La Guajira enfrenta una crisis vial sin precedentes. En las últimas semanas, se han reportado hechos como el fallecimiento de una joven en Riohacha en plena vía pública, tres muertos y tres lesionados en otro siniestro, además de un triple choque que dejó doce heridos en zona rural de Uribía y una mujer fallecida y un lesionado en el sur del departamento. Estos incidentes evidencian una emergencia que afecta la movilidad y repercute en la salud pública, la infraestructura, la seguridad y la cultura ciudadana.
Estos siniestros no son eventos aislados, sino síntomas de fallas estructurales que requieren soluciones integrales, por esto la Universidad de La Guajira, desde su rol académico propone un abordaje interdisciplinario para diagnosticar causas y plantear alternativas. En ese sentido cobra relevancia la educación, ya que no es solo un componente más en la solución de la situación crítica que vivimos; sino la base para desarticular los patrones de riesgos que se presentan en el departamento, sumado a la formación en seguridad vial y la promoción de una cultura ciudadana responsable que mitiguen esta problemática.
Para tal fin, hay que entender la educación como un proceso continuo que debe iniciar en la infancia y consolidarse en la adultez, es una herramienta esencial para modificar comportamientos y fomentar el uso y respeto por las normas de tránsito. Actualmente, se evidencia una carencia en la interiorización de estas normas, lo que lleva a prácticas imprudentes tanto por conductores como en peatones. La falta de conocimiento y formación, sumada a deficiencias en infraestructura y la adecuada señalización juegan un papel determinante en la protección de la vida de los actores de tránsito.
Desde la escuela, las comunidades y los medios de comunicación, la educación se posiciona como un eje transformador para redefinir hábitos, fortalecer la corresponsabilidad y abordar las vulnerabilidades sistémicas. Las instituciones de formación deben ser el primer espacio donde se construya conciencia crítica sobre las consecuencias de las conductas irresponsables.
Es necesario diseñar currículos contextualizados y proyectos pedagógicos de impacto que analicen, desde diversas perspectivas, los roles de actores involucrados en los accidentes viales. Asimismo, en el ámbito comunitario, se deben desarrollar campañas de sensibilización, que transmitan mensajes formativos sobre el hecho de que las vías son espacios de vida, no de muerte.
En este contexto, la Universidad de La Guajira puede liderar diversas iniciativas para generar cambios significativos en la seguridad vial del departamento, a través del desarrollo de actividades de concientización comunitaria con la participación de docentes y estudiantes. Es fundamental establecer alianzas con el sector público y privado para diseñar estrategias conjuntas y finalmente, ofrecer programas de formación específica y experiencias inversivas que permitan comprender los riesgos de la imprudencia en las vías.
Nancy Roys Romero
Docente Universidad de La Guajira