Necesitamos urgentemente el Gran Pacto por la Juventud de Colombia, es injusto que las futuras generaciones sigan ancladas a las consecuencias de la violencia, la falta de educación y a la condena de sobrevivir con salarios miserables sin garantías de pensiones. En este país falta mayor apoyo para los soñadores y emprendedores, que perfectamente pueden ser futuros empresarios prósperos que generen empleos y cambien la dinámica de la economía del país. Si algo han demostrado las marchas de estas dos semanas, es que los jóvenes queremos que nos escuchen y nos den oportunidades para transformar la realidad actual de Colombia.
Tanto así, que el Centro Nacional de Consultoría aseguró que el 81% de los jóvenes colombianos apoyan las protestas y solo el 18% está en contra. Sin embargo, existe una visión unificada sobre la inseguridad de estar en las marchas y el 95% de los encuestados asegura que sintieron que su vida corría peligro. Pero, ¿Cómo no? Si han matado a 19 personas en dos semanas, dentro de las cuales estuvo la vida de una menor de edad y las redes sociales constantemente nos muestran los cientos de heridos que son violentados con golpes, gases lacrimógenos y fuertes golpizas. Fue la juventud de Colombia, por medio de sus propias cuentas de Instagram y tendencias en Twitter, que visibilizó a nivel nacional e internacional los abusos que está perpetuando el gobierno.
Claramente, esta generación no quiere repetir la historia, por eso día tras día sigue alzando su voz y exige un cambio notable, de fondo, que castigue en las urnas a los políticos que solo han llegado al poder para robarse las riquezas del país. Son los mismos jóvenes, los que se han encargado de recoger pruebas en contra de una institución que ha probado que perdió su rumbo al darle la espalda a los que se supone que deben de cuidar y hoy más que nunca, pide porque la Policía tenga una reforma estructural y misional para reivindicarse con los ciudadanos que han sido víctimas de sus afrentas.
Es inaudito ver cómo varios agentes del ESMAD, con policías alrededor, “capturan” como si fuera la peor delincuente, a una joven de 17 años, que estaba sola e indefensa como bien lo muestra un video y prácticamente la arrastran. Allison Mélendez, es un caso desalentador y absurdo del abuso de poder que le arrebató su vida. Esto no solo nos debe enfurecer a todos, sino unirnos para pedir justicia por ella y todas las mujeres del país que sufrieron algún abuso físico y/o verbal. Es repugnante que los responsables no paguen por lo que le hicieron cuando su última publicación en redes sociales es bastante explícita.
No obstante, es valioso el encuentro entre el presidente y varios estudiantes del país en el Centro de Convenciones de Compensar que durante horas pudieron expresar sus puntos de vistas y diferentes realidades para aportar al desarrollo de la Agenda por lo Fundamental, que quiere proponer soluciones para superar la crisis que afecta al país, pero no tiene valor la palabra de un gobierno que día tras día insiste en mandar más integrantes de la fuerza pública a dispararle a todo lo que se atraviese en las calles llenas de ciudadanos jóvenes. Es tiempo de respetar los diálogos, de hacer honor a esa paz que tanto anhelamos, es el momento oportuno para que el presidente Iván Duque se comprometa con ese pacto que como él mismo dijo “no es político, no es ideológico, no es partidista y, sobre todo, no debe ser electoral” y sí para beneficio de la juventud colombiana. ¡Ya basta de seguir matándonos!
Daniela Pulido