Nuestra querida península de La Guajira, por sus características geográficas favorables para la generación de energías limpias con base en sus abundantes vientos y su brillante sol, sigue avanzando en forma lenta pero decidida en la ruta que pronto la convertirá en el epicentro nacional de la generación de energías renovables.
Aunque lamentablemente la realidad nos indica que esa riqueza de recursos naturales y energéticos de este territorio, por varias razones, ajenas a las empresas que las explotan, no ha sido fuente de riqueza social ni ha representado un mejor estado de bienestar para la mayoría de las comunidades que la habitan.
Estos proyectos de energías renovables que se están desarrollando, los que sin duda representan un paso efectivo y gradual hacia la transición energética que tanto necesita la humanidad para continuar enfrentando el calentamiento global, también deben ser seriamente considerados como una gran oportunidad de desarrollo social para las comunidades, especialmente para las que están localizadas en las zonas norte y central de este territorio. Existe, sin embargo, un alto nivel de preocupación en varios lideres sociales y comunitarios por la incertidumbre reinante con respecto a los reales beneficios que se recibirán en La Guajira por la implementación de estos proyectos. Es inaceptable la indiferencia del gobierno con esta situación que genera desesperanza en unas comunidades ávidas de oportunidades.
Es aquí donde se hace muy necesario que las empresas multinacionales que los realizan, y las nacionales que surjan, con la orientación y exigencia del gobierno nacional, implementen el concepto de creación de Valor Compartido, que es una filosofía empresarial que trasciende la Responsabilidad Social y que plantea la necesidad de que las organizaciones piensen en el desarrollo de su negocio siendo consecuentes con la sostenibilidad social y ambiental. Debe ser visto como una estrategia que busca vincular el progreso económico de las empresas y sus accionistas con el desarrollo de las comunidades donde tienen el asiento de sus negocios, implementando políticas y prácticas operacionales que tienen el doble propósito de incrementar la competitividad y las utilidades y mejorar las condiciones sociales, ambientales o económicas de las poblaciones especificas relacionadas con las empresas. Es poner en práctica el principio que nos han enseñado algunos expertos que se resume en que la creación de valor social contribuye a crear valor económico y viceversa.
Los retos en términos sociales son grandes. Una manera de afrontarlos es manejar el relacionamiento con equidad. Por supuesto que para lograrlo, además de una apropiada planeación en cada proyecto, debe realizarse una exitosa ejecución de las actividades del cronograma, especialmente la relacionadas con los procesos de consulta previa, libre e informada, que deben realizarse con rigor y respetando los aspectos culturales y los usos y costumbres de las comunidades, especialmente de las comunidades wayuu, evitando a toda costa que se repitan los enfrentamientos internos que han ocurrido con lamentables consecuencias. La apropiada implementación de los acuerdos, que seguramente incluirán empleos, servicios y otras ayudas para obtener ingresos, incidirán en el futuro desarrollo de cada proyecto y serán determinantes en su sostenibilidad.
Otra forma de crear Valor Compartido, que en este caso tendría un enfoque complementario, implica que las empresas multinacionales expertas promuevan y estimulen la participación de inversionistas locales, mediante la asociación de esfuerzos para el desarrollo de nuevos proyectos, con lo que se lograría la capacitación de los lideres y organizaciones, con la apropiada transferencia conocimientos y de tecnología, obteniendo una mayor irrigación de los beneficios en diversos sectores de las comunidades. En La Guajira existen organizaciones de economía solidaria, conformadas por trabajadores, y otras lideres empresariales que estarían dispuestos a participar en una iniciativa de esa naturaleza. Hay que unir voluntades y esfuerzos para intentarlo.
Álvaro López Peralta