Ante la incredulidad y el asombro del mundo Nicolás Maduro se posesionó ante la Asamblea Nacional acompañado solamente de dos Jefes de Estado, Miguel Diaz-Canel heredero de la dictadura Castrista Cubana donde se parió hace 62 años el desastroso modelo comunista que luego fue exportado a sangre y fuego a todo el continente y Daniel Ortega que después de 20 años en el poder es una especie de emperador bananero al lado de su esposa Rocío Murillo, proclamada vicepresidente vitalicia y presidente vitalicia de la Rama Judicial, con la presencia de los embajadores de los gobiernos de Colombia, México y Brasil, dejando en evidencia su complicidad con el dictador Maduro.
Las reacciones no se hicieron esperar, los Estados Unidos subieron las recompensas hasta 65 millones de dólares por Maduro, Diosdado y Padrino López acusados de narco tráfico y terrorismo y sanciones a más de 2.000 miembros del gobierno y las Fuerzas Armadas, y se vendrán una serie de sanciones económicas en conjunto con la Unión Europea que incluirán seguramente un bloqueo al sector petrolero y a quienes tengan negocios con el régimen venezolano. Comunicados de gobiernos y reacciones sin ningún tipo de consecuencia práctica por parte de organismos multilaterales como la ONU y la OEA.
Ante este escenario varias reflexiones. ¿Tiene sentido mantener la Organización de Estados Americanos OEA creada en 1890 con el propósito de “asegurar la democracia y el bienestar económico y social de los Estados miembros”, cuando tenemos a Cuba, Nicaragua y Venezuela en la actual situación y el riesgo latente en países como Colombia, México, Brasil y Honduras de correr la misma suerte?
¿Tiene sentido mantener la Organización de las Naciones Unidas ONU creada en 1945 al final de la segunda guerra mundial “para mantener la paz y la seguridad de las naciones’, cuando no reacciona ante el robo perpetrado ante los ojos del mundo de las elecciones en Venezuela y la usurpación del poder a través de un golpe de Estado? ¿Tiene sentido mantener una Corte Penal Internacional que no ha hecho absolutamente nada por detener a un dictador asesino, narcotraficante y criminal como Maduro, al que le abrió proceso en 2021 por crímenes de lesa humanidad, desaparición forzada, detenciones arbitrarias y torturas y actos de represión y asesinato de opositores? Pues no, no tiene sentido, si no tienen la capacidad de defender la libertad de los pueblos y de enjuiciar a un dictador criminal como Maduro, NO SIRVEN PARA NADA.
Lo sucedido anima a algunos que como Petro sueñan con perpetuarse en el poder. Basta revisar su historia criminal en el M19 patrocinado por Cuba, su cercanía histórica con el Chavismo, la forma en que llegó al poder con dineros ilícitos y en alianza con la clase política más corrupta y su gobierno lleno de escándalos y saqueo a las instituciones, patrocinio del crimen, reformas socialistas, persecución de la iniciativa privada y falta de respeto por la prensa y la independencia de poderes, “un tirano en ciernes” como dice Abelardo De La Espriella.
Nadie nos va a ayudar a preservar la libertad, la democracia y el respeto por nuestras instituciones en 2026. Esta es una batalla que tenemos que librar los colombianos con determinación. Queda poco más de un año para elegir congreso y nuevo presidente.
Tendremos que emplearnos a fondo para que tengamos elecciones libres y transparentes y que quienes lleguen al nuevo congreso no sean los mismos oportunistas que se hacen elegir con unas ideas y miles de millones y una vez en el poder solo se interesan por recuperar la multimillonaria inversión, llenar sus bolsillos y mantener copiosas estructuras de poder con burocracia y abuso de las instituciones y empresas del Estado, para repetir el ciclo en las regionales; y lo propio con el próximo presidente: elijamos un Presidente que respete la constitución y la ley y las haga respetar, que demuestre que tiene la capacidad de fortalecer la Fuerza Pública y regresarnos la seguridad, que reducirá el tamaño del Estado y gobernará con los más preparados, que perseguirá la corrupción sin contemplaciones, que promoverá la iniciativa privada y la explotación de nuestras riquezas y que pondrá a la familia como eje central de la sociedad para recobrar principios y valores para la construcción de una sociedad más justa, prospera y consciente.
“P.D.”: Que la llegada de Trump al poder sea el inicio de una nueva era de libertad que sacuda al mundo y que el liderazgo propio de la mayor potencia de occidente fortalezca la democracia y se reformen unas organizaciones internacionales obsoletas que perdieron el rumbo en costosos entramados burocráticos y perversas ideologías Globalistas. Que el propósito anunciado por Trump y Marco Rubio nuevo Secretario de Estado, de detener la migración ilegal y el tráfico de drogas a los Estados Unidos, se traduzca en el apoyo al fortalecimiento de nuestras democracias como el mejor antídoto para contrarrestar esos males que son provocados precisamente por las tiranías socialistas, y que el primer paso sea pasar del discurso a la acción liderando una intervención internacional para hacer respetar el resultado electoral en Venezuela, como lo propone el presidente Álvaro Uribe.
Carlos Felipe Mejía Mejía