El último libro del pensador venezolano Moisés Naím, miembro del Carnegie Endowment for iternational peace en Washington, ilustra con detalles que las democracias modernas se enfrentan a un enemigo implacable: el poder revestido de una forma nueva y maligna. Es, además, una obra oportuna para entender la realidad latinoamericana y la instalación de los autócratas por la vía democrática. De acuerdo al texto, a principios del año 2011 el 40% de la humanidad vivía bajo regímenes de autocracia, y en 2021 ese porcentaje aumentó al 70%. Además, señala que, de los 195 países miembros de Naciones Unidas, solo 31 son democracias. Es decir, asistimos a un escenario de consolidación de las voluntades individuales como forma de gobernar.
Según Naím, las fuerzas centrípetas del nuevo poder que concentran los autócratas la conforman un tridente que casi siempre vienen de la mano: (i) el Populismo; (ii) la Polarización y (iii) la Posverdad, las tres P que amenazan la supervivencia de la democracia. El Populismo no es una ideología recalca el escritor venezolano, es una caja de herramientas y trucos para lograr el poder por parte de un mesías, de un caudillo que ofrece al pueblo la solución a todos los malos. La Polarización desborda la sociedad y la paraliza con su toxicidad llena de restricciones al derecho de participación política a los contradictores. Y finalmente, nos muestra como la Posverdad-conocida anteriormente como propaganda- crea un mundo artificial al servicio del poder y usa la mentira como instrumento en un discurso de invertidos propósitos que reconquista viejas narrativas y deriva en impunidad. En ese coctel de fuerzas y emocionalidad se mueven las masas, los consumidores ingenuos de la política, gracias al poder de las redes sociales y la tecnología (Inteligencia Artificial).
Hoy en día hay muchas elecciones y poca democracia. Las primeras son utilizadas como mecanismos para legitimar autócratas y no dejan de ser simples trampas invisibles de una logística a merced del poder. La segunda está contagiada de la necrofilia política, entendida como el amor recurrente por la resurrección de ideas muertas a pesar de la evidencia empírica de los modelos fracasados. Pues bien, esa reiteración ciega es propia y adictiva de las apuestas de los nuevos autócratas que se entronizaron en América Latina.
El texto nos brinda luces sobre una verdad identitaria en el continente: la infravaloración del discreto encanto de la democracia para dar paso al choque de identidades culturales, donde las banderas son una colcha de retazos que fragmentan la identidad nacional y la relegan a la confederación de las autocracias y sus sociedades de instrumentalización (Ej: Alba, etc.).
De la lectura de varios de los capítulos se colige que la narrativa de la antipolítica y el riesgo de las autocracias, demandan en la democracia la necesidad de adaptación y respuesta eficiente de gobernabilidad ante la exigencia de la velocidad de los cambios en vida cotidiana y el movimiento transnacional de la crisis climática, entre otras variables. Por ende, los Estados no puede continuar con democracias analógicas en un mundo cada día más digital, pues se corre el riesgo de perecer ante la principal arma de dominación y represión de la modernidad: la tecnología y sus tentáculos.
Pero, ¿Qué se debe hacer para que los autócratas no sigan reinventando la política del siglo xxi? Moisés Naím, entre otras recomendaciones, señala las siguientes: (i) disminuir la impunidad de las mentiras; (ii) desarrollar tecnologías, instrumentos e instituciones para la defensa de las democracias; (iii) formar ciudadanos como mejores consumidores digitales y contar con entes protectores del consumo de tecnología. (iv) apostar por la consolidación de las sociedades abiertas; y finalmente, (v) apelar a las enseñanzas de Etienne de La Boétie, quien en su Discurso de la servidumbre voluntaria brinda herramientas para que los individuos del pongan freno a los autócratas.
La lectura de La Revancha de los poderosos es sin duda una estación obligada en el viaje que acaba de emprender Colombia hacia la autocracia con la elección de un presidente de izquierda. No cabe la menor duda, que, en el gobierno de Pacto Histórico, la polarización, el populismo y la posverdad derivaran en una P con efectos catastróficos: la Petrocracia, un estadio para la consolidación de la autocracia en nuestro país.
Arcesio Romero Pérez
Escritor afrocaribeño
Miembro de la organización de base NARP ASOMALAWI