¡LIBERTAD DE ELEGIR!

“El voto, principal mecanismo de participación ciudadana” oportunidad de oro para ejercer democracia, esa democracia que nos hace libres de elegir y ser elegido, que nos da potestad de reconocer lo bien hecho y darles la oportunidad a otros de demostrar qué tan capaces son de cumplir con lo prometido. Puedo seguir haciendo apología al sufragio llevándolo a las cúspides más altas como el monte Everest o ser un crítico radical y  bajarlo al ejercicio más oscuro a que algunos  personajes macabros se han dedicado a llevarlo,  manoseándolo hasta el punto  de prostituir el ejercicio electoral, fuerte leer términos tan subidos de tono pero refleja la triste realidad a la que hemos permitido como ciudadanos no “de bien” porque a ese término si le tengo pavor, sino a ciudadanos aferrados a la esperanza de que exista por fin, el tan anhelado cambio que más de uno estamos esperando.

Muchos de nosotros cuando se acercan las épocas electorales empezamos a preguntarnos… ¿Por quién votare? ¿Quién vendrá ahora a tocar la puerta pidiendo el voto? “Ahora viene aquel que no hizo nada, con su carita de yo no fui a pedir el voto” y así, en términos castizamente hablando, puedo nombrar innumerables expresiones de nuestra región, por quién votar se ha convertido en una decisión crucial, para algunos fácil de tomar, pero para otros de verdad es un verdadero desafío y no el que dan por ahí en un canal nacional, ¡No! En un desafío entre conciencia, verdad, responsabilidad y transparencia.

Analizando el tema, se ve cómo la “BATALLA” en que estamos y me disculpo por utilizar esa palabra, pero en este momento no tengo otro sinónimo con el cual la pueda reemplazar, este interesante, pero a veces penoso desarrollo de las campañas políticas, entendamos cómo funcionan: por un lado se encuentran los candidatos que muestran interés por llegar a ocupar un escaño, estudian se preparan, si no saben del tema político se asesoran, elaboran propuestas objetivas (así deberían ser todas las propuestas), alcanzables, palpables, con toques de populismo (término utilizado por extremos para demeritar propuestas) pero que de alguna u otra forma dan esperanza al voto de opinión, seguimos con el candidato afortunado y lo llamo afortunado porque ese ya viene ostentando apoyos de diferentes sectores, aclarando que el primer descrito también debe contar con apoyos significativos para poder entrar en la contienda, pero el candidato afortunado cuenta con personajes más significativos políticamente hablando como administraciones municipales o regionales, que les corresponde hacer diferentes conclaves en las entidades especialmente citando contratistas para que paguen el favor en votos, muchos agradecidos votan de corazón otros no quisieran pero les toca, práctica que  se convirtió en normalidad cuando debiera ser opcional, entra en juego  la expresión “no morder la mano del que da de comer “ contrastando con “si yo trabajo, pues me retribuyen por eso”.

Me ha tocado escuchar en los últimos meses diferentes discursos, están aquellos que llaman a la conciencia, al votar por propuestas, invitando a analizar los proyectos que ofrecen si llegasen a ser elegidos, todo en la base del respeto y la inclusión de diferentes sectores políticos tradicionales y otros nuevos movimientos de ciudadanos que se cansaron de lo tradicional he hicieron casa aparte, por el otro lado,  está el discurso  distorsionador, movido por  el odio,  la venganza, el oportunismo, el desafiante, el  que llama a destruir y no a construir, que atacan a su contradictor o antiguos aliados con palabras soeces o diplomáticas dependiendo el escenario en el que se encuentren, centrándose en mirar quien decide hoy y llegarle inmediatamente para “voltear” al elector como si fuesen trofeos, pero ojo esos trofeos pasan entre la delgada línea que separa la honestidad de la falsedad, de esos también distancio por decisión no de obligación.

Afortunadamente existen electores con libertad de elegir, esos que no dependen de entidades públicas permeadas de politiquería y que si dependen cuentan con jefes que actúan con responsabilidad y les dan libertad de votar por quienes deseen, electores que votan por propuestas que les interesan o que el candidato les supo llegar así no lo conozcan, ojalá la batalla electoral no tuviera tantas aristas más que la de elegir, pero elegir bien.

Si más y esperando que ese lector que tomó el tiempo y llegó hasta aquí agradecerle por el tiempo dedicado, invitarlo, si hacen parte de ese pequeño, pero también significativo grupo de los LIBRES DE ELEGIR sepan a qué candidato darle su valioso voto de confianza y rogar porque cumpla lo prometido y no dejarse contaminar por odios, con fundamento y no polarizar más una sociedad con sed de equidad y oportunidades.

Franklin Barón Gómez 

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