VEEDURÍA CIUDADANA VIGÍA MUNICIPAL: ¡HACER CUMPLIR!

En Colombia, las veedurías ciudadanas se han convertido en un instrumento fundamental para que los ciudadanos vigilen la gestión pública, exijan transparencia y promuevan la rendición de cuentas, estas organizaciones permiten que la comunidad participe activamente en la supervisión de contratos, obras y servicios públicos, las veedurías ciudadanas son mecanismos de participación contemplados en la ley, que permiten a los ciudadanos o grupos organizados ejercer vigilancia sobre la gestión pública, especialmente en la ejecución de contratos y proyectos financiados con recursos públicos, amparados por los artículos 270 y 103 de la Constitución Política de Colombia, que determinan el derecho a ejercer tales veedurías, la ley 850 de 2003 que  las  regula, y  la ley  1757 de 2015  sobre participación ciudadana, refuerzan las actividades de estos instrumentos ciudadanos: ante estos derechos, cualquier ciudadano colombiano o grupo organizado, pueden conformar una veeduría, para ello, no se requiere personería jurídica, hay que conformarla y registrarse ante las Personerías, Contraloría o la entidad competente, luego de ello, sus enormes  funciones van desde Vigilar la contratación pública, Hacer seguimiento a la ejecución de obras y proyectos, denunciar irregularidades ante las autoridades competentes, Participar en audiencias públicas, que en muchos casos, han logrado detener corrupción o mejorar la gestión pública, aun con riesgos evidentes por la escaza seguridad de los veedores, y en muchos casos la falta de apoyo institucional y por desconocimiento, muchas veces y  la falta de apoyo de la comunidad.

En el municipio de Barrancas, en el centro de La Guajira, las calles polvorientas llenas de ganado, vegetación, basura y de muchas obras a medio construir, son el testimonio silencioso de un fenómeno que ha paralizado su desarrollo, las obras inconclusas financiadas con recursos públicos que han sido desviados hacia campañas políticas, son el recordatorio visual de la ineficiencia y la corrupción flagrante, que ha frenado el progreso y el bienestar de esta comunidad, acompañado a esto, fallas como la falta de políticas públicas y la pobreza extrema generalizada que se observa en los barrios periféricos, donde lo que más nota son la miseria y la desigualdad.

Frente a este panorama desolador, un grupo de ciudadanos de Barrancas, decidimos no quedarnos callados, ante este vergonzoso fenómeno, de allí nace la veeduría ciudadana del municipio de Barrancas, una organización valiente que encarna el bien común, la resistencia civil contra la corrupción y la indiferencia institucional, entronizada en los últimos 5 años, donde Barrancas ha sido escenario de múltiples contrataciones públicas, su presupuesto en el último periodo municipal, supero el medio billón de pesos, (más de 650 mil millones), cuyos anticipos en su mayoría,  terminaron desviados para alimentar maquinarias políticas, particularmente las asociadas al Partido Conservador, que ha dominado en los últimos 6 años la alcaldía municipal, donde las obras las más visibles son:

  • La plaza principal de Barrancas, una obra que permanece paralizada desde hace más de dos años, dejando a la comunidad sin un espacio público funcional.

 

  • El proyecto de 200 viviendas, que fue iniciado en un lote perteneciente a una comunidad indígena sin su autorización, y sin el lleno de las formalidades, que a pesar de que solo se ha construido una casa, ya se le giró el anticipo del contrato y se firmó un acta parcial, aunque solo vaya el 8% de la ejecución, lo que plantea serios indicios de corrupción además del silencio anuente de la actual administración municipal que no toma las acciones necesarias y por el contrario se ha convertido en un defensor de la anterior administración, todo esto sin mayores consecuencias judiciales para los responsables,

 

  • También están los puestos de salud de Carretalito y San Pedro, vitales para la atención médica de sus poblaciones rurales, que permanecen detenidos sin justificación técnica clara, y como estos, hay otras obras más, que siguen sin ser entregadas para el disfrute de la comunidad, lo que refleja un patrón de abandono institucional sistemático.

En medio del hartazgo colectivo, surge la VEEDURIA CIUDADANA VIGÍA MUNICIPAL, activada frente al abandono que no solo vigila la ejecución de obras, sino que también realiza pedagogía comunitaria, fomenta el acceso a la información pública y denuncia ante los entes de control las irregularidades encontradas, “Nos cansamos de ver las obras paralizadas, y políticos enriquecidos y haciendo alarde de las corruptas fortunas”, nos impulsó a actuar, nuestro esfuerzo entre el compromiso y el riesgo no es fácil, hemos enfrentado intimidaciones, amenazas y sabotajes políticos. Sin embargo, nuestra persistencia ha logrado visibilizar problemas que antes eran ignorados o normalizados, hemos solicitado informes de contratación, convocando a la comunidad para inspeccionar obras y estableciendo diálogos con los entes de Control.

Uno de los principales obstáculos que se ha tenido, es convencer a la comunidad y generar conciencia ciudadana, hoy, más habitantes del municipio entienden la importancia de vigilar la inversión pública, de exigir rendición de cuentas y de no dejarse comprar con promesas electorales, la veeduría trabaja con jóvenes, líderes comunales y docentes para fortalecer la cultura de legalidad desde las bases.

El caso de Barrancas demuestra que, incluso en los contextos más difíciles, la ciudadanía organizada puede marcar la diferencia, las veedurías ciudadanas no solo son un derecho legal, sino una necesidad urgente para frenar el desangre de los recursos públicos y construir una democracia real, la lucha continúa, pero gracias a grupos como la veeduría ciudadana, hoy hay más ojos atentos y voces valientes en defensa del bien común.

Nuestra veeduría ha logrado obtener el apoyo de la comunidad con el reconocimiento que nuestras acciones relacionadas con el manejo de los recursos municipales y el cumplimiento de las formalidades contractuales, son para beneficio de todos, con nuestra vigilancia, los responsables de la administración municipal, se ven obligados al cumplimiento cabal de sus responsabilidades, so pena de las actuaciones formales de la justicia.

Estas experiencias reflejan que, cuando hay apoyo de la comunidad, organización, conocimiento y persistencia, las veedurías pueden influir directamente en la eficacia del gasto público y la transparencia institucional.

Salustio Solano Cerchiaro

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