JUAN MIGUEL GRIEGO PIZARRO: UN GUAJIRO DE EXPORTACIÓN

En el año de 1983, La Guajira era un territorio preñado de esperanzas. Belisario Betancur se iniciaba en su función como Presidente de la República (1982-1986) y gozaba de una amplia popularidad nacional. En ese momento La Guajira, con la explotación de las minas de El Cerrejón, era la tacita de plata de Colombia. La Asociación Carbocol – Intercor (Gobierno Colombiano + Empresa Americana) se encargaría de la explotación carbonífera que dejaría atrás la pobreza atávica de La Guajira. La percepción de que el desarrollo había llegado a nuestro territorio se podía respirar en el ambiente, se podía percibir en el brillo de la mirada de la gente y, sobre todo, se podía palpar en la monumental transformación que la empresa MKI (Morrison Knudsen International Company) estaba desplegando en la construcción de la mega estructura del proyecto de minería a cielo abierto más grande del mundo. Yo me acababa de recibir como Arquitecto en la Universidad Piloto de Colombia y visionaba mi futuro laboral en mi natal Guajira. Quiso Dios darme la oportunidad de constituir ACCIONES URBANAS el 25 de mayo de 1983 junto a mis paisanos Hernán Mendoza y Teo Manjarrés.  Creamos una compañía de construcción y servicios que durante más de 15 años genero empleo y desarrollo en los Departamentos del Cesar y La Guajira.

En aquel momento de la historia, Venezuela era un país pujante que generaba en la población guajira altas expectativas de migración en busca de un mejor futuro. La riqueza venezolana era apabullante y en las zonas fronterizas este poderío económico se hacía sentir con mayor fuerza. La televisión, por ejemplo, era un elemento que identificaba ese desarrollo vanguardista que Venezuela ejercía. En Colombia teníamos dos canales muy pobres en contenido, cobertura y horario de transmisión (Cadena 1 & Cadena 2), mientras en Venezuela el Canal 2 (Radio Caracas Tv), el Canal 4 (Venevisión), el Canal 8 (CVTV) y otros, alimentaban las horas de la teleaudiencia de La Guajira, donde esa penetración hacia confundir la nacionalidad de este territorio limítrofe. Además, era una televisión alegre, muy Caribe y muy colorida que contrastaba abiertamente con el estilo acartonado y circunspecto que caracterizaba a la televisión colombiana. El consumo de productos venezolanos comprados en Maicao, las telenovelas, las campañas presidenciales de los candidatos venezolanos y la constante muestra de la geografía de ese bello país, eran una contribución indiscutible para que el sentimiento venezolano echara raíces en el subconsciente de los Guajiros. Los vehículos con matrícula venezolana que circulaban en La Guajira, para entonces, representaban un 90% del parque automotor. Eran cifras contundentes.

En ese mismo año de 1983 se conformó un Proyecto Tripartito que tenía el objetivo de dotar de Centros de Salud a la Zona Indígena del Proyecto Carbonífero de El Cerrejón. Este Proyecto Tripartito lo conformaban la Asociación Carbocol – Intercor, la Universidad del Norte y el Servicio de Salud de La Guajira en cabeza del Dr. Crispín Mejía Uriana. El proyecto piloto de esta cruzada de salud se haría en El Cabo de la Vela, un punto prácticamente ignoto, localizado en el ápice de Colombia. Y el Medico designado para implementar este primer proyecto fue el doctor JUAN MIGUEL GRIEGO PIZARRO.

JUAN MIGUEL había sido mi condiscípulo en el Liceo de Cervantes de Barranquilla. En ese momento caminábamos por caminos distintos de la vida, aunque ambos estábamos esculpiendo con nuestro trabajo el engrandecimiento de nuestra querida Guajira.  La empresa MKI se encargó de la construcción y dotación del Centro de Salud y el resultado fue una edificación minúscula pero completa, donde tenía autoabastecimiento de electricidad, servicio de aire acondicionado, televisión a color y alimentación para el personal asignado, el cual estaba conformado por el Medico, una Auxiliar de Enfermería y una Promotora de Salud. Quienes conocemos de primera mano la geografía y las casi nulas facilidades del Cabo de la Vela, podemos afirmar que esa cuadrilla desempeñaba una labor absolutamente heroica en ese lugar sagrado para los nativos y que ellos denominan “Jepira”, que es el equivalente al lugar donde llegan los espíritus a dormir su sueño eterno.

Allí, en ese entorno de paisaje bello, pero agreste y hostil, estaba JUAN MIGUEL GRIEGO ejerciendo su apostolado de salud, cuando un día le anunciaron que llegaría una visita importante. Corría el mes de junio de 1983, cuando se presentó una comitiva a su pequeño Centro de Salud. En representación de la Asociación Carbocol – Intercor llego Jaime Tovar Añez a inspeccionar el funcionamiento del Proyecto Piloto. Jaime Tovar llego acompañado del ex presidente Alfonso López Michelsen y su Sra., La Nina Cecy, del Ministro de Comunicaciones del Gobierno de Belisario Betancur, Dr. Bernardo Ramírez y de un joven ejecutivo de rancio abolengo bogotano de nombre Iván Nichols. Llegaron, saludaron con mucha cordialidad al médico anfitrión, el doctor López examino el edículo con ojo avizor y muy pronto se instaló en la única cama que había en la edificación. Una vez en posición horizontal, también se apropió del control remoto del televisor y se dispuso a descansar. La Nina Cecy ocupo la camilla donde se hacían las consultas y los demás durmieron en hamacas y en colchonetas. Esa noche tuvieron una velada con algunas copas y la animación musical de Jaime, su guitarra y algunos vallenatos.

