«EL MAL VIAJE» DE SUSANA BOREAL

Música, directora de orquesta, artista, activista, promotora del «estallido social» en el 2021 y ahora, representante a la cámara por el departamento de Antioquia. Susana Gómez Castaño, más conocida como Susana “Boreal”, siempre ha dado de qué hablar. Esta vez fue por su elocuente confesión de ser consumidora —a diario— de Marihuana y, por incluir a Cristian Gómez como su asesor en su UTL, con quien presuntamente tiene o tenía algún tipo de relación sentimental. ¿Susana pensó en las consecuencias al decir, en otras palabras, que era “marihuanera”? ¿Contrató al novio como asesor? ¿Maltrató a miembros de su propia UTL? Esos son algunos de los cuestionamientos que quedan en el aire.

La joven paisa de 29 años fue raptada de su mundo artístico por el «buen ojo» o «mal ojo» de Gustavo Bolívar para enjaularse con sus colegas, los lobos políticos en el Congreso de la República. Susana no deja de despertar polémica. ¿Por qué? ¿Es por su forma espontánea, imprudente y juvenil de ser? ¿Podrá ser por su bagaje un tanto superficial en ocasiones en las discusiones al interior del Capitolio Nacional? ¿Está muy joven e inexperta para ser representante a la Cámara? ¿Le da igual lo que los colombianos piensen de ella?

La respuesta acertada puede ser una, o todas las anteriores, en el entendido de que Susana Gómez Castaño hoy es representante y no precisamente por sus estudios o experiencia. Lo es porque tuvo la suerte de ser incluida en la lista cerrada que formuló Petro y salir electa. Y como las listas cerradas no acreditan ni que las personas están votando por un candidato en específico, ni tampoco que el candidato tenga experiencia laboral idónea o académica, se abre la puerta para que cualquier tipo de persona pueda llegar a ocupar uno de los cargos de mayor responsabilidad en el país, tan solo siendo activista social, sin tener conocimiento de trámites legislativos, contenidos programáticos o de reformas en el país. La imprudencia, inexpertica y falta de vergüenza de Susana frente a la posición de ser una vocera de los colombianos, lo demuestra. Ahora, más allá del comentario en público de que es consumidora habitual de Marihuana, hay que pensar en el cambio de identidad, moralidad, esencia y estatus que está teniendo el Congreso de la República. Antes, ni era posible imaginar que alguien se atreviera a confesar en público un vicio – y no es que no los tuvieran- sin sentir vergüenza o teniendo el temor de las posibles consecuencias jurídicas que tendría que afrontar sin dejar de lado el feroz escarnio público.

Susana, es una fiel representante del cambio de paradigmas que hoy tienen los miembros del Congreso de la República. Tan es así que, en entrevista del viernes 24 de febrero en W radio, la representante a la Cámara dijo que no creía en las relaciones tradicionales, que nunca tuvo algún vínculo sentimental con Cristian Gómez y que percibe como algo normal decir en público que consume de forma habitual Marihuana.

Si Susana cree en el “poliamor” o en el “amor libre” no interesa a la ciudadanía. Lo que sí interesa es ver el cambio de personas que ahora ocupan los altos cargos de elección popular, la voz del pueblo y cómo están marcando el ejemplo para futuros congresistas. Se está transformando lo que es permitido y lo que no, lo que es ético y lo que no, lo que es socialmente aceptado y lo que no. ¿Estamos frente a una crisis ética y moral? o, ¿simplemente estamos entrando a una sociedad moderno de avanzada? El tiempo lo dirá.

(Con quien se presume tuvo una relación) y quien, entre otras cosas, tiene la asignación de Asesor grado 1 en el Congreso de la República, sin contar con un título profesional.

PAULA CALDERON BUITRAGO 

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