Ah, Colombia, tierra de realismo mágico, donde lo inverosímil se convierte en rutina y la política se asemeja más a una tragicomedia que a una ciencia seria. En este escenario, el gobierno de Petro ha logrado elevar la kakistocracia—ese arte de ser gobernados por los peores—a niveles que ni García Márquez hubiera imaginado. Si Platón […]