EL RÉGIMEN DE LA INFORMACIÓN: LA DIGITALIZACIÓN Y LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA

En el libro Infocracia (Taurus, 2022), el filósofo alemán de origen surcoreano, Byung-Chul Han, se define el régimen de la información a la “forma de dominio en la que la información y su procesamiento mediante algoritmos e inteligencia artificial determinan de modo decisivo los procesos sociales, económicos y políticos”.

Según el autor, el factor decisivo para obtener el poder no es ahora la posesión de medios de producción, sino el acceso a la información, que se utiliza para la vigilancia psicopolítica y el control y el pronóstico del comportamiento. El régimen de la información está acoplado al capitalismo de la información, que hoy deviene en un capitalismo de la vigilancia y que degrada a las personas a la condición de datos y ganado de consumidor.

El régimen de información se rige por los siguientes principios topológicos: las discontinuidades se desmontan en favor de las continuidades, los cierres sustituyen las aperturas y las celdas de aislamiento por redes de comunicación. La tecnología de la información digital hace de la comunicación un medio de vigilancia. Cuántos más datos generemos, cuanto más intensamente nos comuniquemos, más eficaz será la vigilancia. El teléfono móvil como instrumento de vigilancia y sometimiento explota la libertad y la comunicación. Las personas no se sienten vigiladas, sino libres. De esa forma paradójica, es precisamente la sensación de libertad la que asegura la dominación.

La sociedad de la información es la sociedad de la transparencia. El imperativo de la trasparencia permite que la información circule con libertad. No son las personas las realmente libres, sino la información. La paradoja es que las personas están atrapadas en la información. Ellas mismas se colocan los grilletes al comunicar y producir información. La prisión digital es transparente. Detrás de esa transparencia, el dominio se oculta fusionándose por completo con la vida cotidiana. Se esconde detrás de lo agradable de las redes sociales, la comodidad de los motores de búsqueda, las voces arrulladoras de los asistentes de voz o por medio de las smarter apps.

El filósofo afirma que este modelo neoliberal de la información acude al dataísmo como religión laica, reemplazando el relato ideológico por operaciones algorítmicas. Hoy por hoy, los influencers son venerados como modelos a seguir y actúan como inductores o motivadores conductuales. Los seguidores, como discípulos, compran a ojos cerrados los productos que los influencers dicen consumir en su vida cotidiana escenificada. De ese modo, la incauta audiencia participa en una eucaristía digital en la cual, los medios de comunicación social son como una iglesia: el like es el amén. Compartir es la comunión. El consumo es la redención. La dramaturgia de los influencers no conduce al aburrimiento y a la rutina. Más bien le da al conjunto el carácter de una liturgia. Al mismo tiempo, los influencers hacen que los productos de consumo parezcan utensilios de autorrealización. De esa manera, nos consumimos hasta la muerte. El consumo y la identidad se aúnan y devienen en una mercancía.

Y así, de la mano del big data y la inteligencia artificial, el régimen de la información se apodera de los individuos mediante la elaboración de perfiles de comportamiento. Su psicopolítica basada en datos interviene en nuestro comportamiento sin que nos percatemos de ello, apoderándose de las capas prerreflexivas, instintivas y emotivas que van delante de las acciones conscientes de quienes compartimos información en las redes de comunicación.

Finalmente, Han alerta: “la digitalización avanza inexorablemente sobre todas las esferas humanas, incluida la política y está provocando distorsiones y trastornos masivos en el proceso democrático. Sin duda, la democracia está degenerando en Infocracia. Un modelo en el cual lo decisivo para obtener el poder es la posesión de la información. No es la propaganda de los medios de masas la que asegura el dominio, sino la información. Y usted, apreciado lector: ¿Qué tan preso está del régimen de la información?

 

Arcesio Romero Pérez

Escritor afrocaribeño

Miembro de la organización de base NARP ASOMALAWI

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