La siniestralidad vial en el departamento de La Guajira, y especialmente en el Distrito Especial, Turístico y Cultural de Riohacha, refleja un panorama preocupante que exige acciones urgentes desde distintos frentes. Los recientes reportes de accidentes fatales y múltiples lesionados evidencian la fragilidad de la seguridad vial en el territorio y la necesidad de analizar causas estructurales y culturales que agravan este fenómeno.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Riohacha registra una de las tasas más altas de mortalidad por siniestros viales entre las capitales del país, con 20,7 fallecidos por cada 100.000 habitantes, lo que confirma la gravedad de la situación y la urgencia de implementar estrategias integrales que fortalezcan la infraestructura, mejoren la seguridad vial y fomenten una movilidad más segura y sostenible.
Desde el programa de Ingeniería Civil, y apoyados en estudios realizados por el semillero de investigación en Movilidad Sostenible y Tecnología Vial de la Universidad de La Guajira, hemos identificado factores críticos que contribuyen al alto índice de siniestralidad (leer más). Entre ellos se encuentran la deficiente infraestructura vial, la falta de señalización adecuada y la ausencia de condiciones seguras para usuarios vulnerables como peatones y motociclistas son aspectos recurrentes. En Riohacha, las vías con mayor concentración de accidentes, como la calle 15, la carrera 7 y la carrera 7H, configuran zonas de alta peligrosidad o hotspots, evidenciando patrones espaciales de siniestralidad que deben ser atendidos con prioridad por los entes competentes.
En ese sentido, el análisis espacial de estos accidentes revela que las condiciones de la malla vial son un factor determinante. Calles deterioradas, señalización vertical y horizontal insuficiente y escasa iluminación nocturna incrementan el riesgo para todos los actores viales. La concentración de siniestros en corredores clave indica la urgencia de intervenciones focalizadas, donde la mejora de la infraestructura física, combinada con acciones de educación vial y cultura ciudadana, puedan generar un cambio real en los patrones de movilidad.
En términos de movilidad sostenible, la protección de los actores vulnerables debe ser un pilar esencial en cualquier plan de intervención. Campañas específicas sobre el uso adecuado del casco, el respeto a las normas de tránsito y la creación de espacios seguros para peatones y ciclistas son esenciales para reducir la accidentalidad. De la misma manera, la implementación de corredores, con infraestructura adaptada a las necesidades de todos los usuarios, promoverá una movilidad más incluyente y ordenada.
La Universidad de La Guajira, a través de sus docentes e investigadores, tiene el reto y la oportunidad de contribuir con estudios técnicos y sociales que permitan la comprensión integral de esta problemática y la formulación de soluciones adaptadas a la realidad local. Solo a través de un trabajo articulado entre academia, autoridades y comunidad, será posible avanzar hacia un modelo de movilidad segura y sostenible en La Guajira.
Rafael Suarez Brito
Docente Universidad de La Guajira