LA GUAJIRA: MÁS ALLÁ DE LA CORRUPCIÓN

Se suele afirmar que en La Guajira, la corrupción es la génesis de la pobreza y la baja competitividad del departamento. Sin embargo, hay otro factor aún más perjudicial que la corrupción: la falta de una agenda compartida de desarrollo para la región. Aquí, cada entidad, incluyendo el gobierno nacional, actúa de manera independiente, promocionando sus propias gestiones y logros como si se tratara de una competencia por la visibilidad en las redes sociales y los medios tradicionales, buscando resaltar quién muestra más resultados.

También es común escuchar la frase cliché: “La Guajira está sobre diagnosticada”. No obstante, todos esos documentos diagnósticos y prospectivos del territorio han tenido una baja incidencia en la agenda pública y en la toma de decisiones. A pesar de que todos creemos saber qué adolece el departamento, no hemos logrado construir consensos en torno a la ejecución de acciones y proyectos estructurales habilitantes para el desarrollo del territorio.

Es esencial promover conversaciones estimulantes en el departamento que detonen acciones transformadoras frente a problemáticas en las que se ha fracasado por años en su solución. Mientras no exista un acuerdo de prioridades entre los distintos actores de interés, no lograremos avanzar más allá de una serie de inversiones de recursos provenientes de múltiples fuentes sin impacto real.

Un ejemplo reciente de la falta de articulación para la implementación de acciones es la compra millonaria de cuarenta carrotanques por parte de la UNGRD para el abastecimiento de agua en el departamento, sin tener claridad sobre las fuentes de agua para cargar los tanques, la sostenibilidad de su funcionamiento y las lecciones aprendidas de empresas y otros actores públicos en la distribución de agua en las zonas dispersas de la península guajira.

La falta de consensos entre los congresistas guajiros, los actores comunitarios, públicos y privados de la región, en torno a la agenda de desarrollo del departamento, ha permitido que estemos a merced de este tipo de acciones cargadas de buenas intenciones, pero que tal vez, si tuviésemos acciones priorizadas y articuladas previamente, tendrían un mayor impacto.

No se trata de crear nuevas organizaciones para cumplir con esta labor. Se trata de que los actores presentes estén dispuestos a sentarse a trabajar de manera articulada por La Guajira. Entidades como la Cámara de Comercio, cooperantes, la Universidad de La Guajira, la ANDI, el SENA, la Comisión Regional de Competitividad, ESEPGUA, las mesas directivas de los Concejos y la Asamblea, los congresistas guajiros, el gobernador y los alcaldes deben definir una serie de propósitos colectivos para salir a posicionar y gestionar acciones en beneficio del departamento. No se trata de que estemos de acuerdo en todo, se trata de unas prioridades colectivas.

Debemos definir los proyectos habilitantes de desarrollo con regalías, obras por impuestos, gestión con el gobierno nacional, seguridad, construcción de la región Caribe, posicionamiento del departamento como destino turístico y de inversión, así como acciones para el cumplimiento de la Sentencia T-302, que deben ser abordados de manera prioritaria y articulada. Hagamos equipo por La Guajira, llevamos décadas dándole vueltas a los mismos problemas, no es cuestión de recursos, es cuestión de priorización y acción colectiva.

 

Luis Guillermo Baquero

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