QUÉ DIFÍCIL ES AMAR A ALGUNOS

¿Has lidiado alguna vez con una persona difícil de tratar?

En algún momento de la vida hemos tenido que lidiar con personas difíciles, personas que nos ultrajan, humillan, insultan, abusan, calumnian, mienten, engañan y/o nos crean conflictos. Lo peor es que a veces no podemos evitarlas o distanciarnos, ya sea porque hacen parte del núcleo familiar o porque estudiamos o trabajamos con ellas y ante sus acciones nos podemos sentir frustrados, tristes, decepcionados, confundidos o enojados.

¿Qué hacer?

Primero, identificar asa persona, no podemos pretender llevarnos bien con todos. Si bien, las escrituras dicen que debemos buscar la paz con todos (Hebreos 12:14), también es cierto que eso no siempre depende de nosotros.

Si alguien te maltrata, no busques venganza, no pagues con la misma moneda. No se trata de dejarte pisotear, sino de evitar problemas más graves a futuro. Dice en Mateo 5:38-42:

Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.  Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga una milla, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda”.

Escucha, no te dejes provocar y lo más importante, no juzgues, recuerda que de la abundancia del corazón  habla la boca y que el que está herido, hiere, establece límites, sin caer en el mismo juego de los insultos y malos tratos, sin dejarte pisotear guarda tu distancia, conservándote calmado, prudente, sobrio y sobre todo sabio, que quien guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias (Proverbios 21:23), nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él (Proverbios 26:4).

Amar a los enemigos y orar por quienes nos persiguen no es fácil, sin embargo es la mejor manera de demostrar que somos hijos de Dios. En estos días leí una frase que atesoré en mi corazón y quisiera que guardaras en el tuyo, la frase decía: “Matar a Goliat te llena de aplausos, pero perdonar a Saúl revela los frutos de tu corazón” Marcos Witt

Orar y hacerle bien a quienes nos hacen mal es una de las más grandes demostraciones de amor, porque demanda de nosotros que de verdad lo sintamos en el corazón, el bien y la bondad no se fingen y si se fingen más temprano que tarde nos habremos de cansar y quedará al descubierto nuestra hipocresía.

La oración efectiva no consiste en simplemente pedir a Dios poder resistir o que nos haga justicia, sino más bien interceder por ellos, que el Padre muestre su gracia y su favor, pues en el corazón de una persona que te ofende hay amargura, resentimiento, envidia, dolor o frustración, que necesita sanidad. Ten misericordia y piedad.

Jennifer Caicedo

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