todos a sumarse a esta causa, porque cada aporte cuenta: el de quien dona, el de quien colabora como voluntario, el de los artistas que diseñan, el de los niños que cantan villancicos y el de los vecinos que decoran sus calles. Entre todos levantamos un pueblo iluminado por la fe, la tradición y el amor.
Carretalito es, y seguirá siendo, tierra de agricultura y paz. Pero también queremos que el mundo nos conozca como el pueblo que transformó su espíritu navideño en un valor cultural y turístico para toda La Guajira. El año pasado recibimos más de diez mil visitantes; este año queremos recibirlos con una experiencia aún más grande y especial.
Por eso decimos con convicción: en Carretalito la Navidad no se compra, se construye entre todos. Y la mejor manera de hacerlo es participando, donando, sumando esfuerzos. Porque, como nos enseña el pesebre, lo pequeño y sencillo se convierte en grande cuando se hace con amor.
Hoy, más que nunca, repetimos con orgullo: una Navidad llena de amor vale más que todos los regalos. Y en Carretalito “pesebre navideño de La Guajira”, gracias a ti, este sueño volverá a brillar en 2025.
Víctor Mendoza Zárate

