La reciente colocación de la primera piedra del nuevo malecón de Riohacha por parte del gobernador Jairo Aguilar Deluque marca el inicio de una de las transformaciones urbanas más esperadas de la región. Este ambicioso proyecto, que tiene un plazo de ejecución de 18 meses y abarcará más de dos kilómetros del litoral costero, no solo promete cambiar el rostro físico de la ciudad, sino también potenciar su desarrollo social, económico y cultural.
Lo que diferencia a este proyecto de otros en el país es su enfoque integral. No se trata simplemente de mejorar una infraestructura, sino de crear un espacio donde converjan diversas actividades que fomenten la recreación, el turismo, la cultura y la sostenibilidad. El malecón incluirá zonas para la práctica deportiva, senderos peatonales, ciclorrutas, parques infantiles y una zona gastronómica, lo que sin duda atraerá tanto a turistas como a los mismos habitantes de la ciudad.
Es importante destacar que este malecón no es solo un proyecto de urbanismo. Es un símbolo de la identidad de Riohacha y su conexión con el mar Caribe. Durante décadas, la ciudad ha estado separada de su costa por una infraestructura que no ha favorecido su desarrollo. Este malecón viene a recuperar ese vínculo histórico, permitiendo a los habitantes y visitantes disfrutar de la belleza de la ciudad costera de una manera más accesible y amigable.
Además, la promesa de impulsar la economía local es tangible. Con un malecón que contará con zonas de comercio, recreación y festivales, la región podrá capitalizar su potencial turístico y, al mismo tiempo, promover un ambiente de convivencia e integración social. Si bien es cierto que los proyectos de infraestructura suelen generar escepticismo, el hecho de que los recursos ya estén asegurados a través del documento COMPES y que el gobernador haya comprometido su ejecución sin contratiempos, genera confianza en que esta obra será una realidad que cambiará la vida de los habitantes.
Más allá de lo físico, el malecón es un paso hacia la modernización de Riohacha. Es la manifestación de un compromiso por transformar la ciudad no solo en su aspecto, sino en su calidad de vida. En tiempos donde las ciudades costeras del Caribe colombiano se han visto inundadas de proyectos que solo buscan el lucro, el malecón de Riohacha se perfila como una obra pensada para el disfrute del pueblo, sin perder de vista el desarrollo turístico que también necesita la ciudad para prosperar.
Este proyecto es, sin lugar a dudas, una invitación a mirar a Riohacha con nuevos ojos, a redescubrir sus playas, su historia y su cultura. En el futuro, cuando miremos atrás, podremos ver que este malecón no solo transformó la ciudad, sino que también unió a la comunidad, potenciando su identidad y dejándola lista para recibir al mundo.
Es hora de que Riohacha se mire en el espejo de su pasado glorioso y se proyecte con fuerza hacia el futuro. Con esta obra, se vislumbra un horizonte prometedor para la ciudad y su gente.
Breiner Robledo Meza