Si existe un Villanuevero de altos ribetes y de entrañable amor por su tierra, ese es Ramón “Monche” Dávila Martínez, el gerente general de Gases del Caribe y uno de los brillantes ejecutivos para mostrar al país. “Monche” Dávila es Villanueverisimo por todo lo que vale y representa en su recorrido como empresario del sector gasífero en Colombia, como ser humano, como amigo incondicional, como profesional, administrador de empresas de la Universidad del Norte, que siempre ha sido la carrera fuerte que ha producido los mejores profesionales en la región Caribe, yo a mucho orgullo también soy egresado de ese claustro universitario; por su ética y transparencia heredada de los suyos con la levadura moral de prominentes familias Villanueveras; con una capacidad de servicio de las causas más nobles, como familiar donde ha sido ejemplar, en fin “Monche” Dávila es un brillante profesional, de los mejores con que cuenta el área gasífera. Podemos afirmar sin ambages que es el único Villanuevero, con un alto cargo que ha irrigado profesionales Villanueveras en todo el país, en la industria del Gas Natural.
Cuantos recuerdos de “Monche” Dávila, el hijo de doña Celina Martínez viuda de Dávila, quien enviudó muy joven pero con esa capacidad de mujer empresarial en el campo sacó a sus hijos adelante y ellos multiplicaron lo que sus padres amasaron con su rectitud moral; en esas vacaciones de fin de año, en las décadas de los setenta y de los ochenta cuando se confundían todos ellos por el apego familiar en la casona de sus abuelos don Enrique “EL TÍO” Martínez y doña Sofía Ariza de Martínez, con sus hermanos Marina, Gustavo y Enrique y sus primos los Martínez Lacouture, hijos de su Tío Gonzalo Martínez Ariza y doña Esther Lacouture de Martínez, que se congregaban en la misma casona: “Chalo”, Fabio, “Lilo” Carlos Alberto, y en esas navidades se confundían también con sus otros primos los Martínez Ferreira, hijos de su otro Tío Darío Martínez Ariza y Doña Fanny Ferreira de Martínez: Milena, David, “Ñaño” Iliana, Eduardo, Darío y con las amistades de siempre en el club Villanueva, que fue una época dorada que tuvo este pueblo y en la residencia de los Martínez Ferreira, esos amaneceres de una noche parrandera se sentían en toda la cuadra.
Su humanismo siempre ha descollado en él de manera espontánea. Su familiaridad no tiene límites: Carlos Alberto Mazeneth Dávila, como gerente de gases en el Eje Cafetero; “Nacho” Mazeneth Dávila, como al tipo ejecutivo de gases en Cali; Vicente Dávila en Cartagena también en la empresa gasífera; Carlos Augusto Cabello Orozco en Gases de La Guajira; Roberto Lacouture Daza en Gases del Caribe en Barranquilla y son tantos los Villanuevero que pueden dar fe de como “Monche” Dávila les ha dado una oportunidad Laboral. Recuerdo que cuando me fui a estudiar a Barranquilla, “Monche” me dio también esa oportunidad laboral, para iniciar mis estudios universitarios. Su amistad también la ha entregado de manera tesonera y desinteresada o si no que lo digan los hermanos “Juanquita” y Efraín Orcasita Orozco, con quienes ha mantenido una amistad sincera desde la apoca de su Juventud en Villanueva. Ya «Juanquita» no está, pero continua en sus recuerdos. Otros dos grandes amigos son Cao Mendoza y José Casquita Mazeneth a quienes les tiene gran afecto.
En cada festival de Villanueva “Monche” Dávila, realiza una gran parranda en su tierra, con su tropilla de gases para enriquecer más la gesta cultural del Cuna de Acordeones. Este año va a ser una gran parranda llena de nostalgia, porque se va a realizar en la casa donde nació su mamá y de sus abuelos y allí funciona hoy El Museo del Vallenato regido por Rita Pallares y su hermano, el artista Kique Liñán que son su familia por su mamá, Estela que hizo parte toda una vida de la familia Martínez Ariza y Monche la considera como una hermana. Allí acuden ante su llamado importantes empresarios de todo el país a conocer de cerca a la tierra bella y gozar de una buena parranda especialmente de Poncho y Emiliano Zuleta Díaz, de quienes es un hincha furibundo.
En cada festival, ahí siempre ha estado el apoyo incondicional de “Monche” Dávila. En una asamblea extraordinaria de los socios del Club Villanueva, autorizamos al presidente Luis Alberto Baquero Daza, para entregar en comodato la sede social de lo que fue este importante centro de la otrora sociedad Villanuevera a la fundación Gases del Caribe, donde “Monche” Dávila quiere dejarle una gran obra Villanueva; esperamos que pronto inicien los trabajos que beneficiaran a este pueblo hermoso. Es el mejor regalo que le puede dejar Monche a Villanueva: El teatro y el museo de la dinastía Zuleta. Su último gesto de Villanuevero fue la donación de Instrumentos Musicales a la Banda Cívica del Colegio Nacional Roque de Alba. Por todo lo que representa “Monche” Dávila, es un Villanuevero cien por ciento por donde se le quiera mirar y analizar. Es Villanueverisimo, podemos catalogarlo como villanuevero de oro, de los mejores que ha dado la tierra cuna de Acordeones. ¡Juepa Je, que Viva Villanueva y “Monche Dávila! El gran villanuevero por excelencia.
Hernán Baquero Bracho