Cultura ciudadana, convivencia, seguridad (II)

Los problemas de convivencia y seguridad ciudadanas encierran múltiples causas y dimensiones. Un único elemento no explica la existencia de violencia, indisciplina social, incultura y criminalidad con que se afecta la vida en comunidad, obligando soluciones integrales, que obedezcan a una planeación estratégica y no a la pretensión de las autoridades de turno. Esos recurrentes fenómenos que perturban a la comunidad y se vuelven letales, exigen de las autoridades y la comunidad, intervención inmediata a través de la cultura ciudadana y de instrumentos legales para responder a las nuevas formas de violencia e indisciplina social, al evidenciar ausencia de cultura ciudadana, expresión de vida que se debe aprender desde el hogar, para entender que el respeto es esencia de todas las formas de asociatividad.

Una cultura ciudadana bien diseñada, impacta positivamente, requiriéndose de la apropiación masiva de comportamientos éticos, urbanidad y civismo por ser eje transversal de la seguridad y la convivencia ciudadanas. También, medio para recuperar y reconstruir la urbanidad, como expresión de buenos modales; civismo, que significa el culto por la patria y la institucionalidad, de una ética pública, donde impere el acatamiento a las normas legales, morales y de convivencia mediante una política enfocada en generar una pedagogía pública que enseñe a los individuos a ser buenos ciudadanos, aprovechando los espacios de socialización. Indispensable para implementar la cultura ciudadana como política pública, comprometer a los actores más importantes de la sociedad, ya que la pedagogía pública social es el ejercicio de llevarle a la comunidad, contenidos normativos, éticos, cívicos, buenas costumbres y convivencia pacífica, como elemento estratégico de la seguridad ciudadana.

Impera hacer esfuerzos articulados que generen motivaciones en la comunidad e impacten profundamente la conciencia colectiva para crear un cambio cultural. Acciones positivas de las que se debe tomar lo mejor para crear un banco de datos que aporte información esencial en la construcción de una política pública, requiriéndose una planeación para el desarrollo de las iniciativas de cultura ciudadana, seguimiento y evaluación, y no que sean campañas momentáneas, sin objetivos claros, que causan desconfianza e incredulidad en la comunidad.

Tales acciones deben mover a la empresa privada y comunidad, en ruta a ofrecer soluciones y alternativas para reducir la violencia y generar cultura ciudadana, en lo que importa la continuidad, evaluaciones sistemáticas y confiables que permitan proveer y mantener las condiciones necesarias para la convivencia pacífica y mantener el orden público, entendido este como la eliminación de cualquier motivo o condición que altere la tranquilidad, la seguridad, la moralidad, la ecología y el ornato públicos.

Sea este un llamado a los mandatarios municipales, departamental y comunidad, para que, conjuntando esfuerzos, los factores que afectan la convivencia y la seguridad ciudadanas no crezcan, y en consecuencia, acerquen la posibilidad de construir cultura ciudadana a partir de la pedagogía pública social y a través de una política pública articulada de manera adecuada y eficiente.

 

Ethel Carolina Cerchiaro Figueroa

ethelcerchiaro@hotmail.com

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