MEJOR SEAMOS BRUTOS

Es difícil ser activista social en una tierra donde la verdad cuesta la vida. Quien levanta la voz, denuncia o cuestiona, se convierte de inmediato en un blanco. Las amenazas llegan, las intimidaciones no cesan y el silencio se impone como norma. Vivimos en un país donde decir la verdad es un acto revolucionario y peligroso, donde quien la defiende se vuelve incómodo, y quien miente gana popularidad, poder y aplausos. Esa ha sido mi realidad, como la de muchos, en un escenario político que premia la farsa y castiga la conciencia. aun así, insistir en la verdad no es una elección, es una responsabilidad. Por eso, aunque el precio sea alto, prefiero defender lo incómodo antes que aplaudir lo inmoral. Por eso digo, escribo y aplicó, con toda claridad y sin rodeos: hace un montón de años la verdad cedió espacio, y desde entonces la verdad en la “mala” del paseo, la “mala” de la película de la vida real.

Desde el día de su nacimiento hasta convertirse en él hombre de la verdad Jesucristo hasta este momento sigue siendo el responsable de que la verdad sea siempre derrotada por la mentira. La verdad se volvió la antagonista y la mentira la protagonista en gran parte de la historia que todos conocemos y vivimos a diario. Todos nosotros por ser seres humanos reaccionamos diferente a los animales. Como humanos nos creemos superiores a los animales, lo que parte de una gran mentira, ya que para los animales solo existe una cosa y es la realidad, lo irrefutable y lo verás, ningún animal sabe o conoce que es la mentira, para ellos no existe mentira todos los animales solo hay una realidad irrefutable. Pero para nosotros la verdad y la mentira son una falsa dicotomía o un falso dilema sin tercera opción, una parte de nuestra existencia sin ecuador.

La verdad además de ser mal vista, es también la mala del paseo, en lo largo de cada momento de nuestras vidas a diferencia de las películas, series o novelas de la pantalla chica de Hollywood donde la mentira es derrotada en los finales. Pues en la vida real quizás sea derrotada después de la vida, porque aquí es muy difícil que sea por lo menos radicada la mentira, la cual manda y le gana la partida a la realidad. Este es un tiempo construido por un mundo que a lo largo de su historia ha creado un panorama en un ecosistema exacto para que sobreviva la mentira y se extinga la verdad. Lo falso, lo engañoso y lo oscuro como especie típica anfitriona donde todos es aplaudible es la dueña del espacio entre lo real y la fantasía.

El triunfo entre la mentira y la verdad en la historia de Jesucristo, es, y fue una realidad donde el asesinó fue el pueblo amante de la mentira, y aunque a las pocas horas resucitó, pero el cual como buen perdedor agacho su cabeza y se marchó al saber que ya todo era tiempo perdido. Este hombre se le llamó Jesús de nazareno, fue tan grande lo que hizo que la gran mayoría por miedo a la verdad prefirió crucificarlo, sí, hace más de dos mil años el hijo de dios fue asesinado y sepultado. Los que odiaban la verdad y nunca la creyeron eran brutos segados por la deformación manipulada de lo que sí sabían que era una verdad lo que cargaba y empujaba a Jesucristo por medio de la palabra como poder supremo a ser escuchado, desde su palabra pudo dejar un legado, pero la gente ese legado prefiere despreciar, como ese mismo hombre que montó una cruz al hombre que llegó a salvarnos.

Jesucristo sabía que tenía que enfrentarse con la mentira, la cual era tan fuerte y tan arraigada en el corazón, alma, cuerpo y espíritu de la humanidad que fue para el hijo de dios imposible doblegar.  Los emperadores estaban seguros de que apoyando la mentira derrotaría fácilmente a la frágil verdad de Jesús (hijo de dios). El hombre que derrotó a Jesucristo no era el líder que pedía que lo crucificaran, a Jesucristo lo derrotó la brutalidad y la ignorancia, las cuales tenían el poder absoluto bajo un imperio donde los emperadores preferían que la gente fuera bruta e ignorante para que así no cuestionar su poder y creyeran en sus mentiras. Poncio Pilato no era bruto y menos ignorante, pero sabía que los esclavos, la muchedumbre y todo el que amaba el oro por su brillo era humanos bajo una sociedad manipulable.

