El mundo no se detiene y las noticias tampoco, esta semana escuchaba una frase que decía “hay décadas que parecen semanas, y hay semanas que parecen décadas” pasa de todo, y ¡sí que pasa de todo! Esta última semana ha sido de movimientos importantes que nos pondrán a discutir por un gran tiempo.
En la tarde de este 6 de enero comenzando año el mundo pensaba que no podría sorprenderse más, además de lo dejado por el paso del covid-19 por nuestra humanidad, jamás hubiéramos esperado en nuestra generación, que la democracia más estable, la muestra de ejemplo en el cumplimiento de la ley y el orden, así mismo su patriotismo se vería pisoteado por una avalancha de personas sin control al irrumpir en el Capitolio Nacional de los Estados Unidos, lo creíamos impenetrable y a pocos metros del lugar más custodiado del mundo la Casa Blanca.
La democracia estadounidense se dejó seducir, sin que nadie lo advirtiera, o peor aún sin que nadie pusiera reparos de un egocéntrico, hedonista, cínico, emocional, impredecible, nefasto Donald Trump, llego a gobernarlos durante cuatro años, llevando al país a escenarios de división sin precedentes cediendo terreno a nivel global de su supremacía política, comercial y territorial. Convocó sus seguidores a desobedecer la Constitución mintiendo desde antes de elecciones con un fraude que nunca fue comprobado porque la pruebas no existieron, es así como mentiras millones de veces repetidas tienden a convertirse en realidades delicadas, consecuencia de esto una insurrección, 5 muertos, daños materiales y un país políticamente mal parado como potencia mundial.
Nada de esto parece preocuparlo ni detenerlo en su retórica que sigue igual de pedante y arrogante y al parecer su país no se librara de él en el futuro inmediato a menos que el juicio político adelantado por los Demócratas en el congreso (quienes no le perdonan esta tórrida experiencia) surta su efecto y le logre dar muerte a su futura candidatura presidencial, no obstante sigue contando con fieles seguidores al interior del capitolio que lo apoyan a pesar del desastre al que ha llevado su partido republicano y al estado democrático.
Este señor antes que nada es un empresario exitoso, por lo que es aguerrido no quita el dedo de la llaga fácilmente y para quien el fin justifica los medios siempre sorprende con “jugaditas” al estilo Macias “ilustre” senador Colombiano, le resta una semana en la silla más poderosa del planeta que podrá hacer con sus ocurrencias no sabemos pero esta vez no contara con la infalible ayuda de las redes sociales quien lo ha vetado por su discurso incendiario y desafiante en un acto para unos de coartar la libertad de expresión y para otros de poner límites a alguien inestable que toma decisiones acorde a sus emociones .
Fue increíble cómo el mundo registraba este tildado bochornoso acontecimiento incitado por su mismo Presidente en un acto de rebeldía y casi que un auto golpe de estado por negarse aceptar que con vicios o no la democracia a través de los sistemas electorales y sus reglas de juego debe respetarse sus resultados así no sea del agrado de todos. Estos acontecimientos dejaron muchas brechas al descubierto, hasta donde se es capaz de llegar por la arrogancia de poder, que tan delicado es el lenguaje utilizado por personajes públicos con las masas que los siguen, influyen las redes sociales y su mal uso, su poder de convocatoria es infinito y sin control (algo que se viene cuestionando en los últimos años), fueron permisivos o no los custodios con la multitud , estaban preparados la seguridad para acontecimientos de este nivel una turba enfurecida, o nunca lo vieron venir (grave).
Está claro que el poder de dirigir un país no puede estar en manos de cualquiera y mucho menos de un aprendiz improvisador, debemos entender que no es lo mismo dirigir una empresa que ser un buen político administrador de una nación. El país del tio Sam al parecer quiso renombrar su curso, no con una mayoría amplia como se hubiera pensado pero dijo, no más por ahora Donald Trump.
Como siempre que Dios te cuide, me cuide y nos cuide a todos.
MILKA PATRICIA SOLANO GOMEZ