YO DORMÍ EN LA HAMACA GRANDE

Murió Adolfo, en enero, el mismo mes en que Joche cogió en los Montes de María el mochuelo, pico’e maí de ojos negros brillantinos y se lo regaló no ma’ para la novia de Adolfo. El Mochuelo Fue la primera canción que me aprendí de Adolfo, sin saber quién era el hombre, apenas empezaba a tener acceso a las carátulas de los L.P, y a relacionar las canciones con los compositores, y este no era muy común encontrarlo. Lo cierto es que, cantar, su lírica canción me cautivó; claro; era una crónica, que mostraba en paralelo la historia de un amor que florecía en algún lugar cercado a los montes, seguramente parecido al lugar donde yo estaba, rodeada de montañas y la historia de un mochuelito, privado de su libertad, comparado con un esclavo. Yo conocía los mochuelos, pero pico de plata, creo que los pico amarillo, no llegan a esta zona del país, o al menos, no a La Peña; lo cierto es que llegaban junto con los Canarios, los Azulejos, los Sangre’toro, los Toches, Paluaratas, turcutú, pericos, cotorras y demás pájaros; al patio de la casa, bien temprano, antes de que saliera el sol, a cumplir con el mandato divino: “Todo lo que respire, alabe a Jehová”.  Cantaban en el patio lleno de árboles de Naranjo, Marañón, Guanábana, Guayabas, Chirimoyas, Limón, o Corazón Fino, allí muchos de ellos hacían sus nidos y tenían crías. Es un placer que 40 años después sigo disfrutando, aunque en el patio ahora solo hay un enorme tamarindo, dos ciruelos y un mango. Los mochuelos trinan fino parecido al canario, solo que, con la nota más corta y aguda, y los pico de plata son de plumaje negro brillante, no solo en la cabeza, como el pico amarillo, los conocí muy bien porque tan ien tuvimos nuestro esclavo negro cantando en una jaula en la casa.   Hay asuntos en la naturaleza que nunca dejarán de ser; como que las aves canten por la mañana, que luego salga el sol por el oriente, el nacer y el morir. Murió Adolfo Pacheco Anillo, en enero después de las cabañuelas de Robe, En Enero como el enero que recuerda Rafa, porque, aunque querida del pueblo una familia se fue, en enero como mami, que decidió partir empezando el año, cinco años atrás.

Mi madre si había escuchado antes, canciones de Adolfo Pacheco, Lo sé porque, por muchos años yo dormí en La Hamaca Grande, que tiene mi edad (la canción y la cantina). Acompáñeme a recordar está fascinante historia, diría Silvia Pinal.

Cuando yo nací traje la abundancia a mi familia jajajajajaja, mis hermanos, me van a ver cómo los hijos de Jacob a José, pero es verdad.  Yo nací en la casa que nacimos Vicky y yo, en la que hoy se conoce como la casa del Baute (mi tío, el de las mentiras más hermosas). Nací el 27 de noviembre de 1970, Pero en poco, nos pasamos para nuestra casa propia; una de bahareque dividida en dos espacios por un tabique, cuando los perfiles eran de madera y el cartón fungía de drywall, en una mitad vivíamos y en la otra, funcionaba La Hamaca Grande el negocio familiar (cantina y billares. Ya entienden porqué me apasiona la música) que nos dio en parte el sustento a los 8 hijos que criaron mi padre y mi madre.   Poco a poco, se fue ampliando hasta construir los espacios que tenemos hoy, sala comedor, cocina, tres habitaciones y dos baños, es ahora, nuestro hogar, luego el módulo principal, donde inició todo, dejo de ser de bahareque y se le adiciono una pista de baile; ahora es el apartamento de mi hermana Rocio, con una sala comedor, dos habitaciones y un baño, en el patio tenemos dos habitaciones con baño interno y un kiosco grande, no más que el cerro e’Maco, pero grande.  Del otro lado donde funcionaba la Caseta (Lugar donde se realizan bailes públicos, que se construyó después de llenar la pista de baile de billares) Noche de Estrellas, opera Hamaca Grande Centro Recreativo (cantina moderna). Vale decir que hoy lo que hay de bahareque, se hizo recientemente para memorar aquellos inicios en los 70, de recursos limitados, cuando éramos ricos y no lo sabíamos. Jajajajajaja!!.  Todo ese lugar lleno de colores, y recuerdos, es el lugar de mis alegrías, es mi casa, es mi lugar favorito en el mundo mundial, así también para mis hermanos y esperamos que sea la casa de muchas generaciones.

Volviendo al tema de La Hamaca Grande, Canción y Cantina, estando mi madre conmigo creciendo en su vientre, fueron construyendo el primer estado de nuestra casa, tendría unos 5 meses de embarazo cuando lanzó Landero, la primera versión de La Canción de Adolfo Pacheco y a mi madre, de quién herede el gusto por la buena prosa, le Impactó tanto, que convenció a mi papá de bautizar su empresa con ese nombre.  Estando bien pequeña nos pasamos a vivir en La Hamaca Grande, y como el pueblo vallenato, nos mecíamos en ella todos los días de nuestras vidas, hasta que nos fuimos a Calabacito (Albania)

De cuando nos fuimos a vivir a La Hamaca Grande, hay muchas anécdotas, por tiempo voy a contar solo una, pero el resto las leerán en Mi Novela.  Chío, mi hermana, la que antecede a Ocha, tiene una marca en el hombro, de un machetazo (cortada con machete) que le hizo mi papá, por descuidarme, (la dejaron en Arganda de mi) cuando yo me corté con un vidrio, mientras gateaba en el jardín.  La exposición “gateaba en el jardín” revela dos hechos: uno nos mudamos estando yo recién nacida y dos llegamos a vivir mejor, había jardín. En el patio de la casa antes de que crecieran los árboles habían sembrados de pan coger maíz, ajonjolí, yuca, plátano y yo me perdía y me encontraban entre los matorrales, y los que pagaban mis viajes al centro de la selva eran mis hermanas mayores. En Hamaca grande también gateaba entre la mesa de billar Y como era negrita, me pusieron El Ocho, por la bola negra del billar jajajaja.

Ahora cada vez que voy a mi centro del universo, sigo meciendo en una Hamaca Grande donde además ahora caben mis hijos, mis sobrinos y mis sobrinos nietos.

Noralma Peralta Mendoza

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Un comentario de “YO DORMÍ EN LA HAMACA GRANDE

  1. Victoria D Peralta M dice:

    De acuerdo mujer de abundancia. Hamaca Grande sigue siendo un espacio agradable de recordación que invita a la buena vida y al amor … ahí está en el poblado amado ese lugar que cuenta con más de 50 años de historia y que permanece como uno de los iconos que nos representa a los peñeros

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