“Compadre si hay otra vida en el cielo allá nos encontraremos no nos queda más, seguramente cerquita quedaremos creo que San Pedro a los Buenos tiene juntos allá” Rafael Manjarrez “Yo tenía un amigo”.
Un análisis retrospectivo de los acontecimientos que se han presentado y que han tenido estremecedoras consecuencias para la música vallenata nos ponen de presente unas coincidencias que nos hacen pensar que la música más importante de Colombia ha estado marcada por un sino trágico permanente, sostenido, preocupante e inocultable.
En crónica publicada con anterioridad llamamos la atención con la extraña coincidencia que las décadas marcadas con el numero 2 no han sido de suficientes bienaventuranzas para nuestra música, recordábamos entonces que en 1972, asesinaron a Freddy Molina, en 1982 fue la tragedia de Ender Alvarado primero y la de Héctor Zuleta dos meses y medio después y en 1992 se produjo el inmerecido sacrificio de Rafael Orozco.
Del mismo modo planteamos nuestra inquietud sobre canciones de la autoría de algunos compositores con letras premonitorias porque en ellas se encuentran explícitos mensajes que anunciaban sus tragedias, en otros casos también ha sucedido que no es el autor quien la canta pero lo que dice ha sido el preludio del desenlace trágico después para el cantante, entre ellas “Heridas de mi alma” de la autoría de Mario Zuleta Diaz grabada por Poncho y Colacho, después en 1979 el BINOMIO DE ORO incluyo en su LP “Supervallenato” la canción titulada “De rodillas” de la autoría de Octavio Daza, recordemos “Muriendo lentamente” que grabó Lucho Cuadros con Calixto, estando de moda esa canción el cantante perdió la vida como consecuencia de un accidente que sufrió conduciendo una motocicleta en carretera el 1° de enero de 1980, el murió así, “Lentamente”.
En el año 1978, Emilio Oviedo y Beto Zabaleta, grabaron “La tiendecita” de Héctor Zuleta, su letra lleva por siempre su huella indeleble, premonitoriamente refiere que unas balas podrían poner fin a su existencia y evidentemente, un fatídico 8 de agosto de 1982 una sola de las balas anunciadas por él puso fin a su existencia; igual sucedió con Hernando Marín que en su canción “Mis muchachitas” dijo así: “Quisiera extasiar ese idilio porque son los labios de mis muchachitas, despierto y miro sus caritas, sonriéndome inocentemente, quisiera detener el tiempo, pero no se puede, y crecen como si quisieran ser ya dos mujeres y siento que se pasa el tiempo quitándole a uno lo que uno más quiere, y viendo el cristal de mis ojos ellas me preguntan papi tu que tienes? Y tengo el deseo que la vida me permita verlas cuando sean mujeres”, quien lo dude que la busque en el LP “Mañanitas de invierno” de Los Hermanos Zuleta cuyo lanzamiento se hizo el 29 de enero de 1993, Marín inicio su inmortalidad seis años después, el 5 de septiembre de 1999
Pusimos de presente también la canción “Solo tu mi Dios” de la autoría de Dorian Santa la canto Martin Elías en dice así: “Quisiera gritar, pero el alma no puede, quiero respirar vida y no he podido… Y si Dios se me lleva la voz, tuve el gusto de cantar para ti, mis canciones se partieron en dos, no lo niego también quise morir”.
En esta oportunidad ocupa nuestra atención el sino trágico que persigue a los intérpretes de música vallenata antes de cumplir los treinta años de nacidos, habrán muchísimos más, pero aquí no vamos a referir a los que están en mi mente. Esta vez deseamos compartir nuestra inquietud con relación a las sucesivas muertes de intérpretes y compositores de música vallenata antes de cumplir sus treinta años de vida, ejemplos hay como arroz, pero destacaremos algunos.
Comenzamos con Guillermo Buitrago, el Jilguero de la sierra nevada” quien falleció el 1° de abril de 1949 a sus 29 años de nacido, otro botón de muestra es que el 23 de noviembre de 1971 en un fatal accidente que sufrió la buseta afiliada a la empresa “La costeña” de propiedad de Aníbal Velázquez cuando traía de regreso a la agrupación después de una presentación en el accidente Aníbal sufrió la pérdida del dedo gordo de un pie y falleció la acordeonera Fabri Meriño quien había cumplido el 21 de mayo de ese año sus primeros 19 añitos de edad, ella hacia un Show con la agrupación, ella había establecido una relación sentimental con “Cheito” José Velázquez el hermano de Aníbal.
Todavía hay más ya que el 15 de octubre de 1972 un disparo fatal puso fin a la vida de Freddy Molina Daza el compositor que con Gustavo Gutiérrez estaban de moda en aquel momento, la parca se lo llevo cuando apenas había cumplidos 27 años, sus canciones eran y siguen siendo recurrentes en la Radio colombiana y fuera de sus alares también.
Lucho cuadros el 1° de enero de 1980 tuvo un accidente de tránsito perdió la vida después de agonizar varias horas tenía 23 años y se avizoraba un futuro maravilloso para él, sus servicios musicales junto con Calixto eran solicitados por todo el país, “Muriendo lentamente” estaba en la cresta de la ola, pero Dios lo llamó para que le cantara a él, murió así lentamente.
Once días después, es decir el 12 de enero de 1980, fue asesinado igual que los anteriores sin haber cumplido los treinta años Octavio Daza solo tenía 26 años y 8 meses de nacido, como suele suceder estaba en su mejor momento como compositor, saboreaba las mieles todavía del gran éxito de 1979 “Nido de amor” grabado por Jorge Oñate y El Chiche Martínez.
Martin Maestre Hinojoza el tío por parte húmeda que promocionó, estimuló, e impulso a Diomedes cuando nadie creía en su talento falleció también en la plenitud de su producción como compositor respetado y apreciado en 1979 a los 27 años en accidente de transito sucedido en el sitio a donde se encuentra la glorieta de “El pedazo de acordeón”, se estaba de moda en las emisoras entre otras canciones suyas “El palo de limón” que le grabaron recientemente Diomedes y Colacho esta incluida en el LP “Los profesionales”, hoy sigo pensando que si Martin no hubiera muerto tan pronto el final de Diomedes hubiera sido diferente y no tan prematuro.
El 17 de mayo de 1982 las balas asesinas de un agente del Estado al servicio del crimen asesinó a sangre fría a “Una alma de Dios” Ender Alvarado Varela acordeonero virtuoso que junto a Toby Murgas conformaron la agrupación musical “Los sorprendentes” grabaron dos producciones musicales antológicas de las cuales se desprendieron éxitos a nivel nacional como “Quiero”, “La Bogotana” y “Campesina ibaguereña” el partió de este mundo a la presencia de Dios inmerecidamente y hasta allí llego ese proyecto musical exitoso.
Pero la parca andaba buscando a quien llevar y preciso, la fatalidad puso fin también violentamente a la vida de Héctor Zuleta Diaz el mas completo de los acordeoneros del momento, era un prodigio que en su corta vida dejo para la historia tres trabajos discográficos antológicos con Adanies Díaz, y más de diez de sus canciones como autor estaban en la cima de la popularidad interpretadas por distintos conjuntos y recurrentes en Radio, ese muchacho se fue en la plenitud de su primavera apenas tenía 21 años cumplidos.
Definitivamente en el vallenato vamos “De cero a Trinta”.
Luis Eduardo Acosta Medina