PRESIDENTE PETRO

Es 7 de agosto de 2022, a partir de esta fecha se escribirán nuevas páginas para la historia de Colombia, sin embargo, esta vez se presume que sea diferente en atención a la ideología política del autor de las nuevas líneas, Gustavo Petro Urrego, un economista ex miembro del M-19, quien además ha sido Concejal de Zipaquirá, Representante a la Cámara por Cundinamarca, Senador de la República, Alcalde de Bogotá de 2012 a 2015 y recientemente electo Presidente de la República gracias a su discurso izquierdista como respuesta a  ola de descontento social con la clase política tradicional, la desigualdad y el estancamiento económico.

Colombia a partir de ese día empieza un proceso atípico en el ejercicio del poder, con el nuevo presidente llegan nuevas directrices con viejos personajes de la política, esa dualidad ha generado un desconcierto en sectores políticos, económicos y sociales, pues muchos no saben que pensar de eso, sin embargo los analistas esperan que  estos mesuren las propuestas y su implementación haciendo un ejercicio armónico que no lleve a los extremos de Venezuela, Argentina y Perú a la maltrecha economía y libertades que vivimos en el país del Sagrado Corazón.

En muchos de mis artículos he criticado las formas de efectivizar y llegar al poder por los líderes de izquierda, critiqué ferozmente a Gustavo Petro “el candidato” y expuse mis razones de no votar por su propuesta, pero hoy asume la dirección del país, jurando públicamente defender la constitución y las leyes, por lo que en virtud de los principios democráticos será en adelante la máxima autoridad de la patria, a la que se le debe respeto por esa dignidad que el pueblo le regaló.

No podemos desconocer que con Petro en el poder, será pan de cada día escuchar y opinar de su agenda intensa extremadamente politizada. En efecto, la discusión y la carga ideológica tendrán posiblemente un protagonismo profundo pues se presume que las reformas propuestas generen un vivir sabroso para algunos: la idea genial es que no vayan en un detrimento del vivir sabroso de otros, esto permite prever muchos debates con una oposición férrea que sacarán a la luz las profundas diferencias que existen entre las fuerzas políticas y la realidad de Colombia.

He leído decenas de artículos y análisis realizados a las declaraciones del nuevo Presidente y se reducen las primeras medidas de su gestión en apuntar a recomponer los ingresos de los sectores más vulnerables de la sociedad, como el 10% de trabajadores desocupados y los jubilados; a renegociar los pagos de deudas; el cumplimiento de los derechos humanos, el cuidado del medio ambiente, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, modernización agraria, entre otros. Para el caso de los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena se vislumbra una transformación casi total de sus ingresos, entendiendo que actualmente dependemos en gran medida de las regalías que genera la minería ligada a recursos naturales no renovables como es el caso del carbón y el petróleo. Lo proyectado se enfatiza en una política de industrialización y modernización agraria, para lo que no estamos preparados por la falta de capacidad instalada, capacitación e infraestructura de negocios que permitan resolver en el corto plazo las necesidades urgentes de sus habitantes, es un gran reto.

Que le vaya bien Presidente, espero en Dios que Usted cuente con las condiciones de gobernabilidad suficientes para que pueda cumplir con los fines del estado. Que le vaya bien Presidente, anhelamos que sus políticas reconstruyan los lazos de identidad nacional que se han roto por las malas prácticas políticas y la desconfianza. Que le vaya bien Presidente, su éxito también estará en no alterar los relatos de la historia pasada, la cultura y la institucionalidad del país. Que le vaya bien Presidente, anhelamos en que se respete el valor y la moral de la fuerza pública, que las transformaciones a implementar fortalezcan los derechos humanos, pero respetando los valores de las tropas. Que le vaya bien Presidente, mantenga excelentes relaciones con los países que hasta ahora nos han dado la mano cumpliendo los acuerdos y tratados suscritos. Que le vaya bien Presidente, que pueda lograr las transformaciones necesarias para el país y que en cuatro años entregue una Colombia transformada positivamente. Que le vaya bien Presidente, por eso hoy se lo encomiendo a Dios.

 

Adaulfo Manjarrés Mejía

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