SOBREVIVIENDO EN EL DESIERTO

El desierto es un área de tierra seca, con muy pocas precipitaciones, lo que dificulta la supervivencia de los seres vivos, sin embargo, viven diversas especies de plantas y animales que pueden adaptarse a las condiciones extremas de sequía y aridez, empleando técnicas que les permiten superar la agresividad del medio. Este significado no está muy apartado de lo que es el desierto según la biblia, aunque no está representado geográficamente, si está relacionado con una situación interna del ser humano, donde podemos sentir sequía espiritual por la carencia de muchas cosas, las injusticias y sinsabores que nos dificultan vivir a plenitud; pero no hay que verlo como un momento árido o baldío, pues, así como en el desierto geográfico hay vida, en el desierto espiritual también la hay.

El desierto espiritual solo simboliza algo y es la necesidad de Dios en nuestra vida, tal como lo necesitó el pueblo de Israel, quien pasó 40 años en el desierto. Ahora, fue el mismo Dios quien los llevó allí (Deuteronomio 8:2), para probarlos a fin de saber lo que había en su corazón, pero ¿hubieran tardado tal cantidad de tiempo si su corazón no se hubiera desviado a casusa de su queja, incredulidad e idolatría?

El plan de Dios para sacar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, era llevarlos a la tierra prometida. Así, cuando pasamos por el desierto, la intención de Dios no es que muramos, es traer a la luz lo que realmente hay en nuestro corazón y saber el grado de compromiso que tenemos con Él. Egipto, representa todas esas cosas de las que podemos ser esclavos: un pecado del que no podemos salir, una relación fuera de su voluntad, un negocio que falta a nuestra ética profesional o personal, sentimientos de odio, rencor y orgullo, una enfermedad, en fin, todo aquello que nos aleja de Dios; pero de nada sirve que Él nos saque físicamente de ese Egipto, si mantenemos a Egipto en nuestro corazón. Por ello, la intención del desierto, también es hacernos entender que nos basta Dios para vivir, el desierto es un lugar de transformación para convertirnos en seres más maduros, más espirituales, el tiempo que tardemos ahí dependerá más de nuestra disposición para permitir al Padre ser trasformados.

Durante el desierto, Israel buscaba alimento físico, mientras Dios buscaba una relación. El alimento físico no faltó, diario Él mandaba maná del cielo para sostener al pueblo, pero 40 años tardaron en entender que no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor. Una vida llena de gozo no puede depender de un empleo, de una relación sentimental, de lo que bebemos o comemos, ni siquiera de nuestra salud, sino de una relación íntima con Dios, quien siempre tiene cuidado de nosotros.

Ahora ¿Cómo sobrevivo al desierto y no morir en el intento?

Primero, CUIDA LO QUE DICES: Poco después de haber salido de Egipto, los israelitas se quejaron por no tener suficiente comida y decían que era mejor ser esclavos (Éxodo 16:3). Sé agradecido, quizás no tengas el mejor empleo, peor aún, quizás no lo tengas; quizás terminaste una relación en la que no eras valorado (a), pero sufrías de apego, sea lo que sea que te haya mantenido en esclavitud, agradece haber salido de ahí, Dios no tardará en llevarte a la tierra prometida.

Segundo, CUIDA LO QUE PIENSAS: Erradica la mentalidad de escasez financiera, emocional, espiritual, incluso física, cuando tengas esos pensamientos recuerda que Dios tiene planes de bien para darte un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11)

Tercero, CUIDA LO QUE SIENTES: A Moisés no se le permitió entrar a la tierra prometida. Enojado por la queja del pueblo israelita porque en el desierto ni siquiera había agua, tomó su vara, golpeó una roca de la que brotó agua para beber tanto el pueblo, como sus animales (Números 20:5-8), pero la dirección de Dios fue que le diera la orden a la roca, no que la golpeara. Ahora, el problema no estuvo en el haberse enojado, sino en haber dado lugar a ese enojo. Los sentimientos negativos son propios de la humanidad, pero no debemos actuar dominados por ellos.

Cuarto, CUIDA DE QUIEN TE RODEAS: El rey Amalec peleó contra Israel, cuando Moisés levantaba su vara Israel prevalecía, cuando Moisés, cansado bajaba la vara, Amalec se fortalecía, así que Aarón y Hur sostenían las manos de Moisés, hasta que Amalec fue derrotado (Éxodo 17). ¿De quién te rodeas para superar las pruebas?

Quinto, CUIDA LO QUE HACES: La desobediencia de Israel impidió que la generación que salió de Egipto llegara a la tierra prometida. Solo hasta que el pueblo se arrepintió de sus pecados Dios dijo a Josué que nadie podía hacerle frente, que como estuvo con Moisés estaría con él, que no lo dejaría ni lo desampararía, que se esforzara y fuera valiente, porque repartiría al pueblo por heredad la tierra que había jurado a sus padres.

Así que, cuida lo que dices, piensas, sientes, de quien te rodeas y lo que haces, entiende que la finalidad del desierto es superar todo aquello que nos hace esclavos, es acercarnos a Dios para finalmente llevarnos a la tierra prometida.

Jennifer Caicedo

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