“Es hora de Maicao sin vacilaciones”, suena como una frase de cajón, como si fuera la primera vez que se llegara al poder político y administrativo y la comunidad maicaera esperara la redención por unas líneas sin pudor escritas por el representante a la cámara Juanlo Gómez, al ritmo de una venidera campaña que podría traer más sinsabores que rentas electorales a su quijotesca y acomodaticia interpretación de la política guajira.
Si arrancamos la verdad sobre el articulo redactado a manos del representante sobre el porqué la ciudad fronteriza debería apoyarlo, este carece no solo de una realidad política en relación a sus guarismos sino en lo que en otrora esta familia en su trabajo legislativo pudieron conseguir y desarrollar en este municipio, donde solo se destacan por estar inmersos en investigaciones de índole disciplinarios y penal.
Lo único redundante, es que jamás se ha conseguido de parte de este grupo político nada para Maicao, solo lo distingue investigaciones por compra de votos, escándalo de corrupción en Instituto Nacional de Vías (INVIAS), hallazgo de munición en un carro de la Unidad Nacional de Protección de Colombia (UNP) y una rampante falsedad en documento público, como lo anuncian la prensa hablada y escrita en la república de Colombia.
Nada le pusieron a Jimmy Boscan en Barrancas, solo promesas, como dice la canción cantada por Silvio Brito, para hoy reclamar desesperadamente bajo un sofisma de distracción, que Maicao debe ser reciproco en votación y apoyo electoral, cuando los guarismos juegan en su contra.
Otra verdad de a puño que hay que contar, es la forma como los nuevos conservadores se aprovechan de la Ciudad fronteriza para sacar redito electoral, dándole espacios de relleno a los líderes Maicaeros para que lo acompañen en su lista a cámara a sabiendas que es un suicidio político, un tirón de cuerda al cuello, que el poder económico y electoral de la familia Soto es casi imposible derrotar, pero estos de alguna forma, necesitan la escalera electoral de la comercial para impulsar al umbral y una vez más abrazar la credencial sin prestarla ni soltarla.
El otro ejemplo vivo, es en los pasados comicios parlamentarios, que inteligentemente ofrece a Maicao la dignidad de estar en su segundo renglón, pero avasallando y metiéndole una panga electoral en las Urnas, casi 6 Mil Votos sacó Hernando Jose Salom Brito y el hijo de TINA, lo aplastó con 58 mil sufragios, no tuvo compasión ni pensó darle el chance al hijo de Maicao de sacar una votación digna, creo que de esa no se levanta ese muchacho Salom.
Con respecto a los resultados de su gestión y ayudas a Maicao, en el cuatrienio pasado no se anunciaron gestiones ni obras por parte de la matriarca Tina Soto para la Ciudad fronteriza, entendiendo que el Gobierno del alcalde Dasuki no era de sus toldas, igual pasa en este periodo que siendo el Alcalde Miguel Felipe Aragón, tampoco obedece a sus instrucciones políticas, no ha anunciado ninguna gestión, ni recursos y mucho menos proyectos de ley que beneficie la Ciudad que hoy intenta convencer de su aprecio, pues obras son amores y ninguna ha llevado a Maicao el príncipe de Barrancas.
A diferencia de Uribía, ese si es su Municipio pechichón, más de 100 mil millones, ha gestionado Juan Loreto para la Ciudad que brilla, todo el andamiaje de la gestión del riesgo con Olmedo y su colega congresista Carlos Trujillo y la cantidad de vías y carreteras entregadas a Bonifacio con Instituto Nacional de Vías (INVIAS), aunque inconclusas y cuestionadas, se le aplaude las grandes intenciones con Uribía, pero su gestión parlamentaria es injusta con Maicao, porque para Uribía si y para Maicao no, ni un grano de Maíz, al parecer el príncipe quiere a la comercial pero como su cenicienta.
Frases de cajón, que dejan mal parado a sus litigantes impulsadores y solo sirven para alimentar el ego y tratar de sostener el poder de quienes nada han hecho por la guajira, donde ni un debate de control político en las frías oficinas del congreso han podido hilvanar a favor de este sufrido pueblo guajiro.
¡Amanecerá y veremos!
Pedro Arteta Bonivento