PASOS DE LA RADICALIZACIÓN DEL GOBIERNO DE PETRO

Analistas políticos como el ex precandidato presidencial Rafael Nieto Loaiza consideran que al menos tres aspectos demostrarían que el presidente colombiano busca socavar la democracia.

En Colombia, el presidente Gustavo Petro anunció un proceso de reforma a la constitución que hace pensar a la oposición y a un amplio sector de la población en la posibilidad de que se esté tratando de allanar el camino para instaurar un tipo de gobierno similar a los de Cuba, Venezuela o Nicaragua.

La radicalización de un gobierno puede entenderse como el proceso mediante el cual el poder ejecutivo adopta posiciones extremas en su ideología, políticas y métodos de gobernanza. Este proceso puede variar según el contexto histórico, cultural y político.

El excandidato presidencial y ex viceministro del Interior Rafael Nieto Loaiza dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS que “la radicalización de Petro se ve en al menos, pero no únicamente, tres aspectos” que preocupan a la población colombiana.

El abogado constitucionalista puso en contexto “la expulsión de técnicos y tecnócratas del gobierno para nombrar activistas y personas leales a él, aunque no tengan idea de la materia que trata la entidad pública en la cual han sido nombrados”.

Segundo, resaltó “los ataques constantes a las otras ramas del poder público, al Congreso, a las cortes, a la Procuraduría y en su momento también a la Fiscalía, ataques que ponen en peligro el sistema de frenos y contrapesos que es fundamental en una democracia”.

Añadió que “la tercera expresión de su radicalización es la propuesta de una constituyente, un proceso que escapa a las reglas establecidas dentro de la Carta del 91 para la modificación de la misma Constitución, incluyendo las reglas para la creación y puesta en marcha de una Asamblea Nacional Constituyente”.

Para Nieto Loaiza, la terminología que viene utilizando Petro es propia de quienes ostentan el poder en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, con el fin de “descalificar, restarles credibilidad y debilitar a sus contradictores”.

Dijo además que “hay unas expresiones que empiezan a ser muy preocupantes, que son típicas de populistas, en virtud de las cuales él [Petro] reduce el pueblo única y exclusivamente a aquella facción que se identifica con él, es decir, a los petristas”.

“Con esta reducción del pueblo a solamente una facción que le es afín ideológicamente y leal, pone en riesgo el ejercicio democrático que exige el reconocimiento de que en el pueblo hay muy distintas expresiones, una que apoya al gobierno, otras que no, y todas tienen igual legitimidad, siempre que se expresen en el marco de lo que la Constitución establece”, apuntó.

Fases 1 y 2

Algunos analistas políticos también coinciden en que Petro se encontraría en las fases 1 o 2 de ese modelo, que bien conoce porque, recordemos, el gobernante se desempeñó como asesor de cabecera del extinto dictador de Venezuela Hugo Chávez.

Aconsejado por Petro, Chávez impulsó medidas que condujeron a la profunda crisis que hoy se vive en Venezuela. Algunas de las acciones del chavismo abrieron una puerta a la bien estudiada expropiación para quitarle al sector privado todo aquello que desde ya hace muchos años disfrutan quienes gravitan en torno a la élite gubernamental.

Petro, siguiendo el parámetro cubano-venezolano, procedió a intervenir las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) Sanitas y Nueva EPS, y llevó a que Compensar pidiera su total liquidación, en medio de temores de que esta política se replique en universidades privadas mediante el no pago de los fondos del ICETEX, la entidad que financia estudios a miles de colombianos.

El congresista Hernán Cadavid sostuvo que “muy seguramente, Petro tratará de usar mecanismos externos a la constitución. Puede ser un cabildo [un mecanismo de participación comunitaria], que no es procedente, pero puede crear una situación de inestabilidad que justifique medidas extremas en las cuales apoyarse para su narrativa”.

“Petro quiere socavar y desconocer el alcance y funcionamiento de las entidades republicanas democráticas. Esto admite términos medios, o la respetan o no la respetan, y Petro no la respeta. Y si no respeta instituciones, va camino a implantar mecanismos de dictadura”, subrayó.

En opinión de María Andrea Nieto, periodista de la revista Semana, “la radicalización del presidente colombiano es muy compleja para Colombia, porque las acciones que ha tomado están encaminadas a garantizar su permanencia en el poder después del 2026, cambiando la constitución política de 1991”.

Comentó que “Petro no solo admira el régimen de Venezuela, sino que lo avala y prueba de ello son las visitas que hace al narcodictador Nicolás Maduro”.

“Petro siempre había sido un radical de extrema izquierda”, acotó la comunicadora, a lo que sumó “pero nunca había sido presidente. Ahora que tiene el poder hará todo lo posible por no salir de la Casa de Nariño, aunque le parezca un lugar ‘feo y frío’”.

Fases de la radicalización

  • Como sucede con Petro, un gobierno comienza a enfatizar diferencias ideológicas extremas, a menudo en respuesta a una crisis o inestabilidad. El mandatario ha presentado propuestas de reforma que no han recibido la aprobación del Congreso, lo que ha generado malestar en la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
  • En respuesta a esto, Petro está tratando de movilizar a la población a través de la identificación de ‘enemigos internos’ o ‘externos’, creando un “nosotros contra ellos”. A este paso se le conoce como el primero en el proceso de radicalización, bajo el nombre de ‘polarización y movilización’.
  • En ese marco, la fase de consolidación del totalitarismo implicaría el fortalecimiento del control sobre el estado y sus instituciones. Este aspecto podría incluir la modificación de las estructuras legales y constitucionales para centralizar el poder, así como la supresión de la oposición y la crítica a través de tácticas autoritarias. A esto se le llama ‘consolidación de poder’.
  • Los estudios sobre este esquema muestran que si Petro llega a consolidar su poder, el gobierno podría implementar políticas que reflejen su ideología extrema, incluyendo eventualmente reformas radicales en la economía, en la estructura social, en las políticas de seguridad y defensa, y en las relaciones exteriores. Este es el tercer paso denominado ‘implementación de políticas radicales’.
  • Luego podría sobrevenir la ‘represión de la disidencia’, cuyo objetivo sería mantener su agenda radical. El gobierno emplearía la represión contra aquellos que considera amenazas. En este contexto puede surgir la censura, arrestos arbitrarios, tortura, y otras formas de violencia estatal.
  • En la etapa de ‘normalización y legitimación’, el gobierno buscaría normalizar sus políticas radicales y obtener legitimidad tanto nacional como internacionalmente. Este paso podría lograrse a través de propaganda, control de la información, y el uso de narrativas que justifiquen las acciones del gobierno.
  • La fase concluyente sería la de ‘resistencia y conflicto’. A medida que las políticas y prácticas radicales se profundicen, es probable que surja resistencia tanto dentro del país como a nivel internacional. Esto puede llevar a conflictos internos, aislamiento internacional, y en algunos casos, intervenciones externas.

Sofy Casas

DESCARGAR COLUMNA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
💬 ¿ Necesitas ayuda?
Hola 👋 ¿En qué podemos ayudarte?