GRATITUD EN EL ATERRIZAJE AL LUGAR DE VIAJE EQUIVOCADO

Muchas veces sentimos gratitud y felicidad, solo al recibir aquello que anhelamos y soñamos, pero cuando el panorama cambia, cuando no sucede en nosotros aquello que planteamos en nuestros sueños o anhelamos en nuestro corazón, nos invade un sentimiento de frustración, desanimo e inconformismo, que puede minar gran parte de nuestra vida emocional.

Hace un tiempo, escuché una historia de una mujer que soñaba con ser mamá, pese a muchas limitaciones e inconvenientes para concebir, luego de un tiempo se casó y logró quedar embarazada y soñaba ahora entonces con que esa criatura fuera una niña, evidentemente cuando nació recibió en sus brazos a una niña… Una niña con capacidades especiales; la mujer suspiró, no se sentía plenamente feliz, era una mezcla de tristeza y miedo, no era lo que esperaba, pesaba en todo lo que se venia, atención especial para su hija, mayor compromiso, más atención y gastos, aún así, recibió a su hija como un regalo del cielo y asumió el reto. Sin embargo y luego de muchos años, no pensó jamás llegar a sentir tanto desaliento por su hija, cuando la joven cumplió 15 años, su madre se dio cuenta que a ella nadie la invitarían a un baile, no se casaría, dejaría de hacer muchas cosas que otras jóvenes a su edad hacen y que ella anhelaba para su hija, fue entonces cuando a través de la situación de la joven, se sintió incompleta, su corazón se entristeció, y contagió de esa tristeza a su hija.

Pero luego de un momento empezó a reflexionar y su conclusión fue:

Cuando vas a tener un bebé, es como si estuvieras haciendo planes para un maravilloso viaje a Italia, entonces empiezas a mirar los lugares que quieres visitar, las comidas que quieres consumir, en fin, preparas todo para tu llegada a ese lugar. Entonces llega el gran día, preparas las maletas y viajas emocionada en ese día soñado, pero después de varias horas la azafata dice: “Señores pasajeros estamos a punto de aterrizar en Holanda”

¿Cómo así que Holanda? ¡¡¡Yo compré tiquetes para Italia!!! ¡¡¡No estoy preparada para llegar a un lugar diferente, soñé un viaje, pero no a este lugar!!!

Pero te dicen que a último momento los planes fueron cambiados y es en ese lugar que debes frecuentar ahora, aprendiendo un nuevo lenguaje, mirando nuevas guías para saber como disfrutar de ese lugar que no soñaste, pero que te tocó visitar de manera inesperada.

¿Les ha pasado? Creo que todos alguna vez en la vida hemos tenido que aprender a adaptarnos a cosas o situaciones que no teníamos en los planes, pero que Dios permitió con algún propósito especial. Querido lector, ¿Cuántas veces por enfocarnos en lo que no fue, nos perdemos la bendición de valorar lo que Dios decidió darnos? Es tan real y planeado su propósito en nuestras vidas, que nada de lo que permita para nosotros debajo del cielo será para mal, aún el dolor, aún la incertidumbre, aún la frustración quiere enseñarnos algo que no somos capaces de ver. No dejes de disfrutar de Holanda, por no haber podido ir a Italia. Nuestro deber es tener un sentimiento de gratitud frente a lo que Dios nos da, porque todo es concedido por gracia, nada merecemos en esta vida, porque aún sin merecer nada Dios nos da todo.  Disfrutar de Holanda no es conformismo, es agradecimiento, porque si Dios permitió ese lugar, esa situación, o a esa persona en tu vida, es por que ahí te va a bendecir.  ¡¡¡Dios sabe lo que hace!!!

Jaimelis Fonseca Sierra

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