El Ministro indago a JUAN MIGUEL GRIEGO por sus antecedentes de estudios, pero especialmente por la circunstancia de estar haciendo su ano de práctica profesional en ese lugar tan remoto y tan apartado de los centros urbanos. Y la respuesta de JUAN MIGUEL dejo al Ministro muy reflexivo.

  • Señor Ministro, quiero decirle que mi presencia en este recóndito lugar no es producto de la casualidad. Yo lo asumo como un compromiso, pues, aunque fui educado en Barranquilla y Bogotá, tengo ancestros guajiros muy arraigados. Mi padre es oriundo del poblado de Treinta, una pequeña población enclavada en el centro de La Guajira. Se llama Treinta, porque esa era la cantidad de casas que tenía el pueblo cuando fue arrasado por un incendio que destruyó la mitad de las viviendas. Hoy en día es un paraje desconocido, pero está lleno de historia. Cuando no existía la carretera actual, la conectividad entre Riohacha y Valledupar se hacía a lomo de mula sobre las cornisas de la sierra. Y en la falda de las colinas de San Pablo, más o menos en la mitad del trayecto entre estas ciudades, se levantaba la histórica población de Treinta, también conocida como Tomarrazon, porque allí la gente llegaba a “Tomar Razones” de las noticias que sucedían en otros pueblos. Mi Padre fue un hombre emprendedor y visionario que cambio su residencia de Riohacha a Barranquilla, con el propósito de que nosotros pudiéramos educarnos mejor. Y ese compromiso de servir con denuedo y entusiasmo, lo mantengo intacto al servicio de mi gente.
  • Y lo admiro por el gesto, le respondió el Ministro.

El segundo día de la visita, en horas de la tarde, se produjo la despedida. El Ministro se acercó a JUAN MIGUEL y le dijo:

  • Dígame… ¿Qué puedo hacer desde el Ministerio para aliviar su estancia en este sitio?
  • Sígame por favor, le pidió JUAN MIGUEL al Ministro.

JUAN MIGUEL lo condujo hasta la habitación donde tenía instalado el televisor. Lo encendió y en el canal venezolano que transmitía la señal en ese momento estaban entonando el Himno de Venezuela. El “Gloria al Bravo Pueblo”, cuya melodía es muy conocida en La Guajira por la difusión masiva que ha tenido en la televisión. JUAN MIGUEL le dijo:

– Con todo respeto, Señor Ministro, estoy mamado de este Himno. En lo sucesivo me gustaría escuchar el “Oh Gloria inmarcesible…”

El Ministro le brindo a JUAN MIGUEL una amable sonrisa de despedida y le dijo:

  • ¡Voy a ver qué puedo hacer…!

Tres meses después, la señal del Canal 1 de Colombia entraba como un canon en el Cabo de la Vela y JUAN MIGUEL por fin pudo escuchar el “Oh Gloria inmarcesible” que ya casi se le estaba olvidando. A finales de ese 1983, JUAN MIGUEL GRIEGO termina su ano de practica al servicio de sus paisanos y empaca maletas para seguir sus estudios de especialización en Bogotá.

En 1985, en el Almacén CAFAM de La Floresta de la Calle 100 de Bogotá, JUAN MIGUEL se encuentra con el ya Ex-Ministro Bernardo Ramírez. Se abstuvo de saludarlo, porque presumió que no lo recordaría. Sin embargo, el Ex-ministro lo reconoció, lo saludo con afecto y le dijo:

¿Tú eres el Medico del Cabo de la Vela, cierto?  ¿Qué haces en Bogotá?  ¿Porque no estas con tu gente?

Me estoy preparando para servirle mejor a mi pueblo. Estoy cursando mi especialización y en cuanto termine, regreso para seguir sirviendo a mi gente, le respondió JUAN MIGUEL.

No esperaba menos de Usted.

Ministro, quiero agradecerle el gesto amable que tuvo con La Guajira desde su despacho en el Ministerio de Comunicaciones.

Apenas llegue del Cabo de la Vela, arme una comisión para potenciar las antenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y asi logramos aumentar la cobertura para que Usted descansara del himno venezolano.

Asi, entre risas y abrazos se produjo la despedida de estos amigos. JUAN MIGUEL GRIEGO PIZARRO hoy es un prestigioso Medico Anestesiólogo graduado en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y es, además, Algesiologo & Paliativista de la Universidad de El Bosque. Tambien ha cursado estudios en el MD Andersen Cancer Center de Houston, Texas, y en el Roswell Park Cancer Center, en Buffalo, USA. Es miembro Fundador y Ex-presidente de la Asociación Colombiana para Estudios del Dolor (ACED) y Miembro Activo de la Asociacion Colombiana de Cuidados Paliativos (ACCP).

¡Es un Guajiro de Exportación…! 

Orlando Cuello Gámez

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4 comentarios de “JUAN MIGUEL GRIEGO PIZARRO: UN GUAJIRO DE EXPORTACIÓN

  1. Farid gabriel cure del castillo. dice:

    Felicitaciones a orlando por tan buen recuento y tambien a juan miguel por ser el escojido y yo puefo dar fe de lo buen medico que es juan me ayudo bastante. Un abrazo compañeros cervantinos de la promo año 75

    • Tulio Alberto Pizarro Aguilar dice:

      El médico Juan Miguel Griego Pizarro, es orgullo guajiro, caribeño y colombiano para el Mundo.

      Narración bien descrita que nos dejan una semblanza del hombre agradecido de sus ancestros, no importa lo humilde y abandonado que tengan su terruño.

      Un abrazo mí querido hermano. Guajira tierra prometida.

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