LA MEJOR VICTORIA CONTRA LA OPOSICIÓN A UN GOBIERNO LOCAL

En los pueblos de provincia como los nuestros cuando se inician los gobiernos territoriales surge el revanchismo, el deseo de venganza y la oposición destructiva que obstruye el buen trasegar de los que gobiernan. Muchos no aceptan su derrota y menos al elegido y acuden a demandas, denuncias, derechos de petición, escritos en pasquines, anónimos y apócrifos contra la imagen del mandatario de turno y quienes lo rodean. No es una oposición propiamente dicha, es un deseo de venganza confabulado con la soledad del poder y la ambición desmedida por el poder, la fama y el dinero.

Esta práctica malsana rompe toda mística y los canones de la ética hasta sobrepasar las barreras y la línea indivisible de la consideración, la reputación y el buen nombre de los demás. Enceguecidos por el odio y el rencor conducen el vehículo de la persecución por las trochas administrativas disparando como francotiradores contra todo aquel que encuentran a su paso. Da mucha vergüenza observar cómo dirigentes regionales precedidos de una buena trayectoria y un buen currículo profesional caigan en el abismo de una oposición destructiva tirándole piedra a la luna y como los perros que ladran cuando otros van cabalgando en los lomos del progreso. El insulto, la injuria, la calumnia y la persecución hacen carrera de posgrado en este escenario que describimos. Con dulces palabras y suaves lisonjas cautivan la atención de los incautos y hasta los adoctrinan y los utilizan como caja de resonancia y altoparlante en los pueblos.

Se olvidan los opositores que con la misma vara que miden serán medidos si algún día llegan a escenarios de poder o posiciones de comando. Este mal ejemplo de aquellos que el odio no les deja ver la inmensidad de oportunidades que hay detrás de las derrotas les impide ver más allá de sus narices porque creen que aquí acaba todo y que ellos son dueños de la verdad absoluta. Para convertirse en una alternativa de poder o en una alternativa programática creíble para el futuro, no basta con pisotear y desacreditar la gestión de gobierno de un mandatario en turno. Hay victorias que se construyen a punta de derrotas, muchos derrotados se han levantado como el ave Fénix de las cenizas y edifican su propuesta de éxito con una narrativa real que arrastra las causas sociales, ejemplos hay muchos, el alcalde de mi pueblo es uno de ellos.

No es desacreditando la panela del otro como vendes la tuya. No podemos olvidar que los demás también cuentan y que la vida politicoadministrativa es una confrontación de intereses y oportunidades donde las personas que encuentras en las bajadas luego las encuentras en tus subidas al poder. Por eso es, por lo que los gobernantes de turno no le siguen el juego a la oposición y prefieren no dejarse llevar a su terreno, guardando silencio y distancia y tragando palabras y aguantando presiones como todo buen mandatario conocedor de su rol. Es bien claro y conocido por todos, que el insulto, la injuria, la calumnia y la persecución en nuestros pueblos, habla más de la oposición que del propio gobierno local. A los cuatro vientos se oye decir lo que piensan los ciudadanos de a pie, quienes lógicamente, no tragan entero y escudriñan lo que pasa y se forman su propio juicio de valor.

Muchos dicen aquí no hay oposición sino persecución y destrucción de lo que el otro va edificando. Otros dicen que la oposición es fiel a sus propios intereses y para nada lucha por los intereses generales. Los más osados dicen que la oposición solo se queda en críticas y denuncias ciudadanas, pero no construyen una cadena de valor que le sirva al mandatario para su plan de gobierno como una oposición constructiva que aporta al desarrollo y sirve para tenerla en cuenta a futuro. Por eso, consideramos que la mejor victoria frente a la falta de respeto e insultos de la oposición a un gobierno local es no dejarse provocar ni caer en su terreno.

Es mejor guardar silencio y no controvertir ni debatir con ellos, evitando discusiones innecesarias porque no tienen interés en traerle beneficio al gobierno ni al pueblo mismo. La mejor estrategia es robustecer la defensa jurídica de la entidad, no dejarse distraer y fortalecer los índices de gestión y desempeño fiscal e institucional y ocuparse de resolver los problemas y necesidades de la población para dejarlos sin discurso ni retórica.       

  

Rafael Humberto Frías

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