Esos que asesinaron a Jesucristo eran brutos, ignorantes y trogloditas, pero alguien que los necesitara tanto para su protección nunca se los iba a hacer saber, era mejor para él emperador y su trono que fueran brutos. Entonces guiados por líderes que sabían distinguir entre mentira y verdad, que sabían leer y tenían el poder y que solo la verdad amenazaría su imperio. Es allí donde deciden cuestionar de forma indisoluble la verdad para mantener viva la mentira. La mejor arma de los emperadores no era en sí la mentira, sino la brutalidad, la ignorancia y el amor ciego de los esclavos al no querer saber bajo su irrazonable ignorancia pensaron y creyeron vivir bien bajo el dominio de los que solo pensaban en fortalecieron imperios bajo el cimiento de la mentira.

A lo largo de la historia, la mentira ha derrotado a la verdad con la complicidad del poder y la aceptación social. Desde la crucifixión de Jesucristo, pasando por la institucionalización de religiones, imperios coloniales, dictaduras y hasta las democracias modernas, se ha construido un mundo donde la verdad es peligrosa y la mentira es rentable. Hemos aprendido a vivir cómodos en la ficción, celebrando el engaño y persiguiendo a quienes se atreven a decir la verdad. Hoy, en plena era de la post verdad, la mentira no solo domina: es el pilar que sostiene una sociedad que prefiere ser feliz en la ignorancia antes que libre en la verdad. aun cuando los hechos estén sobre la mesa, muchas personas van a preferir creer en narrativas resuenan emocionalmente, aunque estén completamente desligadas de la realidad. 

Entonces estamos bajo el simplismo de que mejor elijo la mentira y vivo feliz bajo ella… vivimos bajo la sombra de una verdad incómoda: quién engaña siempre encontrará quien se deje engañar. Por eso, el presidente Gustavo Petro despierta cada mañana pensando qué nueva mentira decirle a esa multitud de seguidores enamorados del engaño, dispuestos a crucificar, asesinar y sepultar a todo aquel que se atreva a defender la verdad y a cuestionar la falacia en la que han elegido vivir.

La mentira y la brutalidad han caminado juntas desde mucho antes de cristo. No nacieron con las religiones, ni con los imperios, ni con las democracias modernas. Ya estaban allí, enraizadas en las primeras formas de organización humana, camufladas en el miedo, el poder y la supervivencia. Fueron las primeras herramientas del dominio. Antes de que el ser humano aprendiera a hablar, ya había quien manipulaba y quien obedecía. Y cuando por fin logramos reaccionar aparentemente como racionales, fuimos peor que los animales, porque inventamos la mentira y elegimos la ignorancia. A lo largo de la historia, cada civilización que se dijo iluminada se construyó sobre el engaño y la estupidez dirigida. Y hoy no es diferente. La brutalidad no está en la falta de conocimiento, sino en el rechazo a saber. La mentira ya no necesita esconderse: se celebra, se comparte, se vota, se defiende. El que piensa es traidor, el que cuestiona es hereje, y el que dice la verdad, un enemigo público.

Por eso, mejor seamos brutos, porque la verdad no tiene lugar en un mundo hecho para adorar la mentira. Y quien insista en buscarla, que sepa que será señalado, perseguido y, si es posible, crucificado.

 

Luis Alejandro Tovar

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Un comentario de “MEJOR SEAMOS BRUTOS

  1. ANDRES Dueñas dice:

    Hola Luis Alejandro, interesante tu diagnostico, pero como dice heredero suena a derrota, y no estoy de acuerdo, pues lo estás expresando, estas diciendo una verdad, no es mentira cada párrafo de tu escrito, pero que triste ver sucumbir unbarco sin buscar un salvavidas, en cambio que tranquilidad en el corazón y en el cuerpo saber que lo intentamos,lo dijimos y que cada quien lo interprete asume gusto, pues como lo dijiste ahora lo expresó yo cada calzón es para cada rabo, peor pensar y dejar pasar a morir en el intento. Mi Conzuelo es» por lo menos se les dijo» y es algo que tengo que decirme día a día desde las últimas elecciones.
    Me callo o intento derrocar al mentiroso, de pronto uno me copia,ya hice la tarea.

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