La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede causar fiebre, ictericia y, en casos graves, hemorragias y fallo orgánico. En Colombia, la vigilancia y prevención de esta enfermedad es una prioridad de salud pública, especialmente en regiones con condiciones propicias para la transmisión, como La Guajira.
Contexto epidemiológico en Colombia
Entre 2024 y principios de 2025, Colombia ha enfrentado un brote activo de fiebre amarilla, con 43 casos confirmados y una letalidad cercana al 50%. Aunque el departamento de Tolima ha sido el más afectado, con 29 casos y 12 muertes, se han reportado casos en otras regiones como Caquetá, Huila, Nariño, Putumayo y Vaupés. Este brote ha resaltado la necesidad de fortalecer la vigilancia y las medidas preventivas en todo el país.
La Guajira es considerada una zona de riesgo para la fiebre amarilla, especialmente en áreas rurales de municipios como Dibulla, Barrancas, Fonseca, San Juan del Cesar, El Molino, Villanueva, La Jagua del Pilar y Urumita. Estas zonas han sido identificadas por el Ministerio de Salud como áreas con evidencia de circulación del virus desde el año 2000.
Aunque hasta la fecha no se han reportado casos confirmados de fiebre amarilla en La Guajira durante el brote actual, la presencia del vector y las condiciones ambientales hacen que la región sea susceptible a la introducción y propagación del virus.
Para prevenir la aparición de casos en La Guajira, las autoridades de salud han implementado varias estrategias:
- Vacunación: La vacuna contra la fiebre amarilla está disponible de forma gratuita para personas de 1 a 59 años que residan o viajen a zonas de riesgo. La inmunización es la medida más efectiva para prevenir la enfermedad y se recomienda especialmente para las comunidades en áreas rurales de La Guajira.
- Vigilancia epidemiológica: El Instituto Nacional de Salud (INS) ha fortalecido la vigilancia en La Guajira mediante la formación de agentes comunitarios que monitorean la salud en sus comunidades, permitiendo la detección temprana de posibles casos.
- Educación y sensibilización: Se han llevado a cabo campañas informativas para educar a la población sobre la fiebre amarilla, sus síntomas y las medidas de prevención, como el uso de repelentes y mosquiteros.
La Guajira enfrenta varios desafíos que complican la prevención de enfermedades como la fiebre amarilla:
- Acceso limitado a servicios de salud: Muchas comunidades, especialmente las indígenas, tienen acceso limitado a servicios médicos, lo que dificulta la vacunación y la atención oportuna de casos sospechosos.
- Condiciones socioeconómicas: La pobreza y la desnutrición son prevalentes en la región, lo que puede aumentar la vulnerabilidad de la población a enfermedades infecciosas.
- Movilidad de la población: La migración y el desplazamiento de personas pueden facilitar la introducción del virus en áreas previamente no afectadas.
Aunque La Guajira no ha reportado casos recientes de fiebre amarilla, su clasificación como zona de riesgo y las condiciones existentes hacen que la prevención sea esencial. Las autoridades de salud deben continuar fortaleciendo las estrategias de vacunación, vigilancia y educación para proteger a las comunidades y prevenir la aparición de brotes en la región.
Sait Ibarra Lopesierra