Recordar quien nos extiende su mano todos los días,
para subir un peldaño más en nuestras vidas,
es un gozo que nos llena de alegría;
consagrar su vida a la nuestra,
nos colma de felicidad,
es muestra de humildad,
gracias mi maestro…
eres en la escuela un padre,
enseñando valores a sus alumnos;
darnos la oportunidad,
de pasar por su escuela del conocimiento,
paciente, amable y amoroso,
responsable y generoso,
gracias mi maestro…
por la confianza que nos brinda,
lo que sabes lo trasmite,
nos da vida y no se olvida,
formadores de hombres con capacidad;
no los vamos a defraudar,
seremos la mejor semilla para ésta sociedad,
desempeñándonos al servicio de la comunidad,
son manos suaves que enseñan,
luz que alumbra senderos,
contribuyen con la formación y educación,
impulsando siempre a una nueva generación.
Cielo Mar Roys Olivella