POTD DE LA GUAJIRA; HACIA EL MODELO TERRITORIAL DEL FUTURO

Hoy me convoca esbozar unas líneas a propósito del evento de lanzamiento del proyecto del Plan de Ordenamiento Territorial Departamental-POTD para un territorio con desafíos enormes en la planificación, con varios ecosistemas estratégicos, la línea de costa caribe más extensa y un corredor fronterizo. Es este un territorio de condiciones excepcionales para que el ordenamiento territorial movilice las capacidades endógenas velando por el desarrollo sostenible. Por consiguiente, me permito plasmar la trazabilidad normativa, la importancia y la mirada de una herramienta fundamental para potenciar las oportunidades (ventajas comparativas y competitivas) que propendan por el uso eficiente del suelo y la funcionalidad del territorio.

El recorrido normativo de este instrumento inicia en la Constitución Política de 1991 que ordena la creación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial –LOOT (Ley 1454 de 2011).  Transcurrieron 20 años desde la expedición del gran acuerdo nacional para que la -LOOT- fuera aprobada por el Congreso de la República. Varios Proyectos de ley, más de 19, habían fracasado en el intento.

Las facultades que reconoce esta Ley en su Art 29 otorgan competencias para que la entidad territorial establezca directrices y orientaciones para el ordenamiento de la totalidad o porciones específicas de su territorio. Una vez entrada en vigencia esta ley, la Asamblea de La Guajira a través de la ordenanza 327 de 2011 le da vida a este instrumento clave para el ordenamiento territorial y desarrollo urbano en nuestro departamento. Desde entonces, hemos estado en mora de expedir el Plan Departamental de Ordenamiento Territorial Departamental-POTD.

Con los POTD se agrega una pieza fundamental a nuestro esquema de ordenación del territorio, hasta entonces construido a partir de una visión esencialmente municipal a través de los Planes de ordenamiento Territorial-POT y Esquemas de Ordenamiento Territorial-EOT. Al día de hoy, la experiencia que se tiene en algunos departamentos que ya cuentan con los lineamientos departamentales-POTD (Antioquia, Cundinamarca, Huila, Quindío, Risaralda, Santander y Valle del Cauca) basan su modelo de ocupación territorial para gestionar aspectos básicos como: La protección de los principales espacios naturales, la gestión integral de las amenazas y riesgos, la gestión integral del recurso hídrico, entre otros.

Una de las grandes apuestas del Programa de Gobierno y posteriormente del Plan de Desarrollo Departamental de La Guajira “Unidos por el Cambio 2020-2023” es la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial Departamental-POD. Después de 10 años de sancionada la ordenanza para darle viabilidad al POTD, la formulación del mismo quedó como compromiso de producto en la matriz estratégica del componente programático de la línea 1: Una Gobernación con Altas Capacidades Institucionales, Legítima y Fortalecida.

La falta de la elaboración e implementación del Plan de Ordenamiento Departamental-POTD, es una debilidad institucional que incide en la gestión y planificación del territorio. En este sentido y dándole cumplimiento a uno de los compromisos de campaña, se dará inicio al proyecto de elaboración del plan, el cual se aprobó con recursos del SGR, por medio de resolución 454 del 11 junio de 2021 y su ejecución se realiza a través de un convenio interadministrativo con la Universidad de la Magdalena. Con la Formulación del POTD se busca mejorar la planificación para el ordenamiento territorial de La Guajira; cabe resaltar que el departamento venía con una deuda histórica ya que no se contaba con este importante instrumento de planificación.

Pero… ¿a dónde debe apuntar el POTD de La Guajira? una adecuada planeación departamental debe articularse a los Planes de Ordenamiento Territorial-POT de los municipios, sobre todo en aquellos que se pretende implementar proyectos turísticos, de energías renovables o en donde se procure definir con claridad zonas de conservación tales como la protección de fuentes hídricas, y la delimitación de bosques. Asimismo, este POTD deberá proyectar las áreas de actividad económica; Zonas Francas, Portuarias, zona energética, o la ubicación de actividades productivas: clúster.

Para dar inicio a los proyectos estratégicos (infraestructura, turísticos, energéticos) y evitar conflictos territoriales reflejados en indicadores de pobreza y desequilibrios sociales, se deben definir las zonas económicas a catalogarse (industriales, energéticas) por lo que se requiere un ordenamiento que oriente a los municipios con la visión departamental para el asentamiento del privado y solucionar o evitar conflictos territoriales y choques culturales.

A manera de ejemplo para ilustrar la mirada del POTD en el campo de energías renovables, con el establecimiento de los proyectos energéticos y los problemas en la planificación del territorio, es previsible que exista una congestión de redes que impacten negativamente el medio ambiente, perjudicando el avistamiento de aves o el turismo de naturaleza. El POTD permitirá que a través de un proceso de planificación territorial se oriente y se regule el uso del territorio (corredor estratégico de líneas de trasmisión) así como de sus recursos naturales para garantizar su adecuada explotación y el desarrollo sostenible en el tiempo.

Para la formulación del POTD será una condición sine qua non la construcción social para el Documento Técnico, la propuesta de un Sistema de Información Geográfica y un Sistema de Evaluación y Seguimiento. Para tal fin, se definirán escenarios a través de metodologías de participación a través de mesas étnicas, interinstitucionales, interculturales y encuentros por zonas territoriales que faciliten el diálogo genuino y la interacción social con los actores claves del territorio.

Al presente, de los 15 municipios del departamento, tan solo 5 han iniciado la actualización de sus planes de ordenamiento territoriales. El POTD busca llenar el vacío existente en la escala regional de planificación del ordenamiento territorial y definir una hoja de ruta clara que proyecte el desarrollo de La Guajira para los próximos 16 años que es la vigencia que tendrá este plan. Finalmente, en medio del ejercicio de construcción de este plan, se exhorta un trabajo colaborativo y de articulación, identificando factores críticos para generar directrices y estrategias en un horizonte de acciones de planificación territorial.  

Miguel Lugo Romero